Dolores de cabeza

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Una de las afecciones por las que con más frecuencia se ha recurrido a ermitas y santuarios son los dolores de cabeza. Los ritos de petición en estos casos han sido sencillos y expresivos: consisten en la introducción de la cabeza en un determinado hueco de la ermita o bien en su colocación bajo la campana, haciéndola sonar y recitando oraciones.

INTRODUCCIÓN DE LA CABEZA EN OQUEDADES

San Miguel de Excelsis. Aralar (N)

En este santuario, junto al altar de la capilla del Arcángel, por el lado de la epístola, existe un hueco abierto en la pared. Se decía que comunicaba con una sima que se suponía existía debajo de la iglesia; la misma en que vivió en otro tiempo el dragón que, a ruegos del caballero Teodosio de Goñi, fue muerto por San Miguel. Es creencia que el rezar un credo mientras se tiene la cabeza metida en aquel hueco, preserva de los dolores de cabeza[1].

Cadenas de Teodosio. Santuario de Aralar (N). Fuente: Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa: José Ignacio García Muñoz.

En Lekunberri (N) los informantes de nuestra encuesta dicen que era costumbre acudir al santuario de San Miguel de Aralar para introducir la cabeza en esa oquedad al tiempo que se rezaban tres credos con el fin de no padecer dolores de cabeza. Los de Ataun y Ursuaran (G) rezaban antaño cuarenta veces el credo[2]. Informantes de Durango (B); Beasain, Berastegi, Bidegoian, Elgoibar y Zerain (G) recuerdan haber practicado este rito mientras rezaban un credo.

En este mismo santuario aquellos que solicitan protección contra estos dolores acostumbran a pasar tres veces las llamadas cadenas de Teodosio alrededor de la cabeza. Así lo constatan en Bidegoian y Zerain (G).

Capilla del Arcángel, Santuario de Aralar (N). Festividad de San Miguel, 1984. Fuente: Anton Erkoreka, Grupos Etniker Euskalerria.

San Esteban. Usurbil (G)

Decían en Usurbil que bastaba con acudir a la ermita de San Esteban, introducir la cabeza en uno de los dos huecos de la pared, rezar un credo o varios padrenuestros y ofrecer una limosna al santo, mientras se le decía: “Aita San Esteban alturetakoa, torizu dirua ta arzazu miña” (Padre San Esteban de las alturas, toma el dinero y quédate con el dolor). De este modo quedaban libres de dolores de cabeza durante un año. Estos huecos parecen haber sido un antiguo sagrario o credencia[3].

San Esteban. Usurbil (G). Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.

San Pedro de Zegama y Ntra. Sra. de Zikuñaga. Hernani (G)

En Zegama debajo de la mesa del altar de la ermita dedicada a San Pedro había un hueco donde los devotos introducían la cabeza mientras rezaban un credo; consideraban que esta práctica era eficaz contra los males de cabeza[4].

A la ermita de Ntra. Sra. de Zikuñaga se acudía desde Hernani y desde Astigarraga para protegerse de los dolores de cabeza. Se introducía la cabeza en un agujero existente al pie del nicho de la Virgen mientras se rezaba un credo. Igual costumbre se ha practicado en las ermitas guipuzcoanas de Santa Marina de Asteasu y San Juan de Orio[5].

Santuario de la Bien Aparecida. Ampuero (Cantabria)

En Carranza (B) se acudía al cercano Santuario de la Bien Aparecida, localizado en el municipio cántabro de Ampuero, donde existe una oquedad en la que si se introduce la cabeza, según la tradición, remite el dolor.

Sagrario del Monumento del Jueves Santo

En Allo (N) se introducía la cabeza en el sagrario o urna del Monumento del Jueves Santo, mientras se rezaba un padrenuestro. Al día siguiente de desmontado el Monumento, el sacristán exponía el sagrario con la puerta abierta colocándolo sobre el altar de San Jorge. Se formaba una cola de personas para introducir allí la cabeza. Quienes practicaron este rito recuerdan que dentro se escuchaba el ruido del mar. En Ordizia (G) introducían también la cabeza en el Sagrario del Monumento cuando éste estaba vacío el día de Viernes Santo[6].

INTRODUCCIÓN DE LA CABEZA DENTRO DE LA CAMPANA

Santuario de Oro. Murgia (A)

Desde Amézaga de Zuya, Apodaca, y otros pueblos alaveses los que tenían frecuentes dolores de cabeza subían a este santuario, ponían la cabeza bajo la campana y rezaban tres avemarías mientras, con el badajo, daban tres campanadas.

