Grietas en los pezones, ugatzarraina

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Otro problema que también es habitual durante la lactancia son las grietas que se producen en los pezones. Azkue recogió para designarlas las denominaciones arraina (B) (y sus derivadas bularrarraiña, tumor del pecho, y titiarraiña, tumor del pezón), ametzena (B) y arraia (Oiartzun-G). Nuestra encuesta de Nabarniz (B) ha registrado el vocablo ugatzarraina.

En Amézaga de Zuya y Bernedo (A) se las curaba la mujer misma con su propia saliva, con agua y sal o con agua oxigenada. Últimamente se usan productos farmacéuticos. En Bergüenda, ayuntamiento de Lantarón, al suroeste de Álava, se aplicaba a las grietas la gelatina obtenida de los corazones y pepitas de los membrillos que guardaban desecados para usarlos cuando surgía el problema. En Berganzo (A) el remedio consistía en un ungüento que preparaban en San Vicente de la Sonsierra. En San Martín de Unx (N) las grietas y escoceduras en pezones se trataban procediendo a su lavado antes de la toma y aplicando aceite de oliva y/o vaselina para ablandarlos. En Amorebieta-Etxano (B) se batía aceite con agua y con un paño se extendía por el pezón y la mama.

En Zerain (G) cuando el pezón, titi-musua, no tenía forma suficiente para que el niño pudiera sujetarlo se cogía una nuez, se abría con cuidado para no romper la cáscara, se vaciaba, se colocaba sobre el pezón y se sujetaba fuerte. Se quitaba para dar el pecho y después se volvía a poner. En Elosua (G), en los años sesenta, se ablandaba cera con agua templada y se le daba forma de caperuza para que cubriese el pezón y evitar que se endureciese. En Oñati (G) se utilizaban unas pezoneras de cera virgen llamadas kapelutak. Tanto en Elosua (G) como en Donibane-Garazi[1] (BN) se derretía manteca de gallina sin sal, que se guardaba en una caja y se aplicaba al pecho antes de dar de mamar al niño.

En Nabarniz (B) las grietas de los pezones se conocen como ugatzarraina. Un método para evitarlas era el que la recién parida mordiera un pañuelo mientras le ponían con gasas un ungüento, untoa, en el pecho. Convenía que no se enfriasen los pechos por lo que los cubrían con una toalla tras amamantar al niño.


 
  1. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo I. Madrid: 1935, p. 348.