Enlucido de los muros

Una vez levantados los muros ha sido costumbre revocarlos y después blanquearlos para así mejorar su aspecto. Inicialmente se utilizaba la cal y más recientemente pinturas sintéticas.

Según Urabayen a finales del siglo XIX se inició una transformación que afectaba a los muros de mampostería y que consistía en el blanqueo de los mismos. Cuando el autor escribió esto, en el segundo decenio del siglo XX, había pueblos en Navarra donde apenas se había insinuado el blanqueo y en los que el mampuesto a la vista, la piedra calva, reinaba en toda su intensidad[1].

Caserío Urrutiabekoa con los muros exteriores blanqueados. Ereño (B), 2010. Fuente: Archivo particular Íñigo Rementeria.

En Artajona (N) las casas antiguas de mampostería solían estar lucidas con mortero común (cal y arena), con yeso las revocadas hacia el segundo cuarto del siglo XX, y con cemento las más modernas. En Valdegovía (A) y Eugi (N) se revocaban con mortero de cal y en Andraka (B) con cal, yeso y arena.

En Busturia (B) los albañiles indican que antes se revocaban con la arena que trae el agua después de llover, y tierra. Después, con mortero que era una mezcla de cal, karie, y arena de mar desalada o de las laderas del Sollube. Los albañiles tenían preparado un montón y cuando les hacía falta le añadían agua. Más tarde llegaron la hidrolita y el cemento de Pórtland (porlana).

En el Valle de Zuia (A) la protección de los muros se realizaba también mediante revoco. La forma más habitual de hacerlo fue aplicándolo con gran carga de cal en las juntas y dejando a la vista las partes más salientes de la piedra. Normalmente el enlucido y revoco parcial de las casas dejan a la vista el recerco de sillares de huecos y esquinales. La composición del mortero para la argamasa era de cinco paladas de arena y dos o tres de cal, mientras que para el revoco de cinco de cal y tres de arena.

En Eugi (N) todas las fachadas se blanqueaban, y las esquinas, ventanas y puertas resaltaban gracias a sus sillares labrados que sobresalían un poco y aparecían pintados de rojo.

En Améscoa (N) la fachada de la mayor parte de las casas está ligeramente revocada de argamasa de cal y arena pero dejando a la vista los sillares de piedra que enmarcan las ventanas y la puerta y los que forman la estructura de los ángulos.

En Mirafuentes (N) hoy en día las fachadas, con la excepción de las construcciones más recientes en ladrillo, se dividen entre las que han sido alisadas y encaladas, conservando generalmente visibles las piedras talladas de las esquinas, y las que han recuperado la piedra original que es una caliza de color rojo vinoso al igual que la tierra del valle de la Berrueza, rica en minerales ferrosos.

En Bernedo (A) algunos han revocado en las últimas décadas los muros de sus casas; pero en otras se aprecian revoques anteriores en regular estado. De éstos, unos cubrían todas las piedras, excepción de dos o tres sueltas por la pared como adorno, otros sólo las pequeñas y las junturas entre las piedras mayores, quedando éstas a la vista.

En Astigarraga (G) normalmente están revocadas con mortero de cal y luego enlucidas con yeso si bien en unos pocos caseríos la piedra aparece a la vista; en el interior se deja sin cubrir en los establos y en algunas ganbaras.

En Zerain (G), a diferencia de lo recogido, la pared quedaba normalmente sin revocar.


 
  1. En este sentido conviene consultar el trabajo de Xabier Morrás sobre la contraposición que él denomina casas negras-casas blancas entendidas las primeras como los edificios tradicionales y las segundas como fruto de un “embellecimiento” fomentado por la Diputación Foral de Navarra entre 1965 y 1982 y que sirvió como modelo para una transformación tan radical de las casas rurales que este autor no duda en calificar de auténtica destrucción de la arquitectura vernácula. Estos cambios, obviamente, no han afectado sólo al enlucido de las casas, que han terminado pintadas de blanco, sino a otros elementos característicos de las mismas. Xabier MORRÁS ZAZPE. Destrucción de la arquitectura vernácula de Navarra. El concurso de embellecimiento de pueblos y conjuntos urbanos de Navarra, de la Excma. Diputación Foral, 1965-1982. Casas negras, casas blancas. Tesis doctoral inédita. Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco. Leioa: 1996.