A principios del siglo XX iban a este santuario desde Olaeta (A) el día segundo de Pascua y el día de la Ascensión y poniéndose de rodillas bajo la campana rezaban cuarenta veces el credo, golpeando la campana con la mano[7]. A este santuario acudían también de los valles vizcainos de Arratia y Orozko y de la Villa de Otxandiano.

Santuario de Ntra. Sra. de Oro, Murgia (A). Fuente: Isidro Sáenz de Urturi, Grupos Etniker Euskalerria.

Ntra. Sra. de la Antigua. Ondarroa (B)

En Ondarroa, junto a la iglesia de Nuestra Señora de la Antigua, había dos campanas debajo de un cobertizo a donde se subía por unas pocas gradas de piedra; era creencia que introduciendo la cabeza en el hueco de cualquiera de las campanas y haciéndola sonar al mismo tiempo, se curaban las enfermedades de la cabeza[8]. Según Lizarralde los devotos introducían la cabeza dentro de una de las campanas, recitaban tres veces el Ave María y la hacían sonar otras tantas veces, golpeándola con el badajo[9].

Acudían a este lugar desde localidades guipuzcoanas como Arrona y Elgoibar cuyos informantes anotan que pasaban seis o nueve veces por debajo de la campana, siempre en un número de veces que fuera un múltiplo de tres.

San Juan de Gaztelugatxe. Bermeo (B)

Creencia y práctica similar se observaba en esta antigua ermita costera donde se conmemora la decapitación de San Juan Bautista (29 de agosto) y donde hay una campana a la cual se atribuye la misma virtud[10]. El historiador local Zabala decía a este respecto: “En el mismo Gastelugach se cura el dolor de cabeza poniendo ésta al par inferior del hueco de la campana y haciéndola sonar, en tal disposición, en tres series”[11].

Cumplido el primer requisito de hacer en el interior de la ermita la ofrenda de alguna prenda de cabeza (boina, pañuelo, horquilla del pelo) se hacía sonar la campana. Esta costumbre está muy generalizada: casi todos los que acuden a San Juan de Gaztelugatxe, por la causa que sea, hacen sonar la campana; y en días de gran afluencia, como el día del patrón, la gente guarda cola para hacerla sonar. Los de Abadiano, Bermeo, Busturia y Durango (B) cuando acudían a este santuario costero se colocaban bajo la campana para guardarse de estos dolores.

San Juan de Gaztelugatxe. Bermeo (B), 1993. Fuente: Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa: José Ignacio García Muñoz.

Ntra. Sra. de Okon (A)

En la rogativa que hacía todos los años el pueblo de Navarrete a Ntra. Sra. de Okon, las mujeres daban unos toques a la campana de la espadaña para no tener dolores de cabeza.

San Martín. Castillo-Elejabeitia (B)

La víspera de Santa Águeda, 4 de febrero, se tocaba de modo prolongado la campana de esta ermita; a este toque se le atribuía una virtud especial para quitar los dolores de cabeza.

PRENDAS, AGUA Y RODEO A LA ERMITA

El hecho de dar vueltas en derredor de ermitas o santuarios formaba parte del rito de petición de salud al santo.

Santa Felicia. Labiano (N)

En esta iglesia reciben culto los restos de la mártir Santa Felicia, princesa de Aquitania, abogada de los dolores de cabeza. El día de la romería los hombres pasaban sus boinas por la urna que contiene sus reliquias y las mujeres sus mantillas y pañuelos. Esta urna está en alto sujeta al muro y hasta allí, tiran sus prendas hombres y mujeres para luego cubrirse la cabeza con ellas y protegerse de los dolores. Acudían de Aoiz, Sangüesa y Tiebas (N) entre otros pueblos.

San Guillermo. Obanos (N)

En la ermita de Ntra. Sra. de Arnotegi, se veneran la cabeza y los huesos de San Guillermo, hermano de Santa Felicia. Su fiesta se celebra el Jueves de Pascua: de víspera se traslada el cráneo del santo desde la ermita a la iglesia de Obanos. Al día siguiente extraen el cráneo de su urna y lo colocan sobre un recipiente de cobre; le introducen el pico de un embudo por el orificio que tiene el cráneo en su parte superior y vierten por él abundante agua que cae sobre el balde. Todo el pueblo bebe de esta agua, utilizando dos únicos vasos rituales. Las mujeres recogen el agua en jarras y orzas y la conservan en casa como remedio contra los dolores de cabeza[12]. La actual encuesta de Obanos confirma esta práctica y anota que también se echaba de esta agua al pozo de las casas “para que estuviera bendecida durante todo el año”.

