Ejemplos de poblamiento concentrado

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Saltar a: navegación, buscar

Como ya hemos indicado, algunos de los agrupamientos típicos obedecen a razones defensivas por lo que sus casas se levantaban apiñadas protegidas por una muralla.

Laguardia (A) está situada en la cima de un cerro alargado en dirección norte-sur y su origen es totalmente defensivo. La estructura del poblado sigue la dirección y forma del cerro sobre el que está construido, o sea, la dirección norte-sur. Las calles de que consta son tres principales que corren en dirección longitudinal norte-sur y son paralelas. Hay otras tres transversales que cruzan las anteriores. En la época en que se realizó este trabajo las viviendas se hallaban, en su mayoría, dentro del recinto amurallado. Sólo había fuera algunas construcciones recientes.

Esta disposición de las casas, que obedece a las razones históricas expuestas, plantea problemas de habitabilidad desde una perspectiva más reciente en el tiempo. Así, en esta misma población alavesa debido a la estructura apiñada del casco urbano, emplazado en 3.000 m2 y rodeado de altas murallas, sólo un 60% de las viviendas recibían durante algún espacio de tiempo la luz solar. La casi totalidad de las viviendas tenían como mínimo tres siglos de existencia sin que se hubiesen hecho desde su construcción reformas sustanciales, ni interiores ni exteriores, por lo que conservaban toda su fisonomía medieval. Su construcción era sólida, pero la distribución se consideraba en general defectuosa en su interior con abundantes alcobas sin ventilación directa, cocinas lóbregas, habitaciones con ventanas inadecuadas y escaleras mal trazadas y poco accesibles. A mediados de los sesenta se consideraba que el 85% de las viviviendas no reunían las condiciones suficientes de salubridad y espacio requerido. En las casas no solía haber sala de estar y el comedor solía ser ordinariamente habilitado a la vez como comedor-dormitorio[1].

Otro de los problemas que plantea el agrupamiento de las casas es que en ocasiones se realizaba de un modo desordenado.

En Agurain (A) por ejemplo se hizo necesaria la aprobación de un Plan de Ordenación General para evitar el anárquico desarrollo de la construcción en el casco antiguo de la villa y extramuros[2].

En Bajauri, Obécuri y Urturi (A) las casas suelen estar agrupadas formando el pueblo. Como son poblaciones pequeñas no tienen mucho orden en la colocación de los edificios; sin embargo, suelen contar con alguna calle y plaza. Urturi es una población que se diferencia algo por tener las casas a ambos lados de la carretera. En Bernedo (A) quedan todavía restos de una antigua muralla[3]. Las casas de esta localidad están colocadas formando calles dentro del recinto urbano pero no muy ordenadas como en los demás pueblos de similares características[4]. En Markinez (A) la población se halla concentrada. El pueblo está situado en un barranco que originan las estribaciones septentrionales de la Cordillera de Cantabria o de Toloño y las meridionales de los montes de Vitoria, en dirección este-oeste, dirección que va marcada por el río Uda (Ayuda). Las casas actuales constituyen unidades independientes o se enlazan por paredes de medianería dando origen a pequeñas callejas; éstas son tres. Los ejemplos más abundantes son los de dos o tres casas unidas[5].

Añana (A), 1988. Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker Euskalerria.
Plano de las casas y huertas de Ainhoa (L), 1830. Fuente: Michel Duvert, Grupos Etniker Euskalerria.

En Obanos (N) el poblamiento es concentrado, emplazado sobre una mediana elevación de 412 metros, con aspecto ordenado en la actualidad en función de calles anchas y plazas. Sin embargo los planos de primeros de siglo XX no presentan esta ordenación, sino que las casas y sus construcciones complementarias se agolpaban desordenadamente en torno a las eras. Cada casa o grupo de ellas tenía delante o a un lado la era donde se llevaba a cabo todo tipo de faenas agrícolas. El aspecto actual ordenado del pueblo se ha logrado, durante estos últimos años, delimitando calles a base de convertir las eras y terrenos casales en jardines públicos o privados. Se distinguen en la actualidad cinco barrios.

A lo largo de la historia también en la vertiente atlántica se ha sentido la necesidad del agrupamiento en zonas expuestas a los ataques.

Oiartzun (G) es un pueblo que ha padecido no poco en las guerras entre España y Francia por lo que la autoridad procuró siempre por todos los medios hacer del Valle un pueblo fuerte por su unidad. Esta es la razón de que no tenga más que una iglesia y de que nunca haya prosperado en los barrios la idea de hacerse independientes constituyendo varios ayuntamientos.

