Coplas a los novios. Toberak

Coincidiendo con la lectura de las proclamas en algunas poblaciones alavesas los amigos de los novios aprovechaban la ocasión para darles una serenata o dedicarles una serie de coplas que en tales ocasiones se cantaban.

En Apellániz (A) el día de la segunda proclama, el de la enhorabuena, la novia convidaba a sus amigas y más tarde iban los mozos y amigos y le cantaban, celebrando después un baile. Otras veces los mozos daban serenata a él y a ella, si ambos residían en el pueblo, y los agasajados tenían que pagar cinco duros y una cuartilla de vino como gratitud a la consideración de que habían sido objeto[1]. En la Llanada Alavesa (A) el día de la primera amonestación los amigos del mozo o de la moza, que generalmente eran todos los del pueblo, iban a la casa del que habían "echado del púlpito abajo" para cumplimentarle, y éste les obsequiaba con vino abundante, además de dar una buena propina a la mocendad, la cual en recompensa solía corresponder con un repique de campanas, cohetes y música. En la Montaña la enhorabuena se celebraba el día de la segunda proclama; los mozos cantaban coplas a ambos contrayentes si residían en el pueblo y los agasajados tenían que pagar cinco duros y una cuartilla de vino como gratitud a la consideración de que habían sido objeto[2].

En Pipaón (A) el día de la segunda proclama o de la enhorabuena se les dedicaban canciones especiales del tipo:

Si te casas a la Rioja
no te faltará tener
pucheritos en la lumbre
y poquitos que comer.
Nos vamos a despedir
con toda solemnidad
de (Teresa) y de (José)
y Dios les dé felicidad.

Los chicos, una vez terminada la cena de despedida, se acercaban a la casa de la novia y le cantaban estos versos:

Quién te ha enseñado la senda
quién te ha enseñado el camino,
para venir a llevarte
este clavel tan divino.
Ya te lo decíamos (Juan)
que no le des mala vida,
porque en casa de sus padres
ha sido la más querida.

En Lagrán (A) los mozos se ocupaban de la enhorabuena a los novios el segundo día de las proclamas. Estos, provistos de instrumentos musicales: guitarras, bandurrias y hierrillos daban la ronda para anunciar al resto de los mozos lo que se iba a hacer. A la llegada a la casa de la novia se le daba la serenata y al final los mozos eran obsequiados, además de con media cántara de vino y una bacalada, como obligación, con pan, vino y bacalao, esto último por cuenta de la novia. Esta serenata también tenía lugar cuando un mozo del pueblo se iba a casar a otro lugar; a su regreso recibía la bienvenida, siendo obligación por lo menos obsequiar a sus compañeros con la media cántara de vino, la bacalada y cinco durillos para alivio de la cena[3].

En algunos lugares del País Vasco cantaban coplas el día de la última amonestación. En Labayen, Urroz (N) y otros pueblos era costumbre ir a dar la serenata a la puerta de la casa del novio o de la novia la noche del día de las últimas amonestaciones, ondarreko pregonian. Si ambos contrayentes eran del pueblo, la fiesta tenía lugar la misma noche del pregón; si uno de ellos no lo era y tenía que marcharse, se hacía la víspera. Llevaban el tamboril y en casa de la novia se celebraba un baile[4].

Toberak. Fuente: Larrinaga, Josu Erramun. “Asociaciones de Mocerías en Euskal Herria” in Dantzariak. N.º 45, 1989.


En Améscoa (N), concertada la boda, el día de las amonestaciones iban los mozos a "dar música" a los novios y éstos les obsequiaban con nueces, pan, queso y vino[5].

En Izal (N) después de la despedida, consistente en una cena en la que el novio invitaba a los mozos del pueblo, todos juntos iban a casa de la novia a cantarle, a esto se le llamaba "ir a rondarla".

En Ezkurra (N) con motivo de la tercera amonestación la novia convidaba a un chocolate en su casa a sus amigas. Los mozos iban también de noche a la misma casa, sin ser invitados, y eran obsequiados con pan, vino y queso. Con ellos iba el novio, que llevaba al músico, un acordeonista encargado de amenizar el baile que tenía lugar[6].