Fiesta de San Guillermo, Jueves de Pascua, bendición de agua y vino. Obanos (N). Fuente: M.ª Amor Beguiristain, Grupos Etniker Euskalerria.

San Víctor de Gauna (A)

como boinas, pañuelos, rosarios, etc. y luego aplicárselos a la cabeza cuando es preciso. También llevaban aceite de la lámpara del santuario con el que se ungían la cabeza. Muchos procuraban dar varias vueltas (tres, cinco o siete) alrededor de la ermita, rezando en cada

Una práctica ritual semejante a la de Obanos se realiza en San Víctor de Gauna considerado por el pueblo como abogado contra las enfermedades nerviosas y en especial del dolor de cabeza. El cuerpo del santo está depositado debajo del retablo del altar mayor. El cráneo se encuentra separado y guarnecido de plata; tiene un orificio en la parte superior por el que se introduce el agua bendecida que sale por la boca. Esta agua se reparte entre los fieles, que la llevan a sus casas para beberla cuando se presenta un dolor de cabeza, rezando al tiempo un padrenuestro, una avemaría y un gloria e invocando su protección. Los peregrinos tienen también costumbre de tocar el cráneo del santo con diversas prendas, tales como boinas, pañuelos, rosarios, etc. y luego aplicárselos a la cabeza cuando es preciso. También llevaban aceite de la lámpara del santuario con el que se ungían la cabeza. Muchos procuraban dar varias vueltas (tres, cinco o siete) alrededor de la ermita, rezando en cada una un Pater, Ave y Gloria. En los años veinte había colgados de las paredes varios cientos de trenzas con sus respectivos lazos, que, en testimonio de gratitud por el favor obtenido, se habían cortado y ofrendado a San Víctor. También había varios bustos de cera y numerosos documentos autógrafos, colocados en un cuadro, de personas agradecidas[13]. La reliquia de San Víctor se guarda en la parroquia de Gauna y se suele subir a su ermita en las fiestas solemnes.

A San Víctor de Gauna se acudía desde Agurain, Apodaca y Mendiola (A) según han recogido nuestras encuestas. De Apodaca acudían el primer domingo de junio: subían andando y de paso cogían agua de la fuente “de la Herradura”. Dice la leyenda que en este lugar el caballo que arrastraba a San Víctor rascó con la pata en la tierra y brotó agua; en la piedra quedó grabada la herradura. Los ofrecidos subían de rodillas, los seis escalones, por detrás de la casa del ermitaño. Luego pasaban por la puerta y accedían a la sacristía donde recogían el agua que había pasado por la cabeza del santo.

Esta creencia fue registrada por Barandiaran en los años veinte. “Era una creencia de los devotos de San Vítor de Gauna que si daban tres vueltas alrededor de su ermita, rezando en cada una un padrenuestro, se quitaba el dolor de cabeza. Dado lo áspero del lugar era harto difícil rodear la ermita”[14].

San Víctor. Obecuri (A)

San Víctor (Vítor), mártir, es el patrón del pueblo de Obecuri; tiene una ermita dedicada al santo en el cerro que lleva su nombre. Desde Bernedo, Moreda (A) y Améscoa (N) acudían el día de la fiesta, 14 de mayo; se daban tres vueltas a la ermita rezando un padrenuestro en cada una de ellas y un credo al final; se introducía la cabeza en una pequeña alacena situada junto al altar, para no padecer durante el año dolores en esta parte del cuerpo. Actualmente la ermita está hundida y se ha levantado una pequeña capilla por ser el patrono del pueblo. Se siguen encomendando al santo en caso de dolor de cabeza pero al no conservarse el antiguo armario ya no se practica el rito de introducir la cabeza.

Santa Águeda. Alonsotegi (B)

En esta ermita una imagen de mármol blanco representa a la santa; tiene la cabeza separada del tronco. Hasta tiempos muy recientes, las mujeres daban tres vueltas alrededor de los dos altares situados en la iglesia y en la sacristía. Entraban por una de las puertas de esta última y salían por la otra portando en sus manos la cabeza de la santa. En cada uno de los altares se detenían y rezaban una oración rogándole que no padecieran dolores de cabeza.

