El alboroque o robla

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Una vez confirmado el contrato se acostumbraba tomar un pequeño ágape para celebrarlo denominado alboroque, alborokea, o robla, generalmente por cuenta del vendedor. El agasajo se hacía en ocasiones extensivo a quienes hubieran participado o colaborado en la compraventa. En algunos lugares se ha recogido el dato de que la comida o merienda se hacía sólo cuando la venta hubiera resultado beneficiosa.

En Agurain (A) con motivo de la compra o venta de ganado se «echa la robla», es decir, se hace un amarretaco o piscolabis. En Pipaón (A) se le denomina robra y consistía en tomar algo o celebrarlo con una comida.

En Zeanuri (B), aún hoy en día, cuando se cierra el trato se hace albokea, que normalmente es una merienda, más raramente una comida. Si cobraba en mano, la pagaba el vendedor. Una antigua sentencia popular reza así: «Eizu ba tratua, ein daiguan alborokea», es decir, cierra el trato para que hagamos el alboroque[1]. En Legazpi (G) el vendedor invitaba al comprador a una ligera refacción, denominada alborokea, en algún bar de los alrededores mientras charlaban acerca de los pormenores del trato.

Ferial de Basurto (B), 1915. Fuente: Archivo Fotográfico Labayru Fundazioa.

En Oñati (G) el que salía beneficiado en el trato solía pagar alborokea o robla que consistía en invitar a tomar unos vinos. En Lezaun (N) cuando alguien compraba o vendía algún animal en un trato ventajoso se celebraba el alboroque, que consistía en tomar un vaso de vino o una merienda en la taberna con algún amigo. En Sangüesa (N) no era costumbre generalizada, pero en algunos casos cuando el trato era de importancia, el vendedor invitaba a comer al comprador. En Urkabustaiz (A), en ocasiones, festejaban el cierre del trato brindando con un vaso de vino, y en Eugi (N) celebraban de igual forma y señalan que era el vendedor quien invitaba al comprador.

En Uharte-Hiri (BN), cerrada la compraventa de una vaca, un caballo u otro ganado de valor, se acostumbraba a ir a una taberna a hacer efectivo el pago, rematando el acto con un vaso de vino o un café que pagaba el vendedor[2]. En Liginaga (Z), después de cerrado el contrato de compraventa, quienes habían intervenido en él, se encaminaban a una taberna donde bebían un poco de vino que pagaba el comprador[3].

En Araia (A) si el tratante y el vendedor tienen relaciones cordiales suelen hacer un buen almuerzo juntos después del trato. En Urduliz (B) algunas veces iban a tomar algo a un bar. Tanto si se compraba una vaca en la feria como si se la llevaba a sacrificar al matadero, lo habitual era celebrarlo comiendo una cazuela de callos.


 
  1. En la comarca del Guerniquesado también llaman albokie (alboroque) tanto a este ágape como a cualquier otro que se celebre con motivo de cerrar un trato satisfactoriamente.
  2. José Miguel de BARANDIARAN. «Matériaux pour une étude du peuple basque: À Uhart-Mixe» in Ikuska. Nº 8-9 (1948) pp. 5, 13.
  3. José Miguel de BARANDIARAN. «Materiales para un estudio del pueblo vasco: En Liginaga (Laguinge)», in Ikuska. Nº 8-9 (1948) p. 13.