Indumentaria del bautizando. Bataio-arropa

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Al que se le vestía de manera especial y con todo cuidado era al niño que iba a ser bautizado. Se le cubría con sus mejores ropitas y también con ropas propias del acto, preparadas expresamente para él, sobre todo cuando se trataba del primogénito, o prestadas por parientes.

Tradicionalmente para el bautizo se le vestía de blanco. En algunos pueblos se comenzó a diferenciar a los niños de las niñas añadiendo lazadas azules o rosas, respectivamente. Las lazadas blancas se utilizaron indistintamente para niños y niñas (Amézaga de Zuya, Apodaca-A; Bermeo, Carranza, Durango, Portugalete-B; Zerain-G).

El vestido característico para el bautismo fue lo que en Navarra se conoce como "el faldón de cristianar". Este vestido ritual, era de organdí, seda, raso, piqué o cualquier tela fina y estaba adornado con profusión de puntillas, con un gorrito a juego que, en muchas localidades de Vasconia, solía regalar la madrina. En general ha sido blanco, en algunos casos de color crema, y algunas veces llegaba a ser amarillento por los años. En Zerain (G) se le denomina soineko faldoia; en Lekunberri (N) kuinadea, en Zeanuri (B) oiela; en Uharte-Hiri (BN) bataio-arropa. Esta prenda se consideraba como algo "religieux" (sagrado) ya que sólo se usaba para ir a la iglesia (Arberatze-Zilhekoa-BN). Las madres lo han guardado con cariño trasmitiéndolo a sus hijas o nueras.

De la ropa se prendían medallas o escapularios; una vez cristiano, se le sujetaban entre las vueltas de la fajita; "los evangelios" (Obanos-N) o el kutun (Zeanuri-B; Burunda-N) o butuna (Urdiain-N). La paxia o faja podía tener sujetas diversas medallas religiosas, un escapulario (Virgen del Carmen / Corazón de Jesús) y piedras semipreciosas con fines profilácticos como ya se ha indicado en un capítulo anterior.

En Zerain (G) en la década de los años treinta se le vestía de este modo a la criatura que iba a ser bautizada: Zille lotzeko oial zuri bat (pusketa txikie); kamisatxoa eunezkoa; amilatxoa (gaurko kamisetan ordezkoa, etxean egiña, tela lodi xamarrakin); pike, franela raiatue gaiñeti eta zurie barruti batzuk, beste batzuk zuriik edo kolore batekook. Paxa luxe bat ondo bildutzeko, ta lau kuadroko zapi bat anka arteen bilduta. Gañeen manta felpazkoa zurie ta paxakin berriz lotuta, ta azkenian soiñeko faldoia ta kapatxo bat soiñekon antzekoa. Burun txapela oso ederra tela kizkurtuta arpegi buelta guztiin, kokotzan azpiin lotuta. Negua bazan, mantoian bilduta, batzuk lanazko zurie ta beste batzuk beltza (Un pedacito de tela de lino para cubrir el cordón umbilical; camisa de lino blanco fino; camiseta de felpa o piqué de rayas o estampados forrado de blanco que hoy día ha sido sustituida por la camiseta de punto de lana. Una faja larga con la que se le envuelve desde debajo de los brazos todo el tronco. Después un faldón de tela gruesa blanco, y encima el faldón de bautizo o vestido largo con puntillas y entredoses, capota y capa a juego. En la cabeza un gorrito con fruncido en toda la vuelta de la cara y atado bajo la barbilla. En invierno se le ponía encima un mantón de punto blanco, y si no había otra cosa un mantón de casa, negro).

Ajuar de bautizo. Monreal (N), 1930. Fuente: Elena Roncal, Grupos Etniker Euskalerria.
Ajuar de bautizo. Monreal (N), 1930. Fuente: Elena Roncal, Grupos Etniker Euskalerria.

En Zeanuri (B) hasta los años sesenta niños y niñas sin diferencia alguna por razón de sexo eran vestidos para el bautizo con sus mejores ropitas. La comadrona o la mujer vecina que había atendido al parto era la que vestía al recién nacido para el bautismo, berak jantziten eban umia elexarako. Al ponerle la primera prenda hacía con ella una cruz sobre la criatura. El vestido se componía de estas prendas: kamixia, camisita; juboitxoa, juboncito; eunezko trapuek, pañales de lino; mantarra, manta de felpa; oiela, faldón de tela fina; paxea, faja; y dentro de la faja el kutun que contenía los evangelios; mantoia, mantón; baberue, babero; txapeltxoa, gorrito de encaje. La prenda distintiva del bautizo era el mantón, bautizuko mantoia, confeccionado en tela de lino con bordados y flecos y de forma triangular. Normalmente se heredaba de la abuela y con él se bautizaban todos los hijos de la familia. Se solía prestar para el bautizo a familias más modestas.