Santa Águeda. Natxitua (B)

En Natxitua los que padecían dolores de cabeza se cubrían ésta con la piedra cóncava que está en la ermita de Santa Águeda y con ella encima daban tres vueltas en torno a la misma[15].

OTRAS PRÁCTICAS

Santísima Trinidad. Andagoia (A)

Los vecinos de Andagoia, Anda y Catadiano (A) subían de rogación a la ermita de la Santísima Trinidad, el día de San Gervasio. En tal ocasión, así como en el domingo siguiente al de la Trinidad –fiesta de la ermita–, entraban las mujeres y los muchachos en el interior de la cueva y recogían piedrezuelas sueltas que encontraban en el suelo. Cuando sentían dolores de cabeza colocaban estas piedras en la frente, sosteniéndolas con un pañuelo; les atribuían la virtud de curar los males de cabeza[16].

Ermita de la Santísima Trinidad. Andagoia (A). Fuente: Isidro Sáenz de Urturi, Grupos Etniker Euskalerria.

San Prudencio. Getaria (G)

En la ermita de San Prudencio de Getaria se venera a la Virgen del Socorro, Ama Birjiña Sokorrokoa, a la que ofrendaban aceite y candelas. Con el polvo obtenido del frotamiento de dos cantos rodados, los devotos se espolvoreaban el cabello, como preservación de los dolores de cabeza. Según otra versión el rito consistía en signar la frente con este polvo[17].

San Formerio. Ribera Alta (A)

En Ribera Alta y Pipaón (A) acudían a San Formerio sito en el lugar de Pangua; allí hay una roca que según la creencia popular tiene la virtud de hacer desaparecer el dolor de cabeza cuando se pasa ésta por debajo de ella.

San Pantaleón. Zalla (B)

Los que asisten a la ermita de San Pantaleón en Zalla el día de su festividad, 27 de julio, se ponen sobre su cabeza el sombrero que tiene la imagen del santo; luego de rodillas rezan un padrenuestro, una salve y tres avemarías. Así se preservan de cualquier dolor de cabeza.

San Pantaleón. Zalla (B). Fuente: Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa: José Ignacio García Muñoz.

Santa Leocadia. Urnieta (G)

Contra la jaqueca se recurría a Santa Leocadia, Santa Lokari, venerada en Urnieta. Los que visitaban la ermita llevaban a sus casas unos dijes con la estampa de la santa; los guardaban en la cabecera de la cama para colgarlos al cuello cuando sobrevenía el dolor[18].

Santa Elena. Irun (G)

En la ermita de Santa Elena de Irun se venera la imagen de Santa Lucía. Se decía que para evitar jaquecas y migraña bastaba con pasar ante ella a rezar una vez al año. Solían disponerse gavillas de paja para los fieles que acudían a la ermita a rezar los cuarenta credos, lo que les permitía llevar fácilmente la cuenta.

Ntra. Sra. de Dorleta. Gatzaga (G)

Lizarralde señalaba en la década de los años veinte que Ntra. Sra. del Castillo, popularmente denominada Virgen de Dorleta, era especial abogada contra los males de cabeza y corazón, gota y ataques epilépticos. Se ofrendaba trigo en cantidad equivalente al peso del enfermo y muchos repetían el obsequio durante tres años sucesivos[19].

Otros lugares de peregrinación

En Liginaga (Z), en la madrugada de la fiesta de San Juan Bautista muchos iban a lavarse la cara a la fuente próxima a la ermita de San Juan de Zihiga. A esta práctica atribuían virtud contra los dolores de cabeza, ojos, etc. Desde esa misma población acudían en peregrinación a la ermita de La Maidalena (La Magdalena de Atharratze) y pasaban rozando un pañuelo por la cara de la imagen de la santa y luego por la suya propia a fin de curar los dolores de cabeza. Dejaban en la ermita un cabello, un peine u otro objeto que pertenecía al tocado de su cabeza. En Barkoxe (Z) se recurre con el mismo propósito a la ermita de Santa Bárbara[20]. De Sara (L) acudían a la capilla de Notre Dame de Arantza situada en el alto de Ainhoa.

