Colmenas tejidas con vegetales, erle-kofoina

El otro tipo de colmena mayoritario ha sido el resultante de tejer diversos tallos vegetales hasta obtener un recipiente de forma cilíndrica, cónica o troncocónica o también con el aspecto de una botella o un garrafón.

Al igual que las colmenas de tronco y de tabla, que podían tener una disposición vertical u horizontal según costumbre de cada localidad, con éstas ocurre lo mismo. Posiblemente las troncocónicas o con forma próxima a la cilíndrica han sido las que por sus características han podido descansar tumbadas; mientras que las que tenían forma de garrafón no podían tener otra disposición que sobre su base más amplia.

En Elosua (G) en tiempos pasados las colmenas se fabricaban con varas delgadas entretejidas, dándoles forma cilíndrica. Después se recibían con yeso o con ganadu-betuna, literalmente betún de ganado, esto es, excrementos. La parte posterior se cerraba con dos tablas y se cubrían las rendijas con betún de ganado. La parte frontal también se cerraba con dos tablas y se tapaban los huecos, pero se le hacía un pequeño agujero de entrada llamado txipeixia. A la colmena se la llama erlauntza.

En Mélida (N) antiguamente las colmenas tenían forma de «vasos», es decir, eran cilíndricas. Se hacían con caña entretejida forrada con barro y tela.

En Allo (N) los vasos tienen forma troncocónica y están construidos con mimbre y recubiertos externa e internamente con una capa de yeso. Tienen una longitud aproximada de 1,2 m y se instalan en la abejera horizontalmente, con la boca más ancha hacia el interior de aquélla y dando la parte estrecha al campo. Esta cara se tabica luego con pared delgada de ladrillos y yeso o adobas de barro, teniendo cuidado de dejar un pequeño orificio para permitir el tránsito de las abejas. La abertura opuesta del vaso se cierra con una tapa de madera y las juntas se recubren con barro.

Tejido de una colmena en Lasa (BN). Fuente: Peio Goïty, Grupos Etniker Euskalerria.

En Sangüesa (N) las colmenas, llamadas arnas, eran de forma troncocónica, «boca estrecha, culo ancho». Se hacían con entramado de caña o de mimbre recubierto con barro y paja para evitar que la luz llegase a las abejas. Los extremos se cerraban con dos tapas, bien ajustadas, hechas con el mismo material. En la anterior se dejaba un pequeño orificio, la piquera, que permitía el tránsito a los insectos; la posterior, de diámetro más ancho, se cerraba herméticamente.

En San Martín de Unx (N) la colmena tradicional es de forma troncocónica, de un metro de largo y diámetros máximo y mínimo de 24 y 12 cm respectivamente. Está construida con cañizo entramado, recubierto por dentro y fuera con barro. Se cierra por ambos extremos con tapas revestidas de barro, si bien a la mayor se le deja un agujerito que, a modo de piquera, permite el libre acceso y salida de las abejas.

En Arraioz (N) las colmenas antiguas eran de forma cónica y estaban fabricadas por los propios apicultores. Se hacían con un entramado de ximisteria o aiena, una hierba trepadora de flor blanca semejante a una liana, que también se utilizaba para atar las gavillas de trigo. La colmena se construía colocando en el suelo un trozo de aiena a la que se le había dado forma circular y a la que se ataban cuatro palos dispuestos verticalmente y unidos por el extremo superior. Después se tejía más aiena alrededor de los palos hasta formar el cono. A continuación se recubría con excremento de vaca mezclado con arcilla, con el fin de tapar bien los huecos y se dejaba al sol para que se secara. Una vez seca se limpiaba por dentro y se frotaba con menta. Se hacían unas aberturas o piqueras en la base para que se moviesen las abejas y se colocaba encima de una tabla. En una casa de esta localidad hubo colmenas de este tipo hasta el año 1990 aproximadamente. La colmena recibe el nombre de kojoiña en el euskera de Arraioz y colmena en castellano.

En Aurizperri (Erro-N) las colmenas, erle-saskia, eran de forma cónica, tejidas como una cesta con tiras de madreselva, bilurra, y embadurnadas por fuera con estiércol de vaca. Las cubrían además con tablillas a fin de que quedasen más defendidas contra la lluvia.

En Oiartzun (G) las colmenas, eultzak, eran de mimbre o enredadera silvestre, aiena, y externamente tenían la forma de una botella o garrafón forrado de mimbre[1].

Un caso particular de este tipo de colmena es la que se fabrica en Vasconia continental. Su peculiaridad consiste en la forma en que se teje.

En Sara (L) la colmena tradicional, erle-kofoina, era un recipiente de forma cónica tejido con enredaderas y recubierto con estiércol de vaca. Se colocaba boca abajo sobre una piedra plana.

Erle-kofoina, colmena tejida típica de Vasconia continental. Fuente: Michel Duvert, Grupos Etniker Euskalerria.

