Figuras rectangulares

Hasta aquí se ha visto un modelo de figura similar a una cruz de doble brazo con mayor o menor número de casillas verticales y provisto de un semicírculo final o sin él. Otro diagrama para practicar esta modalidad de juego consiste en un rectángulo dividido por una raya vertical y dos horizontales que delimitan seis cuadros. También pueden tener o no una casilla final adicional.

Para una de las versiones de «El truquemé» que se juega en Lezama (B) se utiliza una figura de seis cuadros como la descrita. El jugador tira la piedra al primer cuadro y salta a la pata coja al segundo evitando pisar el que está ocupado por la piedra. Cuando llega al sexto, que es el que está a la par con el primero, recoge la piedra y sale. El proceso se repite con las demás casillas. Una vez ha concluido con todas, tira de nuevo la piedra y salta con las dos piernas a la vez que canta: «Ancas barrancas azules y blancas».

Coge la piedra y la echa hacia atrás para que caiga sobre alguno de los cuadros, el cual pasa a ser de su propiedad. El resto de las participantes deben pedirle permiso para cruzar por el mismo y la dueña les puede exigir que pasen saltando agachadas o de la manera que ella disponga. El juego concluye cuando todos los cuadros tienen dueña (ver figura 81).

El truquemé. Lezama (B). Fuente: Dibujo de Angel Arregi, Grupos Etniker Euskalerria.

En Artziniega (A) se denominaba «La pita» y se jugaba sobre una figura similar a la de Lezama. Se iba desde el primer cuadro hasta el último y después se volvía al punto de partida.

En Eugi (N) este juego se conocía como «La semana». Se trazaba en el suelo con tiza siete recuadros cada uno correspondiente a un día de la semana. Seis de ellos eran iguales y el séptimo, dedicado al jueves, más amplio y con forma de semicírculo (ver figura 82). El juego consistía en colocar una china (piedra pequeña) en el primer cuadro correspondiente al lunes e ir saltando sobre los demás a la pata coja sin pisar las líneas. Terminada la primera ronda se lanzaba la china al segundo o martes y se recorrían nuevamente los demás.

La semana. Eugi (N). Fuente: Dibujo de Angel Arregi, Grupos Etniker Euskalerria.

En Bernedo (A) juegan en la actualidad sobre una figura parecida a la anterior (ver figura 83). Comienzan lanzando la piedra al lunes y después saltan a la pata coja de casilla en casilla pasando por alto este cuadro. En las casillas denominadas jueves y domingo está permitido pisar con ambos pies. Una vez se llega al domingo se retrocede del mismo modo hasta llegar al cuadro anterior al que tiene la piedra y desde él se debe recoger con la mano sin caerse. Una vez fuera se lanza a la casilla siguiente y así sucesivamente. Cuando una niña consigue finalizar un juego se apropia de un cuadro que los demás tienen que saltar.

Diagrama del calderón. Bernedo (A). Fuente: Dibujo de Angel Arregi, Grupos Etniker Euskalerria.

En Zerain (G) se conocía uno de estos juegos bajo la denominación de «Txingoka» y se practicaba sobre una figura un tanto peculiar (ver figura 84). Se tiraba la piedra a la primera casilla y a la pata coja se saltaba a la segunda, después a la tercera y en la 4 y 5 se posaba un pie en cada una. Desde aquí se saltaba con los pies juntos a la 6 o zerua y dándose la vuelta se regresaba al principio de igual modo. Después se reanudaba el juego tirando la piedra al cuadro 2 y así hasta completar los seis. La jugadora que lo consiguiese se adueñaba de una casilla que podía marcar por ejemplo con una cruz. Este recuadro no podía ser pisado por el resto de las participantes; sin embargo, su propietaria podía utilizarlo como descanso.

Txingoka. Zerain (G). Fuente: Dibujo de Angel Arregi, Grupos Etniker Euskalerria.