En Obanos (N) el día de la boda, especialmente si el contrayente vive en el pueblo, los auroros recorren las calles cantando:

Hoy es día de pompa y gala,
celebramos la fiesta mayor
que a un hijo plegario (sic) del pueblo
le han tirado en la misa mayor
¡qué alegría toda la cuadrilla!
Celebrar queremos la fiesta mayor
y por eso a los novios les damos
nuestra enhorabuena con el corazón.

Entre las series de coplas dedicadas a los novios destacaba la que en muchas localidades vascófonas recibía el nombre de toberak[7].

Según indicó el Padre Donostia, este término se utilizaba en algunas localidades para denominar a la cencerrada que se dedicaba a casadas mal avenidas o a viudos que volvían a contraer matrimonio. También a la melodía con la que se anunciaba al público que se había concluido con la fabricación de la sidra en el tolare. E igualmente se llamaba así a las coplas que se cantaban a la joven el día de sus amonestaciones o proclamas, anunciando su boda.

Manuel de Lekuona, en cambio, vinculó el origen de su denominación con las toberas de la punta de los fuelles utilizados en las fraguas de las antiguas ferrerías. Estas, al ser de bronce y con forma cónica, ofrecían una gran reverberación al golpearlas con barras metálicas. Con el tiempo los fuelles se fijaron en los muros de las ferrerías y, al no poder ser utilizados sus tubos para estas rondas, fueron sustituidos por barras de acero, de mucha menor sonoridad. Según él indicó, esta costumbre en los años veinte sólo se mantenía en algunos pueblos de Gipuzkoa y Navarra del subdialecto altonavarro[8].

Tomando como base numerosos testimonios recogidos en el valle de Baztan, el Padre Donostia describió con bastante detenimiento esta costumbre de las toberas. Según él indica, la mañana del domingo en que se amonestaba una muchacha, dos mozos, los vecinos más próximos de su casa, hincaban una palanca frente a su puerta. Dos solteras, también por riguroso orden de vecindad, adornaban la misma con flores, encajes y cintas, poniendo en ello el máximo cuidado, pues durante todo el día era objeto de curiosidad por parte del público. Permanecía esta palanca hincada hasta después de cantadas las toberas. Había casos en que ésta era llevada a casa de la novia al son del acordeón. La operación de adornar y clavar la palanqueta tenía lugar al toque de alzar de la misa mayor, en la seguridad de que el párroco, desde el púlpito, había divulgado el noviazgo con la consabida proclama. Terminada la ceremonia religiosa todas las amigas e invitadas a la próxima boda visitaban a la novia para felicitarla.

La palanca permanecía hincada hasta el toque de ángelus, hora en que se cantaban las coplas a los novios, pues para entonces el novio ya se encontraba en casa de su prometida. Los que tomaban parte en esta fiesta iban a cantar a su puerta ya por invitación o por propio impulso, según los casos y circunstancias, y eran por lo menos cinco: dos para sostener la palanca, pendiente de cuerdas, que en algunos casos era distinta de la adornada, otros dos para tocar en ella con los hierrillos y finalmente, uno más, el quinto, que era el coplista encargado de cantar los versos.

Se comenzaba golpeando rítmicamente sobre la palanca. Después se cantaba la primera estrofa, nuevamente un intermedio o tocata instrumental y otra estrofa y así iban sucediéndose por orden el instrumento y el cantante. Excepción hecha de la primera copla, que siempre era la misma, las demás se improvisaban. El campaneo rítmico comenzaba piano y moderato, aumentando su velocidad hasta el fin, que se anunciaba con dos golpes de baqueta.

En Lesaka (N) las palancas eran tres, acordadas en tres tonos distintos. En Sumbilla (N), por el contrario, no se utilizaba ninguna palanca. Se limitaban a cantar delante de la casa de la novia. Si la puerta estaba entreabierta la cerraban.

Repetidos varias veces el tintineo y las saetillas, bajaban los novios con pan y vino. El novio repartía el vino y la chica el pan. Invitaban a los músicos a cenar el pregu-afaria (cena del pregón o proclama matrimonial) que se ofrecía en casa de la novia y era ella la encargada de servirlo. Si se invitaba a los músicos no se les pagaba; en caso contrario se les obsequiaba con cinco, diez, quince y hasta con veinticinco pesetas en las bodas de rumbo. Nunca con menos de un duro.

En Sumbilla (N) tenían opción a cantar las toberas los que en carnaval habían hecho el gasto de la fiesta pagando al tuntunero, y era causa de riñas el que otros se adelantasen a hacerlo.

