Ictericia

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En Abadiano, Durango, Orozko (B); Allo y San Martín de Unx (N) se ha recogido que antaño la ictericia era un mal bastante frecuente entre los niños. En Allo agregan que muchos de ellos morían después de ponerse su piel casi amarilla y en San Martín de Unx dicen que era una enfermedad muy contagiosa. En Orozko consideran que la mejor forma de combatirla es el sol y refuerzan su argumento diciendo que hoy en día a los recién nacidos les ponen una placa solar para corregir ese problema. En Moreda (A) algún informante ha asociado la ictericia con la difteria, señalando que en tiempos pasados afectaba en muchos casos a los niños, que se ponían amarillos. Esto –dicen– se debía a que no les funcionaba correctamente la vesícula.

En Améscoa (N) la tiricia de los niños de pecho se achacaba a una mala digestión de la madre que le daba de mamar o a que el niño mamaba muy deprisa o a que la madre había trabajado demasiado. Para curarla les daban agua de arroz. En Arraioz (N) la ictericia en niños recién nacidos se atribuye a haber tomado la primera leche de la madre después del parto. En Murchante (N) se ha recogido que muchos recién nacidos solían estar aquejados de esta enfermedad y se debía, según dicen, a la leche materna. Las madres, con la mejor intención, guardaban para sus niños “la primera leche” porque decían que con ella se encalostraban, pero les producía ictericia.

En Valle de Erro (N) aseguran que nacían muchos niños con tiricia, se ponían amarillos. Se les pasaba a los pocos días, la única precaución que tomaban con los niños recién nacidos si estaban amarillos era echarlos a la cuna boca abajo; a los que no presentaban este síntoma se les tumbaba boca arriba.