Estómago caído, bihotz-koilarakoa

El estómago caído es una dolencia común a muchas personas tal y como reflejan tanto los datos recogidos en numerosas localidades como los remedios aplicados, a menudo a través de curanderos, para subsanarlo.

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Causas y denominaciones

En Amézaga de Zuya (A) el estómago caído o bajo se produce por exceso de trabajo y agotamiento; se pierden grasas y se adelgaza mucho. En Mendiola (A) normalmente el estómago o punto caído se debe o está producido por un esfuerzo, pero dicen que hay personas propensas a este desarreglo. En Ribera Alta (A) si el dolor de estómago es persistente y va acompañado de falta de apetito y pérdida de peso se cree que es debido a tener el estómago o el punto caído. En Aoiz (N) el estómago bajo se produce cuando una persona adelgaza mucho lo que acarrea que la “tela” o membrana grasa que sostiene el estómago ceda y los síntomas son las digestiones lentas, el cansancio y la apatía. En Nabarniz (B) creen que el estómago caído es una dolencia provocada por los nervios.

En Agurain, Apodaca, Mendiola, Pipaón, Ribera Alta y Valdegovía (A) se ha constatado la denominación de estómago caído; en Amézaga de Zuya (A) estómago caído o bajo y en Aoiz (N) estómago bajo. En Bernedo, Mendiola, Ribera Alta (A) punto o estómago caído (estómago dilatado). En Nabarniz (B) bizkoilarakoa (bihotz-koilara= boca del estómago) y en Bermeo (B) urdillekoa.

Remedios

En Agurain, Amézaga de Zuya, Bernedo, Mendiola y Ribera Alta (A) para el tratamiento del estómago caído se recurría y se recurre todavía a veces a los curanderos. En Amézaga de Zuya señalan gráficamente que éstos resuelven el problema con una serie de toques y tirones en la espalda.

En Bernedo, Pipaón, Ribera Alta y Valdegovía (A) se ha recogido que en la zona han sido frecuentes los curanderos que si tenías el estómago caído “te colocaban o te subían el punto”. La práctica consistía en coger, desde detrás del enfermo, las manos de éste cruzándole los brazos y darle unos tirones mediante el procedimiento de apoyar la rodilla en su espalda. Se tenía el estómago caído si al levantar las manos con los brazos rectos sobre la cabeza, una mano sobrepasaba a la otra[1].

En Mendiola (A) se tumba al enfermo de forma que sus piernas, totalmente juntas, toquen algo rígido, tal como una pared. El paciente eleva sus brazos y confronta las palmas de las manos, si no están a la misma altura, el punto está caído y entonces hay que dar fuertes masajes en la zona del estómago para encajarlo. Después se coloca una gruesa venda en la zona tratada, que debe llevarse entre ocho y quince días. Si pasado este tiempo perdura el desarreglo hay que repetir la operación.

También en Nabarniz (B) en los casos de estómago caído, bizkoilarakoa, lo que hay que hacer es subirlo, estomangua altzau. Se daban unos masajes manuales en el vientre para que los nervios subieran, volvieran a su sitio, al ombligo, zillera ekarri. Durante el masaje se aplicaba una pomada elaborada con miel para ablandar las durezas que se hubieran formado. Después se ataba a la cintura del enfermo un paño que debía llevarlo hasta el día siguiente. Mientras durara la dolencia el enfermo recibía el masaje una vez por semana. Según los informantes proporcionaba gran alivio.

En Orozko (B) se recuerda que el estómago caído atacaba a gente joven. El síntoma solía ser que una de la piernas o uno de los brazos era más largo que el otro. El remedio utilizado para curar esta hernia de estómago consistía en un emplasto elaborado con una mezcla de aceite, harina, berberana y vino que se aplicaba sobre el estómago para vendarlo a continuación fuertemente. Se mantenía la venda unos días y aliviaba mucho. También se ha recurrido a otro emplasto de vendas untadas en clara de huevo. Señalan los informantes que cuando el bulto de la hernia sale en la parte de abajo, cuando la tela que recubre los intestinos se rompe, generalmente hay que operar.

En Amorebieta (B), según recogió Azkue a comienzos del s. XX, para quitar el dolor del epigastrio, biuzturia, se frotaba fuertemente con los dos dedos pulgares el estómago y se ataba bien por detrás con una faja o con un gran pañuelo. En Olaeta (A) para quitar los dolores de vientre se le debía frotar mucho el vientre con los dos dedos pulgares. En Zeanuri (B), para el dolor de epigastrio, este autor constató el siguiente remedio: había que frotar bien el epigastrio del enfermo y si lo tenía duro se le aplicaba un pequeño emplasto de linaza, que se hacía con leche o con vino. Había que colocarle encima una moneda con la cara hacia abajo y la cruz hacia arriba y sobre ella una cerillita de cera, encendida. Dentro de un vaso se ponían cerro y estopa. El vaso y la cera atraían hacia ellos el dolor del epigastrio[2].


 
  1. En Olazagutia (N), en los años cuarenta, se constató un procedimiento similar. Vide José Mª IRIBARREN. Batiburrillo navarro: anecdotario popular pintoresco. Pamplona: 1972, pp. 250-251.
  2. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 233.