En Uharte-Hiri (BN), en la década de los años cuarenta las prendas que llevaban los niños el día del bautizo eran según Barandiarán: atorra, chemise; xatarra, mouchoir blanc de fil qui enveloppe tout le corps; borraxa, molleton de laine qui entoure le xatarra; troxakordak, large ceinture blanche qui serre la taille; bataio-arropa (vétement de baptéme), large robe blanche bordée de dentelles; peleina, burnous blanc avec son capuchon; sur la téte enfin un mottua ou bonnet blanc orné de dentelles[1].

En Bernedo (A) el vestido normal del niño era una camisa hasta "el cil" (ombligo), abierta por detrás, con manga larga adornada con puntilla; un pañal desde el pecho hasta los pies sobresaliendo dos palmos de éstos. Este pañal, de tela fina, rodeaba varias veces al niño pillándole la camisa. Encima iba un faldón del mismo tamaño y colocación que el pañal de felpa gruesa, para empapar y dar abrigo. Todo quedaba atado por una faja en varias vueltas sobre la cintura del niño. La camisa quedaba cubierta por una chaquetita de lana. En la cabeza un gorrito de tela. Todo este conjunto iba cubierto por un mantón o toquilla blanca de lana. Para el bautizo se le ponía el faldón blanco adornado con puntillas; era largo con mangas y abierto por detrás. Se guardaba después del bautizo como recuerdo; y con frecuencia, se pasaba de una generación a otra. Este traje se volvía a usar cuando la madre llevaba al hijo a la iglesia a los quince o veinte días para hacer su "entrada".

En Lekunberri (N) vestían al niño con camisita fina de hilo de manga larga atada hacia atrás, un lado sobre otro; camiseta de manga larga de punto fino o algodón; mandekoak, grandes telas rectángulares en las que se envolvía al niño de cintura para abajo, que, a su vez, se ataban con la faja, paxe; jersey de punto blanco; kuinade, faldón de piqué y que se utilizaba sólo para el bautizo; una capita de punto, amile, adornada con lazos; txanoa, un gorro de punto. Se le cubría al niño con una toquilla de punto de gran tamaño, tokile.

En Monreal (N) señalan que al recién nacido se le hacía o se le compraba un verdadero ajuar para el bautizo. En el primer tercio del siglo se utilizaba un faldón de cuerpo entero confeccionado con hilo fino o con seda gruesa; una capa y un gorro que solía ser de encaje o de piqué. En algunas familias fue costumbre que la abuela materna regalase al recién nacido el faldón del bautizo. Más tarde sobre el faldón y sustituyendo a la capa, se colocaba una chaquetica de lana, con su gorro, y, de cintura para abajo, una mantilla con tiras bordadas o puntillas. La criatura así vestida se cubría con un chal. Algunas familias han conservado los ajuares del bautizo que han sido utilizados por varias generaciones hasta hoy.

En Obanos (N) el faldón blanco de "cristianar", en familias acomodadas se pasa de padres a hijos y se presta entre los primos. Suele ser de la abuela y es ella quien lo guarda. Es un vestido largo de organza o tela muy fina, capa y gorro haciendo juego. A juego con el faldón se le viste chaqueta, gorro y patucos blancos. En otras familias cuando tienen el primer hijo compran un faldón blanco "de bautizo" o les ponen un jersey y un faldón nuevo sin necesidad de que sea especial, con tal de que sea de color blanco. Si la familia era muy modesta envolvían a la criatura en una toquilla.

También en Sangüesa y Viana (N) el niño acudía al bautismo con el "faldón de cristianar", elegante vestido hecho exclusivo para esta ceremonia, realizado en seda, raso u organdí blanco con cintas azules para los chicos y rosas para las chicas y adornado con puntillas, entredoses y encajes. Llevaba como complemento un gorrito de lana de angora o de tela o de perlé hecho a ganchillo. Este faldón se guardaba cuidadosamente para utilizarlo en otros bautizos de la familia. Normalmente se compraban ya hechos. Solían prestar este faldón a las familias pobres para la ceremonia del bautizo.


 
  1. José Miguel de BARANDIARAN. "Matériaux pour une étude du peuple Basque; A Uhart-Mixe" in Ikuska. Nº 6-7 (1947) p. 167.