Cuentos de nunca acabar

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Los niños también han recurrido a contar cuentos que carecen de final y que sirven para tomar el pelo a quienes los desconocen.

A los chiquillos de Allo (N), por ejemplo, se les preguntaba si querían que se les contase «el cuento de María Sarmiento que nunca se acaba». Al responder afirmativa o negativamente se les decía: «Que no te digo ni que sí ni que no, sino que a ver si quieres que te cuente el cuento de María Sarmiento que nunca se acaba». El juego duraba hasta que se aburría el interlocutor.

Lo mismo les ocurría a los críos de Bilbao, Portugalete (B), Vitoria, Pipaón y San Román de San Millán (A) ante la pregunta: «¿Quieres que te cuente el cuento de la buena pipa?». En Apellániz (A) preguntaban: «¿Quieres que te cuente el cuento de la pipa y pon?»

En Pipaón decían: «¿Quieres que te cuente el cuento de María Sarmiento que fue a cagar y se la llevó el viento?». Fuera cual fuera la respuesta, se repetía la pregunta.

En Bilbao, Carranza, Durango, Getxo y Portugalete (B) se decía: «Te voy a contar el cuento de María Sarmiento, que fue a cagar y se la llevó el viento y cuanto más cagaba más se la llevaba. ¿Quiéres que te lo cuente otra vez?». Y si el interpelado contestaba afirmativamente se volvía a repetir: «María Sarmiento....».

De Portugalete proceden estos otros: «Era un gatito con las orejas de trapo y las patitas al revés. ¿Quieres que te lo cuente otra vez?»; y «Erase un rey que tenía tres hijas, las metió en tres vasijas y las tapó con pez. ¿Quieres que te lo cuente otra vez?». Este último también se ha constatado en Apellániz, Pipaón (A) y Bilbao (B). En esta última localidad dicen «botijas» en lugar de «vasijas».

En Carranza (B) un adulto o un niño le pregunta a otro chiquillo: «¿Quieres que te cuente el cuento de la buena pipa?» Si contesta que sí, se le responde: «Pipa tabaco, tabaco pipa, pipa tabaco, tabaco pipa,...» así hasta que se da cuenta de que se le está tomando el pelo.

De idéntico estilo y de la misma localidad son los siguientes:

— ¿Quieres que te cuente el cuento de la pelota?
— Sí.
— Ya está rota.
— ¿Quieres que te cuente el cuento del soldao?
— Sí.
— Ya está acabao.

El último procede de Pipaón (A):

Erase una vez
un cesto y una banasta
y para cuentos ya te basta.