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El parto. Haur-egitea

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Un informante de Markina (B), nieto de una mujer que fue partera primeramente en Gernika y posteriormente en Markina, dice que la madre de ésta, que también fue partera en Gernika y vivió en esta localidad, dio a luz a sus hijos de pie.
[[File:6.9 Silla de parir (Museo San Telmo).jpg|framecenter|600px|Silla de parir (Museo San Telmo). Fuente: Manso de Zuñiga, Gonzalo. Museo San Telmo. Bilbao, La Gran Enciclopedia Vasca; Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, 1976.]]
En Abadiano (B) antiguamente parían en una silla o sentadas sobre el halda del marido; posteriormente en la cama con las piernas recogidas. En Urduliz (B) antiguamente, aproximadamente a finales del siglo pasado, el marido se sentaba en una silla y la mujer encima de él y en esta posición daba a luz. ''Sillak baño lelau, partos, andrena ta gixonana biena ixeten zan. Andree partoon paraten zanen, gixona sillan jarri ta ankak zabalik imiñi, andree beran ganen jesarri, ta nai ordu bi tardaten dittule andrek, nai zazpi ordu tardaten zittule umeek jaioten, an euki beer gixonak andree. Ori ixeten zan oiñ oian eukittee lez, ba lengo kostunbree ''(Anteriormente al uso de las sillas, en el parto participaban tanto la mujer como el hombre. Cuando la mujer sentía los primeros dolores, su marido se sentaba en una silla con las piernas abiertas y la mujer se colocaba en su regazo. Permanecían en esta posición hasta que naciera el niño, tardara lo que tardara. Esto era una antigua costumbre).
== La placenta, selauna, y el cordón umbilical, zilborestea ==
En los tiempos en que el parto transcurría en casa la placenta se solía enterrar en la huerta o entre el estiércol amontonado en la cuadra. La placenta, conocida también como segundinas o secundinas, recibe en euskera denominaciones como ''selauna ''(AmorebietaEtxanoAmorebieta-Etxano, Bermeo, Gorozika, Nabarniz, UrdulizBUrduliz-B), ''haurlauna ''(Beasain, Ezkio-G; Goizueta-N), ''karena ''(Hondarribia-G), ''garbiskinak ''(OrozkoBOrozko-B), ''ondokoak ''(Arberatze-Zilhekoa-BN); en Bermeo (B) en cuanto a ''umetokia, ''éste es un término que algunos utilizan para referirse a las parias de los animales y que otros consideran como sinónimo de ''selauna. ''El cordón umbilical se conoce como ''zila ''(Abadiano, Amorebieta-Etxano, Markina, Nabarniz, Urduliz, Zeanuri-B), ''zilar ''(Elgoibar-G), ''zilborreste (Hondarribia-G) ''y en Bermeo (B) ''kordoia.''
En Moreda (A) la placenta o ''las malas ''se recogían en una palangana u orinal y tras ser revisadas por la partera o por el médico a fin de comprobar que estuviesen completas y que no le hubiese quedado ningún resto a la madre, se introducían en un recipiente o en un saco y el marido las llevaba a enterrar a un huerto o a una finca.
En Zeanuri (B) el cordón y las secundinas se enterraban en el huerto junto a la casa o en el terreno ante la puerta de ésta, ''etzeko ortuen edo etzeaurreko portalean. ''Se encargaba de esta labor el padre de la criatura o algún familiar varón.
Las segundinas también se ocultaban en la huerta en Berganzo, Gamboa (A); Carranza, Nabarniz, Muskiz (B); Arrasate, Beasain, Ezkio, Oñati, Zerain (G); Garde, Goizueta, Izurdiaga, Lekunberri, Lezaun (N); en la huerta o en el campo (Mendiola, SalvatierraASalvatierra-A; Hondarribia-G); en el jardín (ArberatzeZilhekoaArberatze-Zilhekoa-BN); en un hoyo en la tierra (Artziniega-A; Monreal-N); o en cualquier sitio (Abadiano-B). Encima se colocaba una losa para evitar que los animales las desenterraran (Carranza, Orozko-B).
[[File:6.10 Iholdi (BN).jpg|framecenter|600px|Iholdi (BN). Fuente: Boissel, W. Le Pays Basque, sites, arts et coutumes. Paris, A. Calavas Editeur, s.a.]]
Satrústegui recogió que la placenta y demás restos del parto se tenían que ocultar cuidadosamente al darles tierra ya que existía la creencia de que si afloraban a la superficie acarreaban maleficios a la interesada y se ponía rabioso el perro que los comiera<ref>José M.ª SATRUSTEGUI. ''Comportamiento sexual de los vascos''. San Sebastián, 1981, p. 219.</ref>.
En la zona urbana de Trapagaran (B) se tiraban con los desechos de la casa; en la rural se enterraban en la huerta.
En cuanto al resto del cordón umbilical que quedaba unido al niño y que se desprendía al cabo de unos días se arrojaba al fuego (Pipaón-A), se tiraba con el resto de desperdicios de la casa (Valdegovía-A), a la basura (Portugalete-B) o en cualquier parte (Amé- zaga Amézaga de Zuya-A). Más recientemente, y aunque no es una práctica generalizada, se guarda como recuerdo (Portugalete, Orozko-B).
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