Goitiberak

Hasta aquí se han comentado juguetes fabricados en miniatura y con materiales residuales. A continuación se describen otros construidos a medida de los niños, lo que les permite subirse a ellos y guiarlos.

El más conocido es la goitibera. Para su construcción se requieren materiales más sofisticados y normalmente los niños necesitan de la ayuda de personas mayores.

El juguete se mueve por gravedad y por lo tanto sólo permite bajar cuestas y en todo caso desplazarse por llanos y ascender alguna pequeña pendiente si antes se ha adquirido suficiente inercia.

Para su fabricación son imprescindibles listones de madera, algún tornillo y tres o cuatro rodamientos, dependiendo del modelo, a modo de ruedas.

En Portugalete (B), además de los listones necesarios para formar el armazón de la goitibera se empleaba una tabla de unos 15 ó 20 cm de anchura que servía para el asiento. Se empleaban también tres rodamientos, uno pequeño para la parte delantera y dos más grandes para la trasera. La goitibera tenía forma de triángulo isósceles truncado en el vértice más agudo. El eje delantero llevaba un rodamiento en el centro del mismo y el trasero dos, uno en cada extremo. Estos rodamientos debían quedar muy bien ajustados en los listones; de todas formas, para mayor seguridad se fijaban con clavos. Los ejes se sujetaban a los travesaños por medio de unos tornillos roscados que atravesaban los listones y se fijaban con tuercas. El asiento se disponía en la parte trasera, esto es, la más ancha, también por medio de tornillos.

En Galdames (B) el aspecto de la goitibera, era similar a la descrita antes; sin embargo, el rodamiento delantero era mayor que los dos traseros. En la parte delantera llevaba también una tabla dispuesta transversalmente y clavada a los largueros que unían ambos ejes. El niño que conducía iba sentado con los pies apoyados en las puntas del anterior travesaño. También en Elgoibar (G) los dos rodamientos pequeños se colocaban detrás y el más grande delante.

En Artziniega (A) era igualmente de forma triangular con dos ruedas detrás y una delante. Este triángulo truncado se fabricaba con cuatro tablas: dos largas de casi un metro que se colocaban de modo que convergiesen, clavadas a otras dos, una delantera más corta y otra trasera de mayor longitud. A la tabla transversal delantera se le abría un agujero en el centro, por el que se introducía un tornillo que hacía de eje de la barra delantera, donde iba el rodamiento, para así poder conducir la goitibera. A la tabla transversal trasera se le clavaba una barra de madera en cuyas dos puntas llevaba las otras dos ruedas. En esta localidad también se hacían goitiberas con dos ruedas en el eje delantero.

Goitibera. Zeanuri (B), 1982. Fuente: Ander Manterola, Grupos Etniker Euskalerria.

En Durango (B) el listón que llevaba en la parte delantera, un poco más atrás del eje, servía para apoyar los pies y a la vez controlar la dirección del vehículo.

En Ribera Alta (A) se hacía con una tabla y tres cojinetes o rodamientos, uno colocado en la parte delantera central y los otros dos en los extremos de un eje situado en la zona trasera. Por el interior del cojinete delantero se introducía un palo lo suficientemente largo como para que sobresaliera a derecha e izquierda de la tabla y así poder colocar los pies y a la vez dirigir el vehículo.

En Artajona (N) también se hacía algo parecido a lo que en la actualidad se llama goitibera y muy similar al artilugio descrito para Ribera Alta. A una tabla resistente se le colocaba un eje fijo posterior con sendas ruedas de acero en los extremos y una central delantera sujeta a un eje giratorio que servía de volante. Se utilizaba para bajar por las aceras costaneras poniendo una rodilla en la tabla o sentados en ella.

La denominación de goitibera procede del euskera, literalmente «de arriba abajo». El uso de este nombre para designar el vehículo de tres o cuatro ruedas descrito hasta aquí, se halla muy difundido. Se ha constatado en Artziniega, Mendiola, Ribera Alta (A), Durango, Galdames, Portugalete (B), Elgoibar (G) y Monreal (N).

En Zerain (G) también se llamaban goitiberak y se hacían con dos, tres y cuatro ruedas para bajar por los caminos y sin ruedas para desliarse por los prados. En Lekunberri (N) se fabricaban con una tabla a la que se le colocaban cuatro ruedas e igualmente se denominaban goitibeherak. En Bermeo (B), en cambio, aun siendo del tipo triangular con tres ruedas, se conocían como karrikoitxiberak.

En Moreda (A) recibían el nombre de patinetas unos vehículos de características similares a las goitiberas. Consistían sencillamente en una especie de tablado sobre ruedas. Su forma era la de un trapecio isósceles siendo más estrechas por la zona delantera o guía. A algunas se les colocaba un mando de conducción e incluso freno.

En Lezaun (N) los chicos construían carritos con una tabla a la qué clavaban cuatro puntas en los costados, tras lo cual introducían en las mismas las correspondientes ruedas de madera. Recuerdan que eran contados los que se llegaban a terminar de construir y menos los que funcionaban. Hacia los años sesenta, gracias a que resultaba más fácil encontrar materiales, se conseguía hacer carros que funcionaban bien.

En Viana (N) los carritos consistían en un simple cajón con cuatro ruedas de madera y una cuerda para tirar. Otros más sofisticados tenían ruedas de rodamientos, a veces dos traseras y una delantera a la que iban a parar dos ejes móviles de madera que permitían dirigirlo.

En San Martín de Unx (N) los carricos se improvisaban con cajones de madera y rara vez tenían ruedas por lo difícil que resultaba hallarlas, de modo que la tracción se hacía casi siempre por cuestas y callejas con simples cuerdas tiradas por ellos mismos. Otro vehículo más moderno que el anterior era el carricoche. Tenía forma triangular con tres ruedas y un eje delantero móvil donde se apoyaban los pies e iban las cuerdas de dirección. Este último artilugio era lo más parecido a lo que en otras partes de Navarra llaman goitibera. En Sangüesa (N) los carros eran de tres o cuatro ruedas, a veces de rodamientos.