En Lesaka (N) el principal núcleo de población está situado en una larga y estrecha vega que forman los ríos Onin y Biurrana en su punto de unión, rodeada de montañas. Primitivamente esta villa, que aparece ya en el año 800 con el mismo nombre que hoy lleva, debió estar constituida por una agrupación de casas situadas a lo largo de cierta calzada que viniendo desde Lapurdi por el Collado de Ibardin se uniera con otra que venía de Pamplona a Oiartzun por el Collado de Aritxulegi. En épocas históricas anteriores a la Edad Moderna, en las que se verificó la separación de las Provincias Vascongadas, quedando sólo el reino de Navarra, las cinco Villas se encontraron en situación geográfica un tanto comprometida pues limitaban al norte y este con Francia y por el oeste con Gipuzkoa, que se anexionó al Reino de Castilla. A esta situación hay que añadirle las luchas intestinas de Navarra entre agramonteses y beamonteses y las rencillas harto frecuentes entre los Alzates de Bera y los Zabaleta de Lesaka. Estas son las razones por las que las casas de la villa se presentan próximas unas a otras con aire de pequeña ciudad medieval. En 1411 padeció un incendio y saqueo en el que se destruyeron 88 casas, por lo cual no debe haber edificios anteriores a esta época, excepto la casa torre de Mingienea. En 1444 sufrió otro incendio que destruyó muchas casas. De 150 vecinos que tenía la villa a principios del siglo XV quedaron 91, pues murieron muchos con las invasiones y las guerras civiles. Pasado este periodo de pobreza e indigencia correspondiente a la última época de la Monarquía Navarra vino otro de florecimiento pues en 1546 la población aumentó a 1.500 habitantes, datando de este periodo varias casas. Muchas han sido las invasiones sufridas con posterioridad pero en ninguna se destruyeron edificios como acaeció en Bera, quemada y saqueada más de tres veces en épocas relativamente modernas[6].

Artajona (N), 2010. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.

La propia toponimia aporta en ocasiones información sobre cómo se fue estableciendo una población.

Oñati (G) no es una villa amurallada como lo fueron las de alguna importancia durante la Edad Media. Aun así, el trazado de sus calles corresponde al plano general de las villas medievales con calles intencionadamente tortuosas y esquinosas. La nomenclatura de las diferentes vecindades, de las calles en la población urbana y de los caseríos dentro de cada vecindad, congregados bajo los auspicios del santo titular de su respectiva ermita, permite juzgar cuál fue la zona primeramente habitada en el territorio de Oñati. Un afluente cuyo nombre es Anzuolaras, atraviesa la plaza mayor de la villa y divide en dos mitades la población. Quedan así dos zonas marcadamente distintas. La de “río abajo” o la parte llana fue la primera en ser habitada habiéndose formado el núcleo más antiguo de casas en la vecindad de Lazarraga, iglesia antigua. En consonancia con el sentido arcaico de este nombre suenan los de Kalezarra o calle vieja, Kortazar, Bolibarzarra. En la zona “río arriba” o parte montuosa aparecen voces locales indicadoras de una colonización posterior como las de Uribarri, vecindad nueva, Kalebarri o calle nueva, Lekunbarri, Olabarrieta, Kortabarri-garaikoa o Kortabarri-azpikoa. Observando las advocaciones de las numerosas ermitas de toda la jurisdicción de Oñati se nota que los santos cuyo culto litúrgico data de la más remota antigüedad dan su nombre a las ermitas de la parte llana mientras los santos taumaturgos, los del siglo décimo para acá, que alcanzaron singular fama en la cristiandad contemporánea, son los de las ermitas enclavadas en la parte superior.

Como ya se ha podido apreciar en alguna descripción previa, en ocasiones el agrupamiento de las casas se realiza a lo largo de una vía de comunicación por lo que la población adquiere un aspecto más o menos lineal.

Aurizberri (N) es una población agrupada a ambos lados de la carretera que va desde Pamplona y Uharte a Roncesvalles. A finales de la primera década del siglo XX estaba compuesta por 58 casas y 400 almas. En la parte oriental está situado el barrio de Santiago, a mano derecha de la carretera Pamplona-Roncesvalles. Es un grupo de cinco edificios, algo separado del principal. Aurizberri y Burguete son pueblos de casas agrupadas pero no contiguas, entre ellas hay un pequeño espacio que no es menor que medio metro. Casi todas las casas tienen huerto al lado. En Burguete las casas, alrededor de sesenta, se hallan también agrupadas a ambos lados de la carretera y todas menos cuatro eran de labradores[7].

En varios capítulos se recogerá la tendencia a orientar las fachadas de las casas rurales buscando la máxima insolación, es decir, entre el este y el sur. En alguna población se constata que esto ha sido así entre aquellos que se dedicaban a la actividad agropecuaria y que cuando una casa miraba al camino era porque su dueño se empleaba en una actividad distinta. En estas localidades de poblamiento concentrado que aquí recogemos se ha registrado la orientación hacia el camino obviando los condicionantes de tipo climático.

