Endogamia local

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Las causas que contribuyeron a que la endogamia fuera elevada en tiempos pasados son en su mayoría similares a las que motivaron los matrimonios consanguíneos. La principal el reducido ámbito espacial en el que los jóvenes establecían sus relaciones, debido a la escasa movilidad de éstos. Debido a la ausencia de medios de locomoción se desplazaban a pie a todos los bailes y romerías de la propia localidad y de las poblaciones circundantes por lo que apenas se alejaban de su lugar de residencia. Como consecuencia lo normal era que los matrimonios tuviesen lugar entre gente del mismo pueblo o de los pueblos colindantes (Apodaca, Artziniega, Berganzo, Ribera Alta, Salvatierra, Treviño, Valdegovía-A; Bermeo, Gorozika, Nabarniz-B; Bidegoian, Elgoibar, Elosua, Telleriarte-G; Allo, Izal, Izurdiaga, Lekunberri, Monreal-N).

La Calera del Prado. Carranza (B). Fuente: Ahedo, Alfonso. Así es el Valle de Carranza. [S.l.], Ediciones Eguia, 1996.

En Carranza (B) los casamientos entre habitantes de un mismo barrio o de barrios próximos fueron frecuentes, lo cual no es de extrañar teniendo en cuenta la extensión del municipio, la dispersión de la población y su escasa movilidad. En tiempos pasados los chicos y chicas de cada barrio tenían más trato entre ellos debido a que iban y volvían en cuadrilla a las romerías y al baile. Los vecinos también estaban más unidos fruto de la costumbre de decidir los asuntos que les competían en concejo y de colaborar entre ellos para realizar los trabajos y ayudar a quien lo necesitase. En invierno, en las ocasiones en que los jóvenes no podían asistir al baile a causa de las inclemencias del tiempo, se juntaban en una casa, asaban castañas y las comían acompañadas de sidra. Después se dedicaban a jugar a las cartas. También se reunían para algunos trabajos. Por todo ello siempre se presentaban más oportunidades de que naciesen nuevas relaciones entre los jóvenes del mismo barrio.

Aún así en algunas localidades en décadas pasadas se registraron matrimonios con personas residentes lejos de las mismas. Los motivos solían ser de naturaleza laboral.

En Moreda (A) a pesar de que lo habitual era que los jóvenes del pueblo se casaran entre sí, los años de mala cosecha los mozos se veían obligados a buscar trabajo en otras localidades y varios de ellos formalizaron relaciones que finalizaron en matrimonio. En Lemoiz (B) algunas muchachas que salían a servir contraían matrimonio con foráneos.

Sangüesa (N) por ser una localidad poblada y además limítrofe con Aragón, ha atraído desde siempre a mucha gente. Los jóvenes del entorno tenían a gala ir a casarse a Sangüesa, donde había más medios de vida que en otros lugares. Muchos de los pueblos de los alrededores se han despoblado en beneficio de esta ciudad. En años pasados las chicas llegaban a servir a las casas importantes y casi todas se casaban con sangüesinos.

En Gamboa (A), a pesar de que los emparejamientos se formaban en su gran mayoría por personas de la misma zona, de manera extraordinaria se dieron algunos entre jóvenes del lugar y de familias que se instalaron en la localidad para la construcción del embalse del Zadorra en los años cincuenta. Los jóvenes que salían del pueblo también terminaban casándose en su lugar de trabajo. En Viana (N) en los años sesenta se asentaron numerosos vecinos de Torrecilla de Cameros (La Rioja) con los que se establecieron Matrimonios con toda normalidad.

En tiempos pasados, como ya se ha indicado antes, los matrimonios más alejados se realizaban con los habitantes de las poblaciones del entorno.

En Obanos (N) era frecuente la unión con gente del mismo pueblo o con personas de los pueblos vecinos, especialmente de Puente la Reina, Uterga, Mañeru y Cirauqui. A principios de siglo los mozos de Obanos buscaban mujer en Tierra Estella hasta el punto de llamarle a esa zona "el viviero", ya que la mujer de los valles montañosos de Tierra Estella tenía fama de ahorradora. Para conocer chicas iban a las ferias de Estella y de otros pueblos donde tuvieran parientes. Se decía que iban "a vistas" y lo mismo podía significar que acudían a que les vieran o a ver a alguna joven.

En San Martín de Unx (N) el matrimonio entre personas del mismo pueblo era antaño más común que ahora, a pesar de que todavía sigan practicándose estas uniones. Los matrimonios con gente de fuera han tenido por protagonistas generalmente a hombres de San Martín que han buscado su mujer en los pueblos de alrededor, en Tafalla, Olite, Lerga, Aibar o Ujué; pocas veces en los de Eslava u Olleta. En estos últimos años Tafalla sigue siendo el punto donde se relacionan los mozos de San Martín de Unx con las chicas de los pueblos de la comarca.