En la ermita de San Juan de Gorozika de Ondarroa (B) se veneró una imagen de San Martín al que pedían la curación de los dolores de cabeza. Esto mismo se imploraba a Santiago, Jandonekobe, en su ermita de Dima (B) y a San Martín de Murua, en Markina (B). Antaño en Zeanuri y Dima (B) solían llevar a los que sufrían de la cabeza a la ermita de San Justo a pasar la noche y rezaban allí nueve rosarios. En Murelaga (B) se llevaba a los niños a la ermita de San Martín, que está junto a Munibe en Markina.

A Santa Catalina, ermita situada en el barrio de Iguria de Elorrio (B) y a la de Santiago de Nabarniz (B), se acudía para solicitar protección en las enfermedades del entendimiento y a la de Santiago de Ipiña en Zeanuri (B) se recurría por trastornos mentales. Con el mismo fin acudían a la Iglesia de Santiago de Axpe-Busturia (B).

Entre los santuarios navarros visitados por quienes buscan alivio para esta dolencia están Ntra. Sra. de Idoia en Izaba (Roncal), y San Gervás de Arzoz. En Baztan se rezaba a Santo Domingo[21]. De Sangüesa para la curación del mal de cabeza y de los nervios iban a rezar a Santa Orosia, en la catedral de Jaca (Huesca). Desde Lekunberri para protegerse del dolor de cabeza se acudía en procesión a la ermita de Santa Engracia de Uitzi. En San Martín de Unx peregrinaban a San Sebastián de Tafalla, tenido por abogado del mal de cabeza, los de Tiebas a Santa Elena de Ezkiroz y los de Lezaun a Santa Felicia de Añorbe.


 
  1. José Miguel de BARANDIARAN. “Las Iglesias” in Eusko Folklore. Materiales y Cuestionarios, LXIX. Vitoria: 1926, p. 33-34.
  2. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 243.
  3. Luis MURUGARREN. Usurbil: Aguinaga, Urdayaga y Zubieta. San Sebastián: Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, 1974, pp. 133 y 168.
  4. José Andrés GORROCHATEGUI; José Antonio ARACAMA. “La religiosidad del pueblo. Zegama” in AEF, IV (1924) p. 106.
  5. Domingo IRIGOYEN. “Ermitas e Iglesias de Guipúzcoa” in AEF, XIV (1934) pp. 31, 39 y 75-76.
  6. Ángel GOICOETXEA. Capítulos de la medicina popular vasca. Salamanca: Instituto de Historia de la Medicina, 1983, p. 43.
  7. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid: 1935, p. 79.
  8. José Miguel de BARANDIARAN. “Las Iglesias” in Eusko Folklore. Materiales y Cuestionarios, LXIX. Vitoria: 1926, p. 33.
  9. José A. LIZARRALDE. Andra Mari. Semblanza religiosa de la provincia de Guipúzcoa. Bilbao: 1926, p. 222.
  10. José Miguel de BARANDIARAN. “Las Iglesias” in Eusko Folklore. Materiales y Cuestionarios, LXIX. Vitoria: 1926, p. 33.
  11. Anjel ZABALA eta OTZAMIZ-TREMOYA. Historia de Bermeo. Tomo II. Bermeo: 1931, p. 432.
  12. Según Iribarren hasta los años diez del siglo XX en lugar de agua pasaban por el cráneo del santo vino del que bebían todos. Vide José Mª IRIBARREN. De Pascuas a Ramos: galería religioso-popular-pintoresca. Pamplona: 1970, pp. 49-51.
  13. Saturnino P. de ONRAITA. “La religiosidad popular. Gauna” in AEF, IV (1924) pp. 146-147.
  14. José Miguel de BARANDIARAN. “Las Iglesias” in Eusko Folklore. Materiales y Cuestionarios, LXXI. Vitoria: 1926, p. 41.
  15. Anjel ZABALA eta OTZAMIZ-TREMOYA. Historia de Bermeo. Tomo II. Bermeo: 1931, p. 431.
  16. José Miguel de BARANDIARAN. “Las Iglesias” in Eusko Folklore. Materiales y Cuestionarios, LXV. Vitoria: 1926, p. 205.
  17. Domingo IRIGOYEN. “Ermitas e Iglesias de Guipúzcoa” in AEF, XIV (1934) p. 76.
  18. Manuel de LEKUONA. “La religiosidad del pueblo. Oyartzun” in AEF, IV (1924) p. 8.
  19. José A. LIZARRALDE. Andra Mari. Semblanza religiosa de la provincia de Guipúzcoa. Bilbao: 1926, pp. 59 y 62.
  20. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid: 1935, pp. 290-291.
  21. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 234.