En Liginaga (Z) la colmena era también de forma cónica. Se hacía con una rama de fresno o de avellano ahorquillada que servía de armadura sobre la cual se tejían enredaderas, aihen txuriak. Después se embadurnaba con una pasta hecha con estiércol de vaca, behigorotz, y ceniza, hautsa, del hogar. Por último se forraba por fuera con paja de trigo[2].

En Heleta (BN) el nombre de la colmena es kofoa. Se hace utilizando una rama de castaño o quejigo a la cual se le sueltan tiras de su corteza partiendo de un extremo hasta cerca del otro. Después le quitan el núcleo de madera y extienden las tiras, de suerte que el conjunto tome la figura de cono. Con las tiras y ezker-aihena (virigaza) tejen el recipiente cónico que, embadurnado por dentro y por fuera con estiércol de ganado, será la colmena.

En Vasconia continental hay constancia de que a finales de los ochenta todavía se han fabricado colmenas artesanales de este tipo. Según los informantes lo primero es cortar una rama verde de castaño, teniendo en cuenta la fase de la luna. En lugar de castaño también se puede utilizar quejigo o sauce. La rama se abre en cinco o siete tiras, siempre un número impar. Con un cuchillo se alisa la parte que queda hacia el interior de éstas y se van separando unas de las otras. Estas tiras se atan y a continuación se tejen con sarmiento. A medida que la separación entre ellas aumenta se introducen nuevas ramas, siempre en número impar. Se sigue tejiendo hasta llegar al extremo, donde en todo caso hay que dejar un hueco para que transiten las abejas. En algunos lugares las tiras se separan utilizando los hierros que abrazan las duelas de las barricas. Otros, en cambio, al ser las tiras largas, las cortan y las unen mediante un hilo metálico, luego las cubren con sarmiento del mismo modo a como se ha descrito. Había quien sustituía el castaño por acebo: entonces era preciso escoger un trozo de madera concreto, del que saliesen las ramas necesarias; cortado ese trozo se les daba a las ramas la forma de la colmena. Una vez tejida se cubre con estiércol de vaca. Esta operación se efectúa a mano para poder introducirlo adecuadamente entre el sarmiento. Se cubre con una capa uniforme y se deja secar. Después se frota la parte interior con hierbabuena. En invierno algunos cubren la colmena con heno.

Giese constató en Laburdi la existencia de otro tipo de colmena tejida con una cofia de paja que correspondía a la colmena de estilo landés. Fue introducido en este territorio de Vasconia continental desde la Gascuña[3].

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En algunas localidades hay constancia de que convivieron ambos tipos de colmenas, las de tronco y las tejidas.

En Valderejo (A) las colmenas más antiguas tenían forma cónica y estaban fabricadas con paja y barro. Los informantes apenas saben describirlas. Más conocidas han sido posteriormente las cilíndricas construidas con troncos de árboles gruesos, podridos en su parte interior. Las dos bocas se tapaban con tablas cortadas de tal manera que se acoplaran a la forma del tronco. La altura era de un metro aproximadamente. En la parte central del cilindro se practicaban dos agujeros para facilitar el acceso de las abejas. En su interior se colocaban unos palos apoyados en las paredes para que las abejas fueran fabricando los panales. Este tipo de colmena recibía el nombre de dujo.

En Hondarribia (G) la colmena o erlauntza más primitiva se construía a partir de un tronco de castaño. Se disponía en posición vertical sobre una losa situada en el suelo y colocando encima otra piedra grande que evitase la entrada de agua. Antaño también se usaban unas colmenas consistentes en cestos alargados con forma de embudo invertido. La cara de mayor diámetro se ponía hacia abajo y la más estrecha hacia arriba. Estaban tejidos con tallos de madreselva, que son suficientemente largos. Se revestían con boñiga de vaca mezclada con cal, tanto exterior como interior mente, para cubrir todos los orificios. Se colocaban sobre una losa de piedra. En la parte superior se introducían algunas astillas por los laterales y encima se posaba un tarro de barro o un balde viejo para que no entrara el agua de lluvia.

En Triano (B) el nombre habitual de la colmena es este mismo, aunque también es frecuente denominarla panal, enjambre y en ocasiones dujo. Con esta designación se conoce un tipo de colmena que se fabrica con cispalla, el mismo material con el que se tejen los cestos. El apicultor que proporcionó esta información aseguró que este nombre y tipo era más frecuente en las zonas altas y aledañas al sur de las Encartaciones (B), además de en Respaldiza, Tierra de Ayala (A) y Valle de Mena (Burgos) y que él también la vio en alguna ocasión en Sopuerta y Galdames (B).


 
  1. Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de Manuel de LEKUONA. «Establecimientos humanos y casa rural. Pueblo de Oyartzun» in AEF, V (1925) p. 115.
  2. Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de José Miguel de BARANDIARAN. «Materiales para el estudio del pueblo vasco: En Liginaga (Laguinge)» in Ikuska. Nº 8-9 (1948) pp. 21, 12.
  3. Wilhelm GIESE. «Notas sobre abejas y apicultura en el País Vasco» in Eusko-Jakintza. Nº 4-5-6 (1949) p. 374.