XVI. FRACTURAS Y LUXACIONES

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Los informantes no suelen diferenciar los distintos huesos, músculos o articulaciones que componen el cuerpo humano ya que no los distinguen como unidades anatómicas. Como consecuencia de ello no suele haber nombres para los mismos.

Se recurre a denominaciones genéricas como carne en castellano o aragiak en euskera (Bermeo-B) para designar a las masas musculares humanas. En Bermeo utilizan este término en contraposición a okelea, carne, que se emplea para nombrar a las carnes animales de consumo humano.

En esta misma población vizcaina sólo en el caso de los huesos se recogen algunas denominaciones populares. Azurrak es el término con el que se designa a los mismos. A la médula ósea se le dice azurreko una; al cráneo, kalaberea o karabelea; y a la columna vertebral, lepoko bizkerra, bizkarreko azurra, bizkazurra, errosarioa y espiñazoa.

En Gautegiz-Arteaga (B) para referirse a los músculos se habla de okelak. En cuanto a los huesos se les denomina genéricamente como azurrak. Se distinguen buruko azurrak, huesos de la cabeza; matrailazurra, mentón; bularrazurra, esternón; sorbalazurra, hueso del hombro; saietsak, costillas; bizkerrazurra, espina dorsal; besoko azurrak, huesos del brazo; ukondoa, codo; eskuturra, muñeca; epermakurra, hueso de la cintura; izterrazurra, fémur; belaunburua, rodilla; beleun-azurra, rótula; bernazurra, tibia; orkatilla, tobillo; y beatzazurrak, huesos de los pies.

En Carranza (B) el esqueleto y los músculos son las partes más desconocidas del cuerpo. Prácticamente no se sabe el nombre de ningún músculo y en cuanto a los huesos se hace referencia a los mismos por la situación que ocupan en el cuerpo, sin asignarles una denominación específica. Así se dice huesos de la cabeza, del brazo o de la cadera. En la cabeza, como queda dicho, se conoce a todos los que componen el neurocráneo con el nombre genérico de huesos de la cabeza; a veces también se emplea la expresión tapa de los sesos. En el esplacnocráneo no se diferencia ninguno, a lo sumo los nasales, a los que se designa conjuntamente como huesos de la nariz. En el tronco se conoce la existencia del esternón y las costillas. Se sabe que la espina está articulada en vértebras, e incluso se comienzan a distinguir, aunque precariamente, las divisiones de la columna. Este conocimiento suele ser fruto de la información que reciben de los médicos. Así, cuando acuden a un centro sanitario con dolor en la cruz, en el cuello, o con dolor de riñones, se les habla de vértebras cervicales y lumbares respectivamente. En cuanto a los huesos que forman las extremidades, al coxal se le llama hueso de la cadera y al omoplato, paletilla. También se conoce la clavícula y la rótula se denomina tapa de la rodilla. Los nombres de los seis huesos largos que conforman las extremidades superiores e inferiores se van aprendiendo poco a poco y a fuerza de fracturas. En lo referente a los músculos, como ya se indicó, existe un total desconocimiento y en general se les designa como carne. Por ejemplo, si alguien padece un dolor muscular en el brazo, dice sencillamente que le “duele la carne del brazo” para diferenciarlo del que pudiera proceder del hueso, entonces se habla de que duele “la caña del brazo”.