Creación de nuevos caserios

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Son varios los autores que se han ocupado del proceso por el cual se crean nuevas casas a partir de las ya existentes. En general se han centrado en el caserío.

Como se ha recogido en un apartado anterior, los antiguos seles han constituido el origen de numerosos caseríos cada uno de los cuales ha sido en ocasiones la casa matriz a partir de la cual se han originado otras.

En Deba-Mutriku (G), según recogió Barandiaran, el caserío Burgo se decía que tenía su origen en un sel, es decir, un conjunto de terrenos alrededor de una piedra central llamada korta-arria, piedra de sel. Esta piedra, todavía podía verse en las inmediaciones del caserío.

Barandiaran describió cómo un caserío convertía en vivienda lo que hasta entonces era una borda para el ganado en una zona más elevada. Y con el tiempo esta borda convertida ya en casa hacía lo mismo con la borda que tenía, a su vez, en un paraje más elevado. Los mismos nombres de las casas conservan huellas de esta evolución. Así en Sara (L) Xuritegia es la casa matriz y Xuritegiko borda es la casa derivada de la anterior, que es de labranza, y tiene a su vez una granja pastoril llamada Xuritegiko bordako ardiborda.

Algunos caseríos de las zonas montañosas de Gipuzkoa al este del río Oria solían ser propietarios de bordas situadas en las proximidades de los pastos de altura. Estas bordas eran pequeños establos donde se guardaban ovejas y vacas, así como una provisión de paja y helecho. Su número se fue reduciendo con el tiempo, pero en el pasado eran muy frecuentes. Las más próximas al valle o a centros habitados se transformaron en viviendas durante la desordenada expansión de los siglos XVIII y XIX y las menos accesibles se fueron abandonando[1].

En Zugarramurdi (N) la casa se llama etxe, pero este nombre lo tiene por antonomasia la casa matriz o que no ha sido fundada por otra; la que tiene su origen en una anterior se denomina borda. Esta población se halla distribuida en cinco barrios: Karrika, Madaria, Olasur, Mendia y Alkerdi. La única aglomeración estaba formada por las casas del barrio Karrika, literalmente calle; las demás edificaciones se hallaban dispersas por el campo. De hecho Karrika lo formaban en su inmensa mayoría casas y no bordas mientras que los barrios de Madaria, Olasur, Mendia y Alkerdi estaban constituidos exclusivamente por bordas. En los montes de Zugarramurdi abundaban los seles o majadas, saroi. Sel o saroi era aquí un terreno acotado de forma cuadrada que tenía nueve mojones, mugarri, dispuestos de manera que el mojón principal ocupase el centro y los demás la periferia. Muchos fueron transformados en bordas-caseríos en el transcurso de los últimos siglos por las casas matrices que los explotaban. Este hecho aparece confirmado por los mismos nombres de tales caseríos: Teltxeiko borda, Xuteiko borda, etc. Éstos a su vez fundaron sus bordas en otros saroi. Tal ha sido el proceso de estabilización del poblamiento en Zugarramurdi conforme a las exigencias de la labranza y de la ganadería sobre todo. Lo mismo ha ocurrido en muchos otros pueblos como Sara (L), Ezkurra (N), Ataun (G) y Zeanuri (B)[2].

En Donoztiri (BN) muchos de los caseríos actuales fueron en otro tiempo simples bordas. Los nombres de algunos de ellos lo prueban bien claramente. Así, el caserío Argainborda fue originariamente una borda de la casa Argainea; Iruitborda lo fue de Iruitea; Ithurburuko borda de Ithurburua, y Mendiburuko borda de Mendiburua. Las antiguas bordas, después convertidas en caseríos independientes de las casas a que deben su origen, requirieron a su vez construcciones complementarias o bordas. Así, existe Argainbordako borda, es decir, la borda de Argainborda. Estos casos revelan uno de los modos en que ha tenido lugar la proliferación de las casas y su extensión por el territorio[3].