En Labayen y Urroz (N) era costumbre ir a dar la serenata a la puerta del novio o de la novia la noche del día de las últimas amonestaciones, ondarreko pregonian. Si ambos contrayentes eran del pueblo la fiesta tenía lugar la misma noche del pregón; si uno de ellos no lo era y tenía que marcharse, la víspera. Llevaban el tamboril y bailaban en casa de la novia.

En Bera (N) tres días antes de la primera amonestación de un matrimonio, el mozo que viviese más próximo a la casa de la novia por el lado de la iglesia parroquial, se encargaba de hacer de mayordomo y de reunir a los demás muchachos del barrio y seguidamente pedir autorización a la novia para comenzar la ceremonia de las toberak. Obtenida la misma y reunidos los chicos, se dirigían a la casa de la moza más próxima a la de la novia por la parte de la iglesia, llevando una palanca o barra de hierro sonoro. Esta muchacha reunía a su vez a las jóvenes del barrio y con esmero y buen gusto adornaban entre todas la palanca ritual con lazos de sedas de vivos colores y flores escogidas.

El día de la amonestación, estando reunidas las jóvenes, llegaban los mozos y esperaban a que el párroco hiciese públicas desde el púlpito las amonestaciones o preguak. En el mismo instante cogía el mayordomo de manos de la mayordoma la palanca de hierro adornada y al son del txistu, que hacía sonar una biribilketa, se dirigía el grupo de mozos a la casa de la novia. Llegados a ella el mayordomo pedía permiso a la muchacha y el grupo colocaba la palanca delante de la casa, donde quedaba expuesta durante todo el día, llamando la atención de los vecinos. Después de que la novia obsequiase a sus visitantes con un buen amaiketako, todos se retiraban hasta la tarde. En los caseríos y barrios alejados de la iglesia, como no sabían el momento preciso en que el párroco leía las amonestaciones, plantaban la palanca al oír las campanas de la consagración.

Por la tarde del mismo día y después de terminada la fiesta dominguera con el ángelus, se reunían de nuevo los mozos y al son del txistu, seguidos por todo el público de la plaza, se dirigían a la casa de la novia. Llegados allí el mayordomo sacaba la palanca de donde había sido colocada por la mañana y ceremoniosamente se la entregaba a la novia. Otro mozo llevaba una barra de acero, la cual, sostenida en el aire por dos muchachos que la sujetaban tirando de los extremos de una cuerda a la que estaba atada, era golpeada por otros dos con sendos hierros, primero pausadamente y después cada vez más de prisa, hasta terminar con un ligerísimo repiqueteo. Cuando la vibración de la barra se extinguía un coplista cantaba, improvisando, las alabanzas de la festejada etxeko alaba.

Cuando el coplista había cantado cinco o seis estrofas, los visitantes eran invitados a un labetako que servían los mismos novios. Estos eran aclamados con entusiasmo por todos los concurrentes. Además el novio gratificaba con una buena propina a los mozos para que celebrasen la fiesta en su honor.

La costumbre de echar coplas a la novia el día de las amonestaciones o en el momento mismo de la boda, tiene raíces de carácter histórico. A estas coplas les llamaban ioiak en el Baztan (N) y en otras partes, y eran una mezcla de reflexiones optimistas con otras pesimistas. En Oiz de Bera (N), por ejemplo, cuando una muchacha se marchaba del pueblo para casarse, los mozos iban a cantarle a su puerta días antes unas coplas que empezaban así:

Emen eldu naiz
baiño beldur naiz
penak izango dituzula
maiz, maiz, maiz!
(Acabo de llegar, / pero tengo miedo / de que has de tener / muchas muchas penas)[9].

Según indica el Padre Donostia, existe gran afinidad y aun igualdad entre muchas de estas toberas y las coplas cantadas en los cantos navideños u olentzeros. Algunas estrofas son las mismas. Otras, sin embargo, son diferentes y parecen propias de esta fiesta. Hay estrofas que se improvisan y en ellas se hace alusión a los novios, sus familias, cualidades espirituales, bienes de fortuna, etc.

