Iniciación escolar ordinaria

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En la gran mayoría de las localidades encuestadas se ha recogido que lo habitual era empezar a ir a la escuela con seis años. Así se ha constatado en Amézaga de Zuya, Apellániz[1], Apodaca, Artziniega, Bernedo, Gamboa, Mendiola, Moreda, Salvatierra, San Román de San Millán, Treviño y Valdegovía (A); Abadiano, Lemoiz, Markina, Nabarniz, Orozko, Trapagaran y Urduliz (B); Berastegi, Bidegoian, Elosua, Ezkio, Gatzaga[2], Oñati y Telleriarte (G); Donoztiri, Iholdi, DonibaneGarazi, Donaixti-Ibarre y Uharte-Hiri[3] (BN); Aintzioa, Orondritz[4], Lanz, Lekunberri, Lezaun, Obanos y Orbaitzeta[5] (N).

En Apodaca (A) a lo largo de este siglo se han registrado las tres situaciones siguientes: En un principio, hasta los años veinte, al no haber escuela en la localidad los niños venían obligados a acudir al pueblo vecino de Echabarri Ibiña. Luego una fundación creó la escuela y se adelantó la edad de ingreso que se rebajó hasta los cuatro o cinco años. A los párvulos les colocaban aparte, gozaban de más tiempo de recreo y no les llevaban a las celebraciones religiosas como la misa, el rosario, etc. Esta escuela propia se mantuvo desde 1921 hasta 1964. Al hacerse la concentración escolar en Gopegi al principio no hubo parvulario. Después en los meses de invierno iban a las clases de los adultos. Hoy día les trasladan en autobús a Gamarra y los mayores van a los institutos y escuelas profesionales de Vitoria.

En Bernedo (A) la edad de acceso a la escuela se adelantó de los seis a los cuatro años. Antes el pueblo tenía dos maestros y desde el curso 1966-67 cuenta con una escuela comarcal concentrada. A partir de 1972-73 se abrió un parvulario. Al finalizar estos estudios, la mayoría de los alumnos van a la capital, Vitoria, a completar su formación con una preparación técnica o con enseñanzas superiores.

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En Moreda (A), a partir de los 60 acuden a la localidad de Oyón donde en estos años se produjo la concentración escolar de los pueblos de la Rioja Alavesa oriental. Hoy día la escolarización comprende desde los tres o cuatro años hasta los dieciséis. Después muchos continúan sus estudios en colegios e institutos.

En Artziniega (A) la antigua escuela estuvo en la sacristía vieja de la iglesia. Tiempo después se hizo cargo de la misma un patronato, pasando las niñas a las Carmelitas y los niños a los Maristas. Por los años 70, con motivo de la concentración escolar, la escuela pasó a ser mixta. Hoy día la localidad cuenta también con escuela de enseñanza en euskera, ikastola.

En San Román de San Millán (A) recuerdan que con el advenimiento de la II República se adelantó la escolarización en dos o tres años respecto de los seis que había sido la edad exigida con anterioridad. En tiempos pasados no fue normal proseguir los estudios superiores salvo los eclesiásticos. Era más habitual ir a Vitoria e ingresar en la escuela profesional o en la universidad laboral. Hoy se exige más preparación y abundan quienes buscan capacitación agrícola. De todas formas la mayoría de los niños abandonan sus estudios al finalizar la enseñanza obligatoria y rara vez continúan estudios superiores.

En Apellániz (A) antiguamente hubo dos escuelas, una para niños y la otra de niñas, regidas por su correspondiente maestro y maestra, cuya retribución corría a cargo del Estado. En los años 80, los niños que apenas si llegan a la docena, acuden a la concentración escolar de Maeztu, donde van desde los cinco o seis años hasta los catorce[6].

En Orozko (B), en el barrio de Ibarra, a principios de siglo la escuela era unitaria pero durante años existió un colegio de religiosas que impartía enseñanza y las niñas acudían a él y los niños a la escuela. Se aprendían las cuatro reglas y a leer y escribir; las niñas también costura. Algunos para ampliar conocimientos, acabada la enseñanza obligatoria, iban a clases nocturnas. Las monjas también enseñaban a hacer labores y a coser a las chicas que desearan hacerlo; algunas al tiempo preparaban el arreo de matrimonio. En los 70 se produjeron las concentraciones escolares y ahora todos los niños del Valle de Orozko reciben educación en una única escuela mixta ubicada en el barrio de Zubiaur. El que hubiera clases nocturnas para jóvenes lo recogió también Barandiarán en Ezkurra (N) en los años treinta[7].

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En Urduliz (B) los niños empezaban a ir a la escuela con seis o siete años siendo la asistencia muy irregular. Normalmente cuando cumplían los doce o trece abandonaban los estudios porque resultaban imprescindibles en los quehaceres de la casa. En la década de los treinta los alumnos estaban juntos, chicos y chicas, jóvenes y mayores. A partir de los 50 niños y niñas tuvieron aulas separadas. A partir de mediados de los sesenta en la escuela pública se volvió a las clases mixtas, separándose a los alumnos por edades y por cursos mientras que en las escuelas de barriada hasta finales de los setenta se alojaba a todos los alumnos en la misma clase bajo la tutela de una única maestra.

