Desespigar, garramatu, azkarbaketa

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Una vez recolectado el lino la primera operación que se realizaba era su desgranado. Este desgrane era dificultoso, porque la semilla, linaza, viene encerrada en pequeñas cápsulas. Solamente los pájaros sacaban con su pico la semilla fácilmente.

Para esta operación en un banco alargado, karrama-alkia, se sentaba aquel que había de desgranar agarrando los manojos de lino por las raíces y pasándolos por el peine, txarrantxa, fijado en el centro del banco. El karrama-alki que se conservaba en el Museo de San Telmo de San Sebastián tiene doce fuertes púas cuadradas de hierro de 19 centímetros, sujetas en un trozo de madera de encina[1]. Este instrumento o banco ripador se denominaba garramea (Ataun-G) o karrama (Zerain-G).

Como anotaba Arin Dorronsoro, garramatu es palabra derivada de la latina carminare (cardar, rastrillar, peinar). El año 1771 se dice en un documento local: “los primeros rancados que sean de la tierra se les quita la semilla en un instrumento que en lengua vulgar se llama garrama”. A los que se dedicaban a esta labor se les llamaba garramatzaileak; a la labor misma garramatu (Ataun-G).

Desgranado del lino. Aramaio (A), 1987. Fuente: Gerardo López de Guereñu, Grupos Etniker Euskalerria.

Antiguamente en vez de este peine de púas se utilizaban las hendiduras hechas con la sierra sobre la misma tabla.

Bien al pasar por entre las púas, txarrantxak, o por entre las hendiduras se le desprendía la espiga envuelta en su cobertura. Puestas en montón las espigas se golpeaban con una maza para que desprendieran las semillas. Se servían del viento para limpiarlas de sus coberturas[2].

En Zerain (G) se utilizaba el banco de madera, karrama o banco ripador que tenía en su centro diez púas grandes. Sobre él trabajaban una o dos personas a tandas. Por este peine se pasaban los manojos de lino para sacarles la semilla y recogerla en una sábana que se colocaba en el suelo. Luego las semillas se ponían al sol o al calor del horno de pan para que se facilitara su desprendimiento y aventarlas valiéndose de un cedazo de mimbre, zumezko bahea y guardando las semillas en una bolsa.

En Urdiain (N) para arrancar la semilla contaban con bancos alargados, que llevaban un peine de madera clavado en el centro. La acción de desgranar se llamaba azorraztu. Cada mesa servía para dos personas, que sentadas en ambos extremos de la misma se valían de medio peine, azorrazia, cada una. Una vez desprendida la semilla la golpeaban con mazos de madera y los tallos se volvían a atar en haces mayores llamados urtakoa. Las ligaduras de los manojos eran del mismo lino.

En Zeanuri (B) antes de trabajar las plantas de lino se les quitaba las semillas: “haziek kendu eta gorde”. Esto lo hacían generalmente los hombres de la casa, golpeando los manojos con un mazo de madera, “tauki baten ganean porreagaz jo egiten ziran liñu-eskuteak alderdi bietatik”. Ponían especial cuidado en golpear la parte de las raíces, zuzterrak. Para que las semillas se desprendieran fácilmente previamente se ponían los manojos de lino al sol. Las semillas se recogían en una sábana y luego se limpiaban de la cascarilla soplando sobre ellas y aventándolas. La semilla de lino se guardaba en sacos de tela, zakutoak. Servía como simiente y tenía también fines medicinales para hacer emplastos[3].

En Améscoa (N) se le quitaba al lino la semilla a golpes de mazo.

A los manojos de lino desespigados se les llamaba: liño jaikia en Oñati (G), lijua urtako en Urdiain (N), gabikoa en Markina (B).

En Treviño y en La Puebla de Arganzón (A) cuando el lino arrancado estaba seco se le quitaban las semillas golpeando las espigas. También hacían pasar el lino entre dos tablas en forma de V; al meter entre ellos los manojos de lino y bajarlos hasta la parte más estrecha, dejando las espigas fuera, se les obligaba a soltar las semillas.


 
  1. Telesforo de ARANZADI. Folklore y costumbres de España. Tomo I. Barcelona: 1911-1925, p. 356.
  2. En la segunda mitad del siglo XIX la semilla de lino se vendía a las farmacias a precio de 10 pesetas el cuartal.
  3. Virtudes de la linaza / Liñaziaren ahoalmenak. Según Lope MARTINEZ DE ISASTI en su Compendio historial de la M.N. y M.L. provincia de Guipúzcoa servía para hacer emplastos; para curar verrugas; para obtener aceite de linaza.