El Padre Donostia recogió un testimonio de estas toberas de boca de una informante de Labayen (N):

I
Ioteria laugarrenian
sartzen zaigu Garizuma.
Agur, agur itxekoak
Ave María Purísima.
(Al cuarto día de Carnaval / entramos en la Cuaresma. / Salud, salud a los de casa / Ave María Purísima.)
II
Piperrarekin espezia
Bartzelonian erosia.
Nobio jauna eman ziguzun
koplatzeko lizenzia.
(Pimientas especias / en Barcelona compradas. / Señor novio dénos / licencia para cantar coplas.)
III
Ezpadezu eman nai lizenzia
gerokin daukagu ausenzia.
Atzo goizian, goiz goizatikan
Kortetik ekarria.
(Si no quiere darnos licencia / en nosotros está que nos vayamos / ayer por la mañana, muy de mañana / de la Corte fue traída [la licencia].)
IV
Pasaia eta Errenteria
irugarrena Oiartzuna.
Nere lagunak, Dios te Salve
garbuarekin erantzun.
(Pasajes y Rentería / en tercer lugar Oyarzun. / Mis compañeros, Dios te Salve, / responded con garbo.)
V
Dios te salve, ongi etorri
gabon Jaingoak dizula.
Gabon Jaingoa dizularikan
egun on bana digula.
(Dios te salve, bienvenidos, / buenas noches te dé Dios / con las buenas noches que Dios te dé / buenos días nos dé a cada uno.)
VI
Alorrian eder goldia
Ala du bere moldia.
Gaur fedatu den nobio jauna
nekazalen noblia.
(En el campo luce el arado / esa es su ley. / El novio que hoy se ha prometido / es noble entre los labradores.)
VII
Mendiak bete belarrez
begi ertzetan negarrez.
Gaur fedatu den nobia andriak
bular artiak zillarrez.
(Los montes cubiertos de hierba / a los ojos asoman las lágrimas. / La novia que hoy se ha prometido / tiene su pecho cubierto de plata.)
VIII
Gora dago izarra
errekaldian lizarra.
Gaur fedatu den nobio jauna
urregorrizko bizarra.
(Altas están las estrellas / el fresno a orillas del arroyo. / El novio que hoy se ha prometido / tiene su barba de oro.)
IX
Urregorrizko bizarra,
urre labratuz bizkarra.
Ezkute lorez egiñik daukate
elizereko galtzada.
(Dorada la barba / de oro labrado el hombro. / Con manojos de flores tienen cubierta / la calzada hasta la iglesia.)
X
Urian eder lotrea
erdi-erdian golpia.
Gaur fedatu den nobia andriak
kutxan dauke dotia.
(En el agua está bien la lamprea / de lleno [aséstale] el golpe. / La novia que hoy se ha prometido / el arca tiene por dote.)
XI
Kutxan dauke dotia,
korradu bataz bertzia.
Korradu ore zetako?
Elizan ofrendatzeko.
(En el arca tiene su dote, / un cornado tras otro. / El cornado ¿para qué? / Para ofrendarlo en la iglesia.)
XII
Elizan eder liburu
usua dabil inguru.
Gaur fedatu den nobia andria
Paradisuan aingeru.
(En la iglesia está bien el libro / la paloma anda alrededor. / La novia que hoy se ha prometido / es un ángel del Paraíso.)
XIII
Gure etxian lau ardi
lauak zortzi biarri.
Deraiño ez naiz izandu
oraintxe bezain egarri.
(En nuestra casa cuatro ovejas / entre las cuatro ocho orejas. / Hasta ahora no he estado / tan sediento jamás.)
XIV
Ematekotan emazu
bertzela ezetz errazu.
Gu emen idukiaz ere
probetxurikan eztezu.
(Si has de dar, da / si no, di que no. / De tenernos aquí / no sacas provecho.)

Manuel de Lekuona recogió las siguientes toberas en Oiartzun (G)[10]:

