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Fuentes historicas

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También el P. Larramendi, en el siglo XVIII, dejó constancia de que en los grandes funerales, a modo de ofrenda se traía a la puerta de la iglesia un buey vivo en unos lugares y en otros un carnero, también vivo, que acabado el oficio se llevaba nuevamente al caserío o a la carnicería, pagándose por ello al cura una cantidad determinada en dinero<ref>Manuel de LARRAMENDI. ''Corografía de Guipúzcoa''. Barcelona, 1882, p. 194.</ref>.
[[File:7.179 Ofrenda de carnero (representacion). Orexa (G) 1977.jpg|center|600px|Ofrenda de carnero (representación). Orexa (G), 1977. Fuente: Iñaki Linazasoro, Grupos Etniker Euskalerria.]] En una obra del siglo XVIII redactada por Antonio M.a ª de Zavala donde relata algunas curiosidades referidas a su familia recogidas en la villa guipuzcoana de Azkoitia, figuran anotaciones de entierros y funerales. En ellas se menciona como ofrenda funeraria llevada a la puerta de la iglesia un buey que se rescataba por ocho ducados y también se alude a la ofrenda del carnero<ref>Antonio Mª de ZAVALA. “Los funerales en Azcoitia (siglo XVIII)” in RIEV, XIV (1923) p. 573.</ref>.
Gorósabel vuelve a recordarnos que fue bastante común la costumbre de que la casa mortuoria presentara en ofrenda un par de bueyes en las puertas de la iglesia, así como la de pagar un tanto por su rescate. Todavía en el año 1787 -dice este autor- en los oficios fúnebres celebrados por el alma del difunto rector de la iglesia parroquial del Consejo de Aizarnazabal (G) se presentó en las puertas de ella un buey vivo con dos panes de a cuatro libras clavados en las astas<ref>Pablo de GOROSABEL. ''Noticia de las Cosas memorables de Guipúzcoa''. Tomo IV. Tolosa, 1900, p. 297.</ref>.
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