El aguamiel

En Valderejo (A) las bolas de cera que quedaban tras extraerles la miel a mano se colocaban en un recipiente con agua de modo que se diluyesen los restos de miel. Se obtenía así un líquido denominado aguamiel con el que se acostumbraba a elaborar hormigos.

En Bernedo (A) en el agua resultante de lavar la cera se cocía harina de trigo, resultando un postre que se llamaba hormigos. En Apodaca (A) el agua de miel obtenida de lavar la cera también se emplea para la elaboración de hormigos.

En Carranza (B) uno de los informantes relata que tras extraer la miel de los panales, los cerotes se colocaban en una cazuela con un poco de agua al calor del fuego, pero algo retirada, lo justo para que se calentase su contenido sin que llegase a hervir. La miel que aún contenía la cera se desprendía y se diluía en el agua. Así se obtenía aguamiel.