Estornudo, doministikua, urtzintza

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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El constipado va acompañado normalmente de estornudos si bien en la estimación popular tienen una doble connotación: son un primer síntoma de resfriado y también señal de salud.

El hecho de estornudar con significado de inicio de un resfriado o catarro de nariz se ha constatado en Agurain, Moreda, Ribera Alta (A); Bedarona, Carranza, Durango, Lemoiz, Nabarniz, Orozko (B); Elosua, Oñati (G); Allo, Obanos, San Martín de Unx y Viana (N). En Eugi (N) lo expresan diciendo: katarroaren asiera jakinarazten digu atijeak. Estos estornudos suelen ir acompañados de cargazón en los ojos y en la cabeza (Orozko); en Elosua dicen que se producen cuando el catarro baja de la cabeza a la nariz.

Puede estar también provocado por un picor en el interior de la nariz debido a pelusas, a polvo, a objetos extraños (Amézaga de Zuya, Apodaca, Valdegovía-A; Abadiano-B); o por las alergias al polen o a otras sustancias (Mendiola, Moreda-A; Durango-B; Oñati-G; Aoiz, Murchante, Viana-N). En Obanos (N) han consignado que cuando se producen varios achijas o estornudos seguidos suelen estar causados por alergias del tipo de trenzar ajos.

El estornudo recibe en castellano nombres onomatopéyicos como achís o atchís (Amézaga de Zuya, Apodaca, Berganzo, Mendiola, Moreda, Pipaón-A; Durango-B; Allo, Aoiz-N); en plural achigas o achijas (Aoiz, Valle de Erro-N). En euskera se han recogido las denominaciones atija / atrija / agatxija (Arraioz, Eugi, Lekunberri-N) y urtzintza / urzaina / urzainza (en Navarra y Vasconia continental). También está muy extendido llamar al estornudo doministikua / doministikuna (Abadiano, Bedarona, Durango, Lemoiz, Nabarniz, Orozko-B; Beasain, Berastegi, Bidegoian, Elgoibar, Hondarribia-G; Goizueta, Lekunberri-N; Donibane-Lohitzune-L). Este vocablo proviene de la jaculatoria latina Dominus tecum que antiguamente las personas que estaban con alguien que estornudaba pronunciaban en el momento de oírse un estornudo.

En Donoztiri (BN) urtzaia es el nombre del estornudo y cuando uno lo hacía, las personas presentes decían Dominixtekun (el Señor esté contigo), a lo que él respondía eskarrik aski (gracias); en Arberatze-Zilhekoa (BN) y Azkaine (L) se ha constatado igual denominación, urzaina y urtzintza respectivamente, e igual costumbre. En Sara (L) la fórmula de cortesía de respuesta al estornudo era Dominus tecum o ehun urtez (por cien años) y en Liginaga (Z) on daizula (que le haga bien); en Donibane-Lohitzune (L) al que estornudaba se le decía: “Dominus tecum, ongi dagizula, ehun urtez ur tzintz egin dezazula” (El Señor esté contigo, que te aproveche; que sigas estornudando durante cien años). También se han recogido expresiones equivalentes: Jainkoa lagun (Elgoibar, Oñati, Telleriarte-G), Jaungoikoak / Jainkoak lagun(du) (Abadiano-B, Lekunberri-N) y ongi dagizula (que te aproveche).

En castellano la fórmula más extendida entre todas es la de decir “Jesús” y responder con “Gracias”. Otra jaculatoria conocida es “Jesús, José y María”. También se dice “Dios te asista”. La costumbre de recurrir a una invocación religiosa o de pronunciar, sencillamente, el nombre de Jesús cuando alguien tosía con violencia, iba orientada a conjurar el mal[1]. Se ha mencionado anteriormente que el estornudo es signo de salud. Así se ha recogido que las personas de edad consideran muy bueno estornudar tres veces seguidas por la mañana (Valdegovía-A, Gorozika-B, Elosua-G, Améscoa-N); ello suponía entrar en el cielo (Oñati-G). Si únicamente lo hacía una o dos veces significaba que la persona no estaba del todo bien (Améscoa).

Si después de una enfermedad la persona convaleciente estornuda se considera signo de salud (Elgoibar, Zerain-G; Goizueta, Obanos, Viana-N). Descongestiona la cabeza, relaja el interior del cuerpo y proporciona una sensación de alivio (Berganzo, Ribera Alta-A; Amorebieta, Bedarona, Durango, Gorozika-B; Beasain, Elosua-G; Izurdiaga, Tiebas, Viana-N).

Su efecto beneficioso hacía que algunos lo provocaran haciéndose cosquillas en las fosas nasales con una hierba (Beasain) o metiendo la punta de un pañuelo empapado en saliva. Por los años treinta del siglo XX los jóvenes de Elosua para estornudar introducían café en polvo en la nariz.

Cuando al niño recién nacido se le oía estornudar tres veces seguidas se exclamaba en Améscoa (N) “Ya es de vida”; en Murchante (N) “De vida es la criatura que ha nacido y ya estornuda”. En San Martín de Unx (N) y en Elgoibar (G) creen que el estornudo ensancha los pulmones.


 
  1. José Mª SATRUSTEGUI. “Medicina popular y primera infancia” in CEEN, X (1978) p. 386.