Enjuagues y cataplasmas

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Ha sido habitual calmar el dolor causado por las caries utilizando alcohol (Eugi-N), normalmente en forma de licor: coñac (Bernedo, Ribera Alta-A; Abadiano, Bermeo, Dur ango, Gorozika, Nabarniz-B; Elosua-G; Aoiz, Goizueta-N), anís (Goizueta, Tiebas-N) o aguardiente y orujo (Ribera Alta; Tiebas).

En Mendiola (A); Bedarona (B); Bidegoian, Elgoibar (G); Obanos y Murchante (N) se deposita un poco de coñac sobre la muela y se mantiene durante cierto tiempo para adormecerla; luego se expulsa el líquido. En Murchante se toma un trago de alcohol, antes anís y ahora ginebra o coñac, y se retiene sobre la zona dolorida. En Valdegovía (A) y Lezaun (N) había quien tomaba un sorbo de la botella y retenía el líquido para que le calmase el dolor. En Amézaga de Zuya (A); Astigarraga (G) y Viana (N) era coñac u otro licor de fuerte contenido alcohólico procurando que entrase en el diente o muela dolorido. También se ponían hilas[1] con alcohol en Viana. En Carranza (B) toman un sorbo de coñac, un papao[2] como se dice, y se retiene sobre la muela afectada inclinando para ello la cabeza. En Telleriarte (G) se echaban unas gotas de alcohol con un palillo.

En Berastegi (G) para poner remedio al mal de dientes se enjuagaba la boca con agua y un poco de anís; en San Martín de Unx (N) con alcohol, ron o anís y en Lekunberri (N) se frotaban las encías con anís de patxaran.

En Beasain (G) se ponía en la caries un trapito de lino empapado en pattarra, coñac; en Arraioz (N) con anís, coñac u otro licor y en Berastegi (G) con anís. En Nabarniz (B) algodón empapado en algún licor, guatea paittarragaz. También se recomendaba introducir en la caries un algodón con licor, normalmente coñac en Mendiola, Pipaón (A); Durango, Orozko (B); Zerain (G) y Allo (N). En Carranza (B) y Pipaón (A) empapado en alcohol. En Moreda (A) colocar un algodón con alcohol entre los dientes para adormecer el dolor; en Lezaun (N) una guata con anís o coñac y en Amézaga de Zuya (A) un trapo empapado en alcohol. En Nabarniz (B) reconocen que esta práctica producía el efecto secundario de irritar la zona de alrededor, sobre todo las encías.

También ha sido habitual introducir en el hueco de la pieza dentaria diferentes productos vegetales a los que se atribuye la cualidad de calmar el dolor.

En Obecuri (A) ponían granos de pimienta en los huecos o aplicaban un ajo majado o tabaco. En Bermeo, Carranza, Durango y Orozko (B) tabaco y en Arrasate (G) un trozo de ajo. En el Valle de Erro (N) se untaban las piezas doloridas con ajo y si estaban agujereadas se colocaban dentro granos de sal gorda y trocitos de ajo. En Bajauri (A) perejil y ajo, todo majado. En Zerain y Bidegoian (G) se picaba perejil y se introducía en la caries; en Astigarraga (G) tabaco o tintura de yodo; en Lekunberri (N) una hila con esencia de clavo; en San Martín de Unx (N) pimienta o clavo; en Areatza (Arratia-B) simiente de beleño, txantxar azia[3], y en Romanzado y Urraul Bajo (N) aceite de ginebro, enebro[4].

En Amorebieta-Etxano (B) se metía tabaco en el hueco y si aun así seguía doliendo, con una pajita se echaban unas gotas de lejía[5]. En Arraioz (N) se ponían unas gotitas del líquido blanco que expulsa el eléboro, eztañu-belarra, en el mismo agujero.

En Amézaga de Zuya (A) y en Bedarona (B) se recomendaba mascar tabaco.

En Apodaca (A) los gitanos latoneros, zíngaros, solían remediar el dolor de muelas de la gente poniéndoles en la boca una bolsita con una planta llamada arroz que salía en los tejados. En Amézaga de Zuya colocaban hojas troceadas de lengua de perro (Plantago lagopus).

En Astigarraga (G) se enjuaga la boca con agua de plantina-belarra, que esté caliente o fría. Por ejemplo, si se ha extraído una pieza, los enjuagues se hacen con el líquido templado o frío para evitar que el calor provoque una hemorragia.

En Goizueta (N) para calmar este dolor se preparaba una infusión de plantiña, llantén, y se endulzaba con miel. Se enjuagaba con ella la boca o bien se colocaban compresas; a veces se bebía. Se usaba la especie de llantén Plantago lanceolata, de hojas más estrechas, para el hombre, y Plantago major, para la mujer.

