Gipuzkoa

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Beasain

Describen la narria, lera, como un bastidor similar al del carro que en lugar de ir sobre ruedas va a rastras sobre el suelo, ya que los largueros exteriores del bastidor son dos gruesas tablas, forradas con una pletina de hierro en su parte inferior. Sobre la barra central del bastidor se colocaban dos piezas verticales, ezpatak, y sobre ellas un pértiga horizontal, gurtaga, todas ellas de madera para sujetar la carga. Los dos canales paralelos que hoy vemos tallados en la roca de base de muchos caminos de monte no son debidos a las ruedas de los carros sino al roce de las narrias. Se utilizaba para transportar grandes pesos como piedras calizas para la calera, ramas de árboles para leña, etc. También se solía utilizar tirada por el burro, para traer hierba cortada en un prado cercano para comida del ganado. Además de este útil para el transporte de troncos, tenían en algunos caseríos una narria corta, leramotza, provista de almohadilla giratoria.

Elgoibar

El trineo más utilizado en el caserío ha sido la lera o narria. Tenía un uso inconveniente en terrenos ondulados ya que podía quedarse atrancada. Se componía de una base de dos maderos colocados en la parte inferior que por delante acababan en una punta curvada a la manera de los esquís. Estaban fabricados totalmente de madera; los patines solían ser de abedul, urkixa, por ser esta una madera dura que se desgasta poco en el arrastre. Había quien los hacía de haya, pagua, porque disponía de esta madera. Posteriormente se acoplaron llantas de hierro en los patines para disminuir su desgaste. Entre esos dos patines se colocaba la pértiga central que iba amarrada al tiro. Solía ser más corta con lo que se conseguía mayor maniobrabilidad. Las tres piezas se unían con una serie de costillas que se acoplaban y daban espacio a la cama donde depositar el material a transportar. Para sujetar estas costillas al armazón se hacían orificios en las tres piezas y a su vez a las costillas que iban a quedar al exterior se les taladraba con cuñas, ziriak, para quedar amarradas.

Cuando la lera iba a ser arrastrada por un solo animal se le acoplaban dos alargaderas desde los patines y en medio de ellas se colocaba al animal. Tanto en la parte delantera como en la trasera de la pértiga se colocaban dos tablas con orificios verticales a varias alturas y con sendos tirantes que partían desde los patines. Entre ambas tablas ajustaban otra más para colocarla a la altura del material que se iba a transportar y de ese modo sujetarlo.

Se trataba de un artilugio adecuado para llevar helecho, hierba, madera, carbón y demás productos a través del monte; por allí por donde no había caminos adecuados para utilizar el carro, gurdia.

Berastegi

Las narrias o lerak eran aparejos sin ruedas especialmente concebidos para su uso en terrenos accidentados por los que no podían circular los carros de ruedas. La lera se fundamentaba en dos largueros fuertes terminados en curva (a modo de esquís), que estaban forrados con un fleje de acero en toda su extensión para que se lastimaran menos y se deslizara mejor. En el centro, llevaba el mástil de unos cuatro metros de longitud que se ataba al yugo de la pareja de bueyes. En el caso de ser tirado por un solo caballo, en lugar de un madero, llevaba dos más pequeños dentro de los cuales se ubicaba el animal de tiro. La cama o armazón era similar en forma y medidas al tradicional carro, gurdia. Este armazón, gurtetxia, tenía 2 m. de largo por uno de ancho y llevaba ocho o nueve travesaños, barrak.

Telleriarte

La lera tenía la estructura de un carro pequeño sin ruedas. Tenía en la base dos tablones gruesos, arasak, forrados con chapa de hierro, kaplak, para que se deslizara más dócilmente. Era más propio para utilizarla cuesta abajo en terrenos en pendiente. Llevaba una pértiga, nardaia, de la que tiraban los animales que la arrastraban.

Ataun

Desde tiempos antiguos se constata el uso de dornallue. El objeto conducido por dicho instrumento solía ser designado ordinariamente con el nombre de narrea. Para el arrastre también utilizaban la lera[1].


 
  1. Juan ARIN. "La labranza y otras labores complementarias en Ataun" in AEF, XVII (1957-1960) p. 63.