I
¡Ave María purísima!
Jaungoikuak gabon!
Esplikatzera nua
zer desio dugun:
Toberak jotzera gatoz
bost edo sei lagun.
(¡Ave María purísima! / ¡Buena noche os dé Dios! / Voy a declarar / qué deseamos: / Venimos a tañer las toberas / cinco o seis compañeros.)
II
Toberak jotzera eta
libertittutzera,
ez uztiagatikan
usariua galtzera;
borondaterik ez bada
join gera atzera.
(A tañer las toberas / y a divertir / por no dejar / perder la costumbre; / si no hay voluntad / volveremos atrás.)
III
Agur, agur itxekuak:
Jaungoikuak gabon!
Ezer ere esan gabe
ezin giñezke egon:
Ementxen eldu gera
lau edo bost lagun.
(Adiós, adiós los de casa: / ¡Buenas noches os dé Dios! / No podemos estar / sin decir nada: / Aquí venimos / cuatro o cinco compañeros.)
IV
Gure desiua zer den
nua deklaratzera:
Usatzen dan moduan
toberak jotzera;
borondaterik ezpada
join gera atzera.
(Voy a declarar / cuál es nuestro deseo: / Venimos a tañer las toberas / como se acostumbra; / si no hay voluntad / nos volveremos atrás.)
V
Libertittuzaliak
zuek ezik gu ere;
bestela ez genduen pasako
orrenbeste bire;
borondaterik ez bada
leen aiña adixkire.
(Tanto como a vosotros / nos gusta a nosotros la diversión; / de lo contrario no hubiéramos pasado / tanto camino; / si no hay voluntad / tan amigos como antes.)
VI
Nobio jaunak esan dio
andre nobiari:
-Zer egingo ote-diegu
gizon oriei?
Umore ona pasatzia
gustatzen zit neri.
(El señor novio le ha dicho / a la señora novia: / -¿Qué les haremos / a esos hombres? / A mí bien me gusta / pasar buen humor.)
VII
Libertsio polit bat
elkarren artian
pasatzia obia
bitatik batian;
ez dut uste izain den
iñoren kaltian.
(El pasar bonita diversión / entre todos / será mejor / en la alternativa; / no creo que será / en perjuicio de nadie.)
VIII
Andre nobiak errespuesta
jakiña bezela:
-Etorri diraden ezkero
kanta dezatela;
lotsa aundia emango
diegu bestela.
(La señora novia ha respondido / como es sabido: / -Ya que han venido / que canten; / de lo contrario gran vergüenza / les daremos.)
IX
Nobia andriak errespuesta
leiala ta prestua:
-Umore ona pasatzia
litzake nere gustua;
erdibana pagatuko degu
orien gastua.
(La señora novia ha dado la respuesta / leal y dispuesta: / -Mi gusto sería / el pasar buen humor; / pagaremos a medias / el gasto de éstos.)
X
Konformatu dirade
biok alkarrekin;
guk ere segi dezagun
umore onakin;
lagunak palanka juaz
kantatu "San Martiñ ".
(Se han conformado / ambos a dos; / sigamos también nosotros / con buen humor; / compañeros, tañendo la palanca / cantad "San Martín".)
XI
Bien berriak orrela
jakindu ezkero,
besteren esan-mesanik
ez nuke espero:
Lagunak San Martin kantatu ta
palanka jo gero.
(Ya que sabemos así / las nuevas de los dos, / no espero / hablillas de algún otro: / Compañeros, cantad el "San Martín" / y tañed luego la palanca.)
(Coro)
San Martin de la moja,
moja de la San Martin...
Toberak jo ditzagun
ordu onarekin,
ordu onarekin ta
Biŕjina Amarekin.
(San Martín de la monja / monja de San Martín... / Tañamos las toberas / con buena hora; / con buena hora / y con la Virgen María.)
P.G.502 Coplas a los novios.jpg
XII
Anka bat abajo daukat
bestia levanta;
xinistatuko duzute
egia esan-ta:
Orain zuek egin zerate,
urren beste baten txanda.
(Tengo un pie abajo / el otro levanta: / Lo creeréis / en diciendo la verdad: / ahora os habéis hecho vosotros [marido y mujer] / otra vez será el turno de algún otro.)
XIII
Orra jarria dago
maindire zuriakin,
maindire zuriakin ta
bi almoadakin,
nobia andria etzateko
nobio jaunarekin.
(La cama está puesta / con blancas sábanas, / con blancas sábanas / y con dos almohadas, / para que se acueste la señora novia / con el señor novio.)
XIV
(Maiatzaren amabia)
sekulan etzit aaztuko;
ezkontza au ikusita
zein ez da poztuko?
Gaur arratsian oiek biek
ez dira ostuko.
([El doce de mayo] / jamás se me olvidará; / al ver esta boda / ¿quién no se alegrará? / Esta noche estos dos / no se enfriarán.)
XV
Emen burruntzia deitzen diogu
Naparraldian gerrena:
Batzuentzat konsuelua ta
bestientzat pena;
nobio jaunak agindu digu
sartzeko barrena.
(Al asador aquí le llamamos burruntzi / en la parte de Navarra gerrena / para unos el consuelo / y para otros la pena; / el señor novio nos ha mandado / que entremos adentro.)