En el Valle de Arratia (B) se mezclaban en vino hojas de hiedra, saúco, simiente de pimiento y media cucharada de sal. Limpiando de vez en cuando la boca con esta mezcla se quitaba el dolor de muelas[6].

Huntzorria, hiedra. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.

En Ataun (G) para curar el dolor de muelas se cocían malvas, malmak, y con el agua resultante, lo más caliente posible, se enjuagaba la boca.

En Zalla (B) se decía que se calmaba el dolor sacando sangre de la encía dolorida con la raíz de una hierba llamada llavera. Aseguraban además que al año de haber puesto en práctica este remedio se caía la pieza dentaria[7].

En Goizueta (N) se batía una yema de huevo con azúcar y limón y utilizando los dedos se frotaban con esta mezcla las encías.

En Zerain (G) se hace una cataplasma con aceite y perejil envuelto en un paño y se coloca en la zona dolorida. En Apellániz (A) y Romanzado y Urraul Bajo (N) se aplicaba en la cara una cataplasma hecha con levadura y ajo. En Obanos (N) se hervía agua y ceniza y en esa agua muy caliente se introducían paños que se colocaban sobre la cara.

También se ha recurrido a las infusiones. En Berastegi (G) se cocía la paja de la ristra de ajos y se tomaba el agua resultante. En Carranza (B) cuando se padecía un dolor de muelas y se tenía a mano una silla de las de mimbre, se arrancaban unos palitos de este material, se cocían en agua y después se tomaba el líquido resultante. En Liginaga (Z) se bebía la tisana preparada con la flor de saúco, sagukitzea.

Asimismo se ha utilizado la sal en forma de granos para lo cual se introducen en el hueco de la caries o disuelta en agua para enjuagar la boca.

En Lezaun (N) cuando había un agujero en la pieza se ponía un grano de sal. También han obrado así en Moreda, Pipaón (A); Durango (B); Telleriarte (G); Allo y Viana (N).

En Arrasate y Elosua (G) para calmar este dolor se enjuagaba la boca varias veces con agua con sal. En Arrasate también se lavaba con arcilla o sal o con limón. En Muskiz (B) hacen gárgaras con agua templada y sal y en Amézaga de Zuya (A) con agua a la que se añade miel y sal. En Sangüesa (N) se introducía en el hueco algodón empapado en agua de sal.

En Amorebieta-Etxano (B) se pone aceite en una sartén, se le echa sal cuando está hirviendo y tras poner un poco de algodón en la punta de un palillo se empapa y, con la ayuda de un espejo, se toca el diente en el sitio donde se tenga el agujero o caries.

En Murchante (N) otro remedio consistía en poner barro en un pequeño trapo y aplicarlo sobre la muela. Se dice que era muy efectivo.

Ya más reciente es la práctica de colocar un trozo de aspirina en la caries o próximo a la pieza dolorida. En Carranza (B) se parte un trozo y se coloca sobre la muela sujetándolo mediante la presión ejercida por la pieza complementaria de la otra mandíbula. Si el orificio de la caries es grande se introduce en su interior. En Valdegovía (A) y Obanos (N) se metía un trozo de aspirina en el hueco de la muela que dolía, y en Mendiola (A) y Bermeo (B) se recomienda morder una aspirina entre la pieza dolorida y su homónima de la otra arcada.

En Izal y San Martín de Unx (N) se aplicaba zotal para matar el nervio.

En Zerain (G) se recomienda enjuagar la boca con agua templada y oxigenada. En Amézaga de Zuya (A) hacer gárgaras con agua oxigenada.

En Lekaroz (N), en tiempos pasados, para quitar el dolor de muelas se aplicaba en la mejilla, a la altura de la muela, un sapo vivo[8].


 
  1. Hebra sacada de un trozo de tela de hilo vieja, de las que se usaban en medicina antes de emplear el algodón hidrófilo. En Obanos (N) también se utilizaban unas hilas de farmacia.
  2. En Carranza papao es la cantidad de líquido que se puede retener en el interior de la boca, en uno de sus lados, para lo cual se hincha el papo o mejilla.
  3. APD. Cuad. 12, ficha 1.061.
  4. Los datos referentes a estas localidades han sido tomados de José de CRUCHAGA y PURROY. “Un estudio etnográfico de Romanzado y Urraul Bajo” in CEEN, II (1970) pp. 143-265.
  5. Los datos referentes a la localidad de Amorebieta-Etxano proceden de nuestra encuesta de campo. En los casos en que la mención es únicamente Amorebieta, los datos están tomados de Malen SARRIONAINDIA. “Prácticas de medicina popular doméstica en Amorebieta” in Etniker Bizkaia. Núm. 5-6 (1992) pp. 83-85.
  6. Resurrección M.ª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 221.
  7. Recogido por Marcos MAGUNAGOIKOETXEA: LEF. (ADEL).
  8. APD. Cuad. 4, ficha 393.