Diferencia entre revisiones de «Granos»

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Saltar a: navegación, buscar
(Página creada con «En Bera (N) algunos granos de los que frecuentemente salen a los niños –y quizá el impétigo– se curaban con nata, ''gaña'', de la leche de vaca, cruda<ref></ref>. E...»)
 
 
Línea 1: Línea 1:
En Bera (N) algunos granos de los que frecuentemente salen a los niños –y quizá el impétigo– se curaban con nata, ''gaña'', de la leche de vaca, cruda<ref></ref>. En Azkaine (L) para el sarpullido, ''xarranpina'', el mejor remedio era beber mucha leche. En Ataun (G) cuando a los niños les salían unos puntos blancos en la zona de la cara se les daban fricciones con ''siats-arbi ''(¿gamón?). En Vasconia continental para sanar los granos de los niños, se recogían en el campo ciertas hierbas con unos puntos blancos, parecidos a los granos del niño. Había que dejarlas colgando de la chimenea y a medida que se marchitaban y secaban, los granos del niño desaparecían paulatinam en te<ref></ref>.  
+
En Bera (N) algunos granos de los que frecuentemente salen a los niños –y quizá el impétigo– se curaban con nata, ''gaña'', de la leche de vaca, cruda<ref>Julio CARO BAROJA. ''La vida rural en Vera de Bidasoa''. Madrid: 1944, p. 167.</ref>. En Azkaine (L) para el sarpullido, ''xarranpina'', el mejor remedio era beber mucha leche. En Ataun (G) cuando a los niños les salían unos puntos blancos en la zona de la cara se les daban fricciones con ''siats-arbi ''(¿gamón?). En Vasconia continental para sanar los granos de los niños, se recogían en el campo ciertas hierbas con unos puntos blancos, parecidos a los granos del niño. Había que dejarlas colgando de la chimenea y a medida que se marchitaban y secaban, los granos del niño desaparecían paulatinam en te<ref>Juan THALAMAS LABANDIBAR. “Contribución al estudio etnográfico del País Vasco continental” in ''Anuario de Eusko-Folklore''. Tomo XI. Vitoria: 1931, pp. 57-58.</ref>.  
  
En Larraun (N), según recogió Azkue a principios del siglo XX, se quemaban yerbas de San Juan, ''San Juan belarrak'', en la víspera de esta festividad y su ceniza se guardaba con sumo cuidado pues con ella sanaban a los niños de cualquier grano que les brotara<ref></ref>. En algunas localidades de la Montaña navarra, en los años cuarenta, cuando los críos tenían erupciones, los echaban desnudos en la pocilga del cerdo y les daban tres vueltas<ref></ref>.
+
En Larraun (N), según recogió Azkue a principios del siglo XX, se quemaban yerbas de San Juan, ''San Juan belarrak'', en la víspera de esta festividad y su ceniza se guardaba con sumo cuidado pues con ella sanaban a los niños de cualquier grano que les brotara<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid: 1935, p. 294.</ref>. En algunas localidades de la Montaña navarra, en los años cuarenta, cuando los críos tenían erupciones, los echaban desnudos en la pocilga del cerdo y les daban tres vueltas<ref>José Mª IRIBARREN, ''Retablo de curiosidades: zambullida en el alma popular''. Zaragoza: 1940, p. 74.</ref>.
  
  

Revisión actual del 08:08 2 jul 2019

En Bera (N) algunos granos de los que frecuentemente salen a los niños –y quizá el impétigo– se curaban con nata, gaña, de la leche de vaca, cruda[1]. En Azkaine (L) para el sarpullido, xarranpina, el mejor remedio era beber mucha leche. En Ataun (G) cuando a los niños les salían unos puntos blancos en la zona de la cara se les daban fricciones con siats-arbi (¿gamón?). En Vasconia continental para sanar los granos de los niños, se recogían en el campo ciertas hierbas con unos puntos blancos, parecidos a los granos del niño. Había que dejarlas colgando de la chimenea y a medida que se marchitaban y secaban, los granos del niño desaparecían paulatinam en te[2].

En Larraun (N), según recogió Azkue a principios del siglo XX, se quemaban yerbas de San Juan, San Juan belarrak, en la víspera de esta festividad y su ceniza se guardaba con sumo cuidado pues con ella sanaban a los niños de cualquier grano que les brotara[3]. En algunas localidades de la Montaña navarra, en los años cuarenta, cuando los críos tenían erupciones, los echaban desnudos en la pocilga del cerdo y les daban tres vueltas[4].


 
  1. Julio CARO BAROJA. La vida rural en Vera de Bidasoa. Madrid: 1944, p. 167.
  2. Juan THALAMAS LABANDIBAR. “Contribución al estudio etnográfico del País Vasco continental” in Anuario de Eusko-Folklore. Tomo XI. Vitoria: 1931, pp. 57-58.
  3. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid: 1935, p. 294.
  4. José Mª IRIBARREN, Retablo de curiosidades: zambullida en el alma popular. Zaragoza: 1940, p. 74.