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Juan Arin Dorronsoro aporta también una relación de dieciocho saaltxek o construcciones auxiliares de las que mantenían las casas para albergue de ganado o almacén de hierba, que se convirtieron en caseríos en el pueblo de Ataun (G).

Desarrollos similares se observan a lo largo de toda la zona de poblamiento disperso. En Bizkaia nos encontramos frecuentemente un pequeño núcleo de dos o tres casas asentadas en una pequeña loma o ladera de monte. Sus respectivas construcciones, por los materiales empleados o por la estructura que aportan, indican que fueron fundadas en épocas distintas. Uno de estos casos es Azkarra, en el barrio Otzerimendi de Zeanuri. Es un conjunto de tres casas asentadas en el centro mismo de un antiguo sel de invierno. Se dedican también al pastoreo con rebaños en Gorbeia. Las casas se llaman Azkarra-goikoko etze zarra, Azkarra bekoa y Azkarra-goikoko etze barrie. Aquella primera parece ser la casa matriz que ha generado las otras dos. En este orden los ejemplos serían interminables[4].

En Oñati (G) en la decimosexta centuria eran todavía muchos los caseríos que llevaban el apellido del vecino que moraba en ellos o viceversa, es decir, eran numerosos los vecinos que se apellidaban con el nombre de su caserío. Dentro de una misma vecindad o barrio se constituyeron núcleos de vecinos de un mismo apellido, indudablemente descendientes de la casa matriz en torno a la cual se apiñaron los nuevos caseríos. Éstos tomaron con frecuencia el nombre de aquélla, ya agregándole un sufijo indicador de la situacion con respecto a la misma (Madina-garaikoa, Madina-azpikoa, Madina-azkoitia, Madina-beitia); ya adheriendo sufijos diferenciales lo mismo al nombre de la casa como a sus hijuelas (Jausoro aundia, Jausoro txikia, Jausoro-garaiko aundia, Jausoro-azpiko txikia); ya posponiendo al nombre primitivo el mote del hijo segundón, fundador del nuevo caserío (Baltzategi, Baltzategisoldadukoa, Baltzategi-aingerukoa). Otras veces ocurría en semejantes núcleos de vecinos de idéntico apellido, que las casas posteriores se denominaban con el nombre cristiano del poseedor. Así aconteció con los Vergaras, los Olazaran, los Arrazola, en el barrio de Olabarrieta, siendo muy probable que de aquí provenga la costumbre generalizada en Oñati y que aún perdura, de llamarse las casas con el nombre propio del mayorazgo. A tales núcleos de familias-estirpe se les distingue en escrituras antiguas, dándoseles el nombre de vecindad (vecindad de Uriarte, vecindad de Erguña), esto es, un pequeño vecindario dentro de otro mayor. El caso más interesante es el de la vecindad de Madina, que viene a ser una colonia totalmente aislada y a la que sólo le falta la presencia de una ermita para ser barrio aparte de hecho y de derecho[5].

En Ataun (G) la casa ocupa el sitio más próximo a las tierras de su propiedad. Sólo un cambio de tierras o nueva distribución de piezas de labrantío o pastizal obliga a construir nuevas casas cerca de aquéllas[6].


 
  1. SANTANA, Baserria, op. cit., p. 78.
  2. José Miguel de BARANDIARAN. “De la población de Zugarramurdi y de sus tradiciones. Notas sueltas [1950]” in Homenaje a Odon Apraiz. Vitoria: 1981, pp. 60-61.
  3. Idem. “Rasgos de la vida popular de Dohozti”, cit., pp. 19-21.
  4. MANTEROLA, “Etxea”, cit., p. 544.
  5. José A. LIZARRALDE. “Villa de Oñate” in AEF, VII (1927) pp. 62-64, 66-67.
  6. BARANDIARAN. “Contribución al estudio de la casa rural...”, cit., pp. 1, 2 y 9.