Creencias

R. M. de Azkue recogió en los años treinta del s. XX algunos dichos y creencias relacionados con los lunares. Así en ciertas localidades de Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra se decía que la persona que carecía de lunares, orainak, era bruja y en la villa marinera de Lekeitio (B) se conocía el dicho “oraiña daukana ezta sorgiña” (la que tiene lunares no es bruja). En Donibane-Garazi (BN) se decía que si el lunar, sor-señalea, se encontraba en un lugar que no se veía, su poseedor se enriquecería y en Barkoxe (Z) que si el lunar estaba al lado derecho, era buena señal; si en el izquierdo, mala[1].

A los niños se les decía que por cada mentira que dijeran les saldría una peca en la uña (Apodaca-A); para quitarlas, según un informante de esta localidad había que llevar encima tantas bolitas de piedra como pecas se tuviera en las uñas y, pasados los tres días, guardarlas. Cuantas más manchas se tuvieran más mentiras se habían contado (Amézaga de Zuya, Bernedo-A). El significado atribuido a las manchas blancas de ser señal de haber mentido el que las tiene, también se ha constatado en Cripán (A); Arratia, Bermeo, Carranza[2], Durango (B) y Sara (L). Azkue registró lo que se decía en Arrona (G) a la muchacha que tuviera esas marcas en las uñas: “Begira or zeinbat gezur esan den” (mira ahí cuántas mentiras has dicho) y en Olaeta (A) que las mujeres tenían tantas blancuras en las uñas cuantas mentiras hubieran dicho[3]. En algunos lugares se denominan “mentiras” a las propias manchas blancas (Apellániz-A, Vasconia continental). En Álava, José Iñigo señalaba ya en los años cuarenta del s. XX que había muchos niños que ocultaban con rubor las manchas blancas que les salían en las uñas porque probaban inequívocamente que eran mentirosos[4].

En Sangüesa (N) algunos piensan que cada peca que sale equivale a un pecado.


 
  1. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid: 1935, p. 82.
  2. Recogido por Manuel LÓPEZ GIL: LEF. (ADEL).
  3. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid: 1935, p. 76.
  4. José IÑIGO. Folklore alavés. Vitoria: 1949, p. 63.