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Fuentes etnograficas1

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En Bera (N), antiguamente, fue corriente ver en la comitiva del entierro, en el grupo de las mujeres, a la ''serora ''al frente, llevando en un cesto una pierna de carnero, si el funeral era de primera; una pierna de cordero si era de segunda y un bacalao si era de tercera<ref>Julio CARO BAROJA. ''La vida rural en Vera de Bidasoa''. Madrid, 1944, pp. 171-172. Según Azkue en Bera en cabeza del duelo femenino, ''xirioa'', solía ir una muchacha con un cesto en la cabeza y dentro de él, una pierna de carnero. Si la familia del difunto era de escasos recursos en vez de la pierna de carnero, llevaba en el cesto un bacalao y un huevo. Vide Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid, 1935, pp. 230-231.</ref>.
En Lesaka (N), también se recogió una costumbre semejante. Antiguamente, en el cortejo fúnebre a continuación de los curas iba la serora y a veces alguna pariente del muerto, llevando una pierna de carnero si el entierro era de primera, de cordero si era de segunda ''y ''un bacalao si era de tercera. Estas ofrendas se llevaban en un cesto tapado con un paño de hilo con encajes. Al llegar a la iglesia, la portadora depositaba la ofrenda en una mesa colocada al fmal de los bancos de los hombres, junto a las sepulturas. De las ofrendas luego se hacía cargo el párroco<ref>Luis de URANZU. ''Lo que el río vio (Biografía del río Bidasoa)''. San Sebastián, 1955, p. 412.</ref>.
Respecto de esta misma localidad de Lesaka, Julio Caro Baroja, en los años cuarenta, decía que todavía en el funeral podía verse cómo un cordero entero se depositaba en la mitad de la iglesia si el muerto era hombre pudiente<ref>Julio CARO BAROJA. ''La vida rural en Vera de Bidasoa''. Madrid, 1944, p. 172.</ref>.
También Barandiarán recogió en 1936 unos datos etnográficos en la localidad navarra de Ezkurra donde las mujeres que iban al funeral ofrendaban dos espalderas de oveja o dos bacalaos, en tanto los hombres de capa ofrendaban dinero<ref>José Miguel de BARANDIARAN. “Contribución al estudio etngráfico del pueblo de Ezkurra. Notas iniciales” in AEF, XXXV (1988-1989) p. 60.</ref>.
En Lesaka Ziortza (B), Lekaroz y Ziga (N), también se recogió una costumbre semejante. Antiguamente, constató que en el cortejo fúnebre a continuación tiempos pasados la carne fue uno de los curas iba elementos de la serora y ofrenda a veces alguna pariente del muerto, llevando una pierna los muertos<ref>José Miguel de carnero si el entierro era de primera, de cordero si era de segunda BARANDIARAN. ''y Estelas funerarias del País Vasco''un bacalao si era de tercera. Estas ofrendas se llevaban en un cesto tapado con un paño de hilo con encajes. Al llegar a la iglesiaSan Sebastián, la portadora depositaba la ofrenda en una mesa colocada al fmal de los bancos de los hombres1970, junto a las sepulturasp. 19. De las ofrendas luego se hacía cargo 128 el párroco </ref>.
Respecto de esta misma localidad de Lesaka, Julio Caro Baroja, en los años cuarenta, decía que todavía en el funeral podía verse cómo un cordero entero se depositaba en la mitad de la iglesia si el muerto era hombre pudiente 129.  También Barandiarán recogió en 1936 unos datos etnográficos en la localidad navarra de Ezkurra donde las mujeres que iban al funeral ofrendaban dos espalderas de oveja o dos bacalaos, en tanto los hombres de capa ofrendaban 13o dinero  En Ziortza (B), Lekaroz y Ziga (N) también se constató que en tiempos pasados la carne fue uno de los elementos de la ofrenda a los muertos131 .  En Elosua (G), los informantes no recuerdan hoy que se hiciesen ofrendas de animales. Sin embargo en otras épocas, según consta en un documento parroquial, se pagaba una cantidad en rescate por la ofrenda de dos carneros, ''bi aariak, ''lo que prueba la anterior existencia de la 132  costumbre <ref>En un documento parroquial de San Andrés de Elosua, de fecha 28 de noviembre de 1916, redactado por José Maria Auzmendi, se detallan las cuentas de algunos usos y costumbres antiguos de la parroquia. En el apartado referente a los derechos en el funeral de adultos se señala que en los de primera y segunda clase, en épocas pasadas por el rescate debía pagarse: Por dos carneros de las dos honras a 12 reales cada uno: veinticuatro reales.</ref>.
En Berastegi (G), nuestros encuestados de más edad no recuerdan que se hiciesen ofrendas de animales vivos, pero han oído comentar que en la cercana villa de Orexa ofrendaban un carnero vivo en el ofertorio de la misa.
 
 
128 Luis de URANZu. ''Lo que el río vio (Biografía del río Bidasoa). ''San Sebastián, 1955, p. 412.
 
129 CARO BAROJA, ''La vida rural en Vera de Bidasoa, ''op. cit., p. 172.
 
136 BARANDIARAN «Contribución al estudio etnográfico del pueblo de Ezkurra...», cit., p. 60.
 
131 Idem, ''Estelas funerarias del País Vasco, ''op. cit., p. 19.
 
132 En un documento parroquial de San Andrés de Elosua, de fecha 28 de noviembre de 1916, redactado por José María Auzmendi, se detallan las cuentas de algunos usos y costumbres antiguos de la parroquia. En el apartado referente a los derechos en el funeral de adultos se señala que en los de primera y segunda clase, en épocas pasadas por el rescate debía pagarse: Por dos carneros de las dos honras a 12 reales cada uno: veinticuatro reales.
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