En Viana (N) al ser pueblo limítrofe se han formado muchas parejas con jóvenes no sólo de Navarra (Mendavia, Aras, Bargota y Genevilla) sino también de Alava (Moreda y Oyón) y de Logroño y otros pueblos cercanos de La Rioja.

En las últimas décadas se ha producido la ruptura del mencionado aislamiento fruto de la mayor movilidad con fines laborales y lúdicos. Como consecuencia hoy en día los matrimonios se llevan a efecto entre miembros de pueblos más alejados que en épocas pasadas, rompiendo y traspasando incluso los límites de la comarca y la provincia (Bernedo-A; Busturia, Lemoiz, Orozko-B; Bidegoian-G). Es frecuente que se establezcan relaciones con los jóvenes de los lugares donde se va a estudiar, trabajar o bailar (Bermeo-B; Obanos-N). En Telleriarte (G) hoy en día muchos jóvenes entablan amistad en las salas de fiesta de los alrededores.

En Izal (N) a partir de los años sesenta los matrimonios se comenzaron a celebrar con personas de otras localidades más lejanas, debido a que muchos jóvenes trabajaban en Pamplona y su círculo de amistades se había ampliado.

A modo de ejemplo de la transición operada a lo largo de este siglo se recogen algunas descripciones locales.

En Urduliz (B) a principios de siglo era común que las parejas se formaran entre personas del mismo pueblo o con otras de lugares próximos. En aquella época los jóvenes no se podían alejar mucho en sus salidas ya que a lo sumo iban andando a las poblaciones cercanas, por lo que las posibilidades de emparejarse con gente de otras localidades eran escasas. A partir de los años 50-60 estas circunstancias cambiaron. Los jóvenes comenzaron a utilizar el tren para desplazarse en sus salidas y la desaparición del baile en Urduliz les obligó a moverse hacia los pueblos vecinos. Por estos motivos las parejas entre personas de diferentes localidades comenzaron a ser generales. Teniendo en cuenta que hoy en día los jóvenes tienen muchas más posibilidades y medios para desplazarse y entablar relaciones con personas de otros municipios lo habitual es que las parejas que se formen sean entre personas de diferentes poblaciones.

En Allo (N) la mayor parte de los mozos se casaba en tiempos pasados con chicas de la misma localidad y por ello se dice que la población se mantuvo cerrada. A mediados de siglo empezaron a ser más frecuentes los matrimonios de gentes de Allo con vecinos de los pueblos cercanos. Hoy en día las relaciones se establecen con jóvenes de lugares alejados, incluso de otras provincias. De cualquier forma estos matrimonios no son del todo bien vistos por las personas más ancianas, para quienes rige aún la máxima de "No dejes malo conocido por bueno sin conocer". En Monreal (N) hasta los años sesenta los matrimonios se celebraban entre personas del mismo lugar y a veces con parientes lejanos. Desde los sesenta pasó a ser más usual la formación de parejas con habitantes de distintos pueblos. En la actualidad son muy escasos los matrimonios jóvenes cuyos contrayentes sean ambos del mismo municipio.

En Moreda (A) fue usual que los jóvenes del pueblo se casaran entre sí. No había muchas oportunidades para desplazarse a otros lugares y poder conocer gente nueva. Las diversiones y fiestas se organizaban en la propia localidad lo que conllevaba que los noviazgos se dieran entre los mozos y mozas de la misma. Actualmente se celebran más bodas entre gentes del pueblo y foráneas que lo que fue usual en otros tiempos, cuando se daban sólo en los casos en que por conveniencia o interés de las propias familias se buscaba en otras localidades una persona hacendada. De cualquier forma parece que los lugareños prefieren los casamientos entre jóvenes del mismo pueblo tal como se refleja en los dichos "Más vale malo conocido, que bueno por conocer" o "Forastero me la pegas o te la pego".

En Hondarribia (G) en tiempos pasados los jóvenes de la localidad se casaban entre sí. En la generación posterior a la guerra civil de 1936 se dieron muchos noviazgos entre vecinos de Hondarribia y del pueblo próximo de Oiartzun, sirviendo de punto de encuentro para el inicio de relaciones el frecuentado baile de Txikierdi. Entre los nacidos en los años sesenta y setenta abundan los matrimonios con jóvenes de Lesaka (N) y su zona. Tampoco en esta ocasión el baile ha sido ajeno al hecho ya que muchos jóvenes hondarribita rras iban a divertirse a la discoteca de Lesaka. Hoy día (años noventa) vuelven a formarse parejas entre jóvenes de Hondarribia y Oiartzun siendo a menudo la ocasión de conocerse el baile de la plaza de San Esteban.

A pesar de las mayores posibilidades actuales de conocer gentes en otros ámbitos geográficos tampoco es raro que surjan matrimonios entre personas de la misma localidad, teniendo en cuenta que el trato entre ellas es siempre más frecuente (Abadiano-B; Aoiz-N).