En Zerain (G) se cantaban también las siguientes toberas, tanto en ocasiones de enlaces de jóvenes como en los matrimonios en segundas nupcias:

San Martín de las mujeres,
mujeres de San Martín
tobera jotzera gatoz
ordu onarekin,
ordu onarekin eta
Birjiña Amarekin
Biŕjiña Amarekin eta
Jangoikoarekin.
(San Martín de las mujeres, / mujeres de San Martín / venimos a tocar las toberas / de buena hora, / de buena hora y / con ayuda de Nuestra Señora la Virgen / con Nuestra Señora la Virgen y / con el Señor.)
Usoa dago marruetan
goiko ganbarako leioetan
lotxo goxo bat egin leiki
andra zure besoetan.
(La paloma está arrullando / en las ventanas del sobrado / puede dormir un dulce sueño / en tus brazos, señora.)
Oilloa erretzen dago
eper pareakin,
eper pareakin eta
kapoitxo birekin,
kapoitxo birekin eta (...)
(Está asando la gallina / con un par de perdices, / un par de perdices y / dos capones, / dos capones y [...] )
Maaia jantzita dago
serbilletarekin,
serbilletarekin eta
platertxo birekin,
nobio jaunak afaltzeko
nobia andriakin.
(La mesa está vestida / con una servilleta, / una servilleta y / dos platillos, / para que el señor novio cene / con la señora novia.)
Oia jantzita dago
burukoarekin
burukoarekin eta
almoada birekin
almoada birekin eta
oiagaiñekoarekin.
(La cama está vestida / con su colchoncillo / con su colchoncillo y / dos almohadas, / con dos almohadas y / su sobrecama.)
Biramonen goizian
biak jaikiko dira
semetxoarekin,
semea ez bada ere
alabearekin,
alabea ez bada ere
esperantzarekin.
(A la mañana del día siguiente / se levantarán ambos / con un niño, / si no es con un niño / será con una niña, / y si no es con una niña / será con esperanza.)
Andra nobia nun zera?
Emen agiri ez zera.
Zure lagunak ezkondu ziran
zu gaur ezkondu al zera?
(Señora novia ¿dónde estás?/ No te asomas aquí./ Tus amigos ya se han casado / ¿te casarás tú hoy acaso?)


 
  1. Gerardo LOPEZ DE GUEREÑU. “Apellániz, pasado y presente de un pueblo alavés” in Ohitura, 0 (1981) p. 210.
  2. Gerardo LOPEZ DE GUEREÑU. “El matrimonio en Alava” in BISS, XV (1971) p. 210.
  3. Salustiano VIANA. “Estudio etnográfico de Lagrán” in Ohitura, I (1982) p. 59.
  4. Ramón VIOLANT I SIMORRA. El Pirineo Español. Vida, usos, costumbres, creencias y tradiciones de una cultura milenaria que desaparece. Barcelona, 1985, p. 290.
  5. Luciano LAPUENTE. “Estudio etnográfico de Améscoa” in CEEN, III (1971) p. 143.
  6. José Miguel de BARANDIARAN. “Estudio etnográfico de Ezkurra” in AEF, XXXV (1988-1989) p. 58.
  7. La información de este apartado se ha tomado primordialmente del artículo del P. José Antonio DONOSTIA. “Apuntes de Folklore Vasco” in RIEV, XV (1924) pp. 1-18.
  8. Manuel LEKUONA. “El epitalamio vasco. Las toberas” in Obras completas (II). Eusko Etnografia. Tolosa, 1978, pp. 366-367.
  9. Julio CARO BAROJA. La vida rural en Vera de Bidasoa. Madrid, 1944, pp. 147-149. El autor aclara que sigue la descripción hecha en un artículo titulado “'Toberak (ceremonia nupcial)” por Pedro ECHENIQUE, antiguo chistulari de Vera, en la revista Txistulari, VII (1934) pp. 4-5.
  10. Manuel de LEKUONA. Idazlan guztiak. Tomo I. Aozko literatura. Tolosa, 1978, pp. 465-469 y pp. 242-245.