Diferencia entre revisiones de «Consideraciones generales6»

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Revisión actual del 08:51 19 dic 2018

En Zeanuri (B) se ha recogido que la práctica de la adopción de niños fue muy frecuente a comienzos del siglo XX y perduró hasta los años de la posguerra civil de 1936. En las familias arrendatarias, errentadoreak, no hacían distinción entre nacidos y adoptados. En tiempos pasados la adopción tenía lugar sin los trámites legales que luego se han establecido. Estos niños llevaban los apellidos de la localidad de procedencia, tales como Bilbao, Begoña, etc.

En Bermeo (B), en tiempos pasados, fue muy corriente traer niños del hospicio. Eran bien tratados, recibían los apellidos de la familia y heredaban como si fueran hijos propios. En Busturia y Gorozika (B) hasta la primera mitad del siglo XX la adopción fue muy frecuente. En Busturia dicen que unos recibían el apellido de los adoptantes y otros mantenían el apellido que traían. En Gorozika recuerdan que era fácil adoptarlos; las mujeres criaban a menudo simultáneamente al hijo propio y al adoptado.

En Amorebieta-Etxano (B) señalan los informantes que trataban de escoger niños que no tuvieran ninguna señal física. Dicen que los hijos de soltera llevaban una señal y, siendo así, existía el riesgo de que la madre natural pudiera identificarlos, reclamarlos y acabar llevándoselos.

En Elosua y Zerain (G) se ha consignado que fueron frecuentes las adopciones hasta los años cincuenta del siglo XX. Los niños conservaban generalmente sus propios apellidos, pero en algún caso, al quedarse para mayorazgo, les daban los de los adoptantes. En Hondarribia (G), en tiempos pasados, en los caseríos fueron muy frecuentes tanto las adopciones permanentes, como las temporales o las que eran solamente para crianza.

En Berastegi (G) se recuerda que era más solicitada la adopción de niño que de niña. Solía intervenir como mediador el cura de la localidad o el ayuntamiento. En la familia recibían el mismo trato que los hijos legítimos.

En Allo (N) la adopción fue bastante habitual, observándose preferencia por las niñas sobre los niños. Generalmente se llevaba a cabo cuando eran muy pequeños porque se pensaba que así la integración en la nueva familia sería más fácil. En Elorz, Goizueta, Mezkiritz y Mirafuentes (N) se ha consignado que los padres querían a los hijos adoptivos tanto como a los propios. En Sangüesa (N) señalan que era bastante corriente la adopción por parte de familias incluso numerosas. En Apodaca (A), en algunas casas terminaban adoptando a los niños traídos del hospicio.

También se ha consignado la costumbre de que si en casa había varones se adoptaba una niña y viceversa.