Eructos y aires, haizeak

Es común la creencia de que es saludable expeler los gases, tanto los del estómago por la boca en forma de eructos como los del intestino por el ano en forma de ventosidades. Se ha constatado que la ingestión de determinados alimentos propicia más la formación de aires y es evidencia de buena digestión. A propósito de ello en Amézaga de Zuya (A) se recuerda el refrán: Es una falta de cortesía / pero descansa la caballería.

Para designar a los eructos, aires y ventosidades se han recogido los siguientes nombres en euskera: aizeak (gases del estómago) (Nabarniz-B; Ataun, Bidegoian, Zerain-G) que según los informantes se eliminan pedorreando; estomagon aizea y urdailen aizea (Zerain); aidek (Beasain-G) que expresa la situación de estómago revuelto con expulsión de gases. Para el eructo se han constatado las denominaciones de aize txiki o goiko aizea (Zerain), gorazkoa o grokadea (Bermeo-B) y korrokadea (Nabarniz). Es común para ventosidad el vocablo uzkerra.

En el capítulo dedicado a las enfermedades infantiles se señala que se daba anises a los niños para que eliminaran los gases. En algunas localidades se ha recogido que también las personas adultas los tomaban. Así en Moreda (A) la gente mayor bebía la decocción del agua de anises y en Sangüesa (N) agua con algo de anís en rama. En Zerain (G) se toma infusión de hinojo, milua, también de simiente de hinojo, anisa, o de manzanilla, sola o con unas gotas de anís y en Ataun (G) agua de anises, la decocción de la planta denominada santio-belarra o infusión de té.

En Amorebieta-Etxano (B), en otro tiempo, para eliminar los aires del estómago se aplicaban ventosas mediante el siguiente procedimiento: se ponía una vela encendida apoyada en una moneda y un vaso encima. Cuando el aire del interior del vaso estuviera caliente, se aplicaba al estómago como una ventosa. A veces también se daban además unos masajes del cogote hasta la cintura y luego hacia el estómago, colocando después un pañuelo sobre la zona afectada. En Astigarraga, Bidegoian y Zerain (G) en tiempos pasados con la misma finalidad y método se usaron ventosas, normalmente por las mujeres de casa.

En Zerain se freía un puñado de manzanillas en un poco de aceite y cuando estuvieran bien calientes se envolvían en una tela que se colocaba en la zona dolorida. Los informantes aseguran que los aires de estómago los padecen más las mujeres que los hombres. En el barrio Altza de Donostia (G), en los años cincuenta, para la expulsión de los aires se ponía en el estómago un emplasto preparado con las plantas amabirjiña, pasmo-belarra, menda beltza (menta), ajos, jabón, vino y harina, a lo que se agregaba la siguiente recitación: “Ama Birjiñarenak dira ta Berak kenduko dizu” (son de la Virgen María y Ella te los quitará)[1].


 
  1. Ignacio Mª BARRIOLA, La medicina popular en el País Vasco, San Sebastián: 1952, p. 48.