La población antes citada, Aurizberri, al igual que su pueblo vecino Burguete, como queda dicho presentan sus casas agrupadas a ambos lados de la carretera. La forma longitudinal que tiene contrasta con la estructura de encrucijada, nuclear y plurinuclear que tienen los pueblos de alrededor[8]. Aurizberri ocupa la parte más baja de una hondonada. Se halla resguardado de los vientos del norte y noreste por varios altos. La carretera de Pamplona-Roncesvalles pasa en dirección NW-SE y como las casas se hallan agrupadas a ambos lados de la misma y tienen sus puertas principales mirando a ella, se comprende que las condiciones climáticas no hayan influido mucho en la orientación de las fachadas principales. El barrio de Santiago, formado por una sola fila las casas, éstas tienen las fachadas principales hacia el mediodía[9].

En Urraúl Alto (N) las casas no llevan una orientación determinada y aunque muchas de ellas tienen la fachada principal mirando al mediodía, las hay también con distinta posición. Finalmente, como sucede en Irurozki, Imirizaldu, Zabalza, Adoain y Eparoz, los viejos caminos, o la moderna carretera, han influido también en la situación de algunas viviendas, viéndose como éstas han sido levantadas en sus proximidades o a lo largo de su recorrido por el pueblo[10].

En Romanzado y Urraúl Bajo (N) los pueblos están formados por agrupamientos de casas, no ha habido edificaciones diseminadas. Por eso la mayoría de ellas están supeditadas en su orientación a la existencia de otras o a calles ya trazadas. Así, no siempre es el clima u otros factores geográficos los que determinan la orientación de la vivienda[11].

En cuanto a las villas de la zona septentrional es habitual que muestren una distribución similar en calles. A continuación se describe la configuración del núcleo antiguo de la Villa de Durango, que conserva el primitivo trazado de cuatro calles alineadas paralelamente y una transversal que las cruza en la mitad de su recorrido. La denominación tradicional de las calles alude a su situación: Barrenkale (la de abajo); Artekale (la del medio) y Goienkale (la de arriba). Una primera ampliación del núcleo fue la apertura de una calle nueva, Kalebarria, que la circunda por el este.

A su vez la Villa “estuvo ceñida de recios pero no altos muros y flanqueada por cinco portales almenados hasta muy adelantado el siglo XVIII. Dentro de su recinto, que afectaba la formación de un cuadrilátero, ocupaban en lo antiguo los cuatro ángulos, las casas fuer-tes de Lariz, Asteiza, Arandoño y Monago,ocupando el centro del arca la de Otalora...”[12].


 
  1. José María GARAY del CAMPO. Laguardia y la Rioja alavesa. Estudio socio-económico-pastoral de una villa y comarca típicamente rurales. Vitoria: 1964, pp. 138, 141, 142, 144 y 145.
  2. Jesús RUIZ de LARRAMENDI. “Salvatierra-Agurain. Destellos de un siglo de historia” in Ohitura. Núm. 6. (1994) p. 33.
  3. José Antonio GONZÁLEZ SALAZAR. “Vida agrícola de Bajauri, Obecuri y Urturi” in AEF, XXIII (1969-1970) p. 14.
  4. José Antonio GONZÁLEZ SALAZAR. “Grupo doméstico en Bernedo. La casa” in AEF, XXVI (1975-1976) p. 176.
  5. Juan de ESNAOLA. “Pueblo de Markiniz (Marquínez). Los establecimientos humanos y las condiciones naturales” in AEF, VI (1926) p. 93.
  6. Julio CARO BAROJA. “Algunas notas sobre la casa en la Villa de Lesaka” in AEF, IX (1929) pp. 69, 70-72.
  7. José Miguel de BARANDIARAN. “Pueblo de Aurizperri (Espinal). Los establecimientos humanos y las condiciones naturales” in AEF, VI (1926) pp. 2, 4, 7 y 8.
  8. Oihana VILLANUEVA. “Aurizberri-Espinal 75 años después. Estudio etnográfico” in CEEN, XXXIV (2002) p. 188.
  9. José Miguel de BARANDIARAN. “Pueblo de Aurizperri (Espinal). Los establecimientos humanos y las condiciones naturales” in AEF, VI (1926) p. 7.
  10. Luis Pedro PEÑA SANTIAGO. “Estudio etnográfico de Urraul Alto” in Munibe, XVIII (1966) p. 78.
  11. José de CRUCHAGA y PURROY. “Un estudio etnográfico de Romanzado y Urraul Bajo” in CEEN, II (1970) p. 156.
  12. Camilo de VILLABASO. Historia de Durango. Bilbao: 1968, pp. 76-77.