En Bidegoian (G) se recuerda que en las clases se enseñaba sobre todo doctrina cristiana, además un poco de lectura y matemáticas. A las chicas, costura y labores manuales. Esta enseñanza elemental finalizaba a la edad de 11 ó 12 años y a partir de ahí frecuentemente el muchacho iba a servir como criado, morroi, en otro caserío y la chica se colocaba como servidora doméstica, neskametza. En la década de los cincuenta se modificó el sistema escolar, impartiéndose más asignaturas y con una planificación de los estudios. La asistencia a las clases comenzó también a ser más regular.

En Elosua (G) antaño los niños iban a la escuela con el propósito de aprender la doctrina cristiana y reforzar las enseñanzas religiosas y oraciones que les habían enseñado en casa. A la edad de once años abandonaban la escuela para ayudar en adelante en las labores domésticas. A partir de la década de los 60 desde los tres a los seis años van al parvulario de la propia localidad y después a la escuela comarcal de Azkoitia hasta los 14. Algunos continúan instruyéndose en la escuela profesional de esta citada villa. También en Azpeitia (G) se recogió a principios de siglo que los hijos eran enviados a la escuela para que se instruyeran en doctrina cristiana y en la lectura del libro de misa para la primera comunión.

En Ezkio (G) se exigía un año de escolarización a partir del ingreso a los seis años para estar en condiciones de recibir la primera comunión. A tal fin el niño precisaba conocer las primeras letras, saber contar... y sobre todo aprender bien el catecismo, dotrina, que le enseñaba el propio maestro ayudado del cura. Hoy día, los niños acuden a las escuelas de enseñanza en euskera, ikastolak, de las localidades vecinas de Zumarraga, Urretxu y Ormaiztegi.

A propósito de lo señalado anteriormente respecto de las localidades de Elosua y Ezkio, Manuel Lekuona ya dejó registrado que en los años veinte había escuelas rurales denominadas sasi-eskolak (pseudoescuelas) dedicadas casi exclusivamente a enseñar el catecismo, única instrucción a que aspiraba no poca gente de caserío para poder hacer la primera comunión y cumplir con los deberes religiosos. Tampoco era fácil encontrar maestros de mayor cultura en las zonas rurales sin recorrer una distancia considerable[8].

Por la misma época en muchos pueblos de Gipuzkoa[9], como se ha constatado en la comarca del Bajo Deba, debido a que aumentó la necesidad de saber leer y escribir, junto a las "escuelas de primeras letras" proliferaron maestros de barrio, denominados auzoko maixuak, que eran enseñantes sin titulación ni habilitación especial que los baserritarras contrataban como maestros de sus hijos, con cargo al Ayuntamiento, y cuya labor tuvo una gran importancia. Sólo en el Bajo Deba en la década de los veinte hubo alrededor de medio centenar de estos "maestros", que desempeñaron su labor desde principios de siglo y durante cincuenta años[10].

En Telleriarte (G) aunque la edad más común de acceso a la escuela era los cinco o seis años, algunos recibían clases particulares antes de ingresar en ella. Los niños estaban todos juntos en la misma aula y a partir de los trece años empezaban a ayudar en las labores domésticas.

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En Gatzaga (G), a principios de siglo, la separación de sexos abarcaba prácticamente toda la edad escolar y algunos años más. La escuela era unitaria con dos aulas, una para los niños y otra para las niñas, regidas por un maestro y una maestra respectivamente. El niño al entrar en la escuela comenzaba a vestir pantalón largo o hasta media pierna y la niña bragas y falda larga. Los días de labor se cubrían en clase con un largo blusón[11].

Aintzioa y Orondritz son dos lugares del Valle de Erro (N). En el primero de ellos la escuela era única. A partir de los años 60 reciben atención escolar en Erro y luego continúan los estudios, en su caso, en Pamplona. Algo similar se ha constatado en Orondritz, si bien aquí hubo maestro en el pueblo hasta 1983 y desde esta fecha los niños acuden también a Erro y Pamplona. En ambas localidades se ha recogido que la enseñanza consistía en nociones generales. Si había maestra las chicas aprendían algunas labores como costura; si había maestro, no; niños y niñas recibían igual instrucción.

Cuando dejaban la escuela los chicos ayudaban en el campo y las chicas a la madre, generalmente en las tareas domésticas, y si la familia era de escasos recursos solían ir a servir a pueblos grandes o a Pamplona[12].

En Obanos (N) ya desde principios de siglo y hasta el año 1934 se empezaba a ir a la escuela con seis años. Por esas fechas hubo unas maestras que a título particular cuidaban de los niños entre 2 y 6 años, enseñándoles las primeras letras. Algunas familias enviaban a sus hijos donde unas religiosas de una localidad próxima para que aprendieran algo y les prepararan para el ingreso en la escuela.

En 1934, por iniciativa privada, se creó un parvulario para acoger niños desde los cuatro años. Actualmente empieza la escolarización a esa misma edad y hay una guardería infantil para niños más pequeños.

En Orbaitzeta (N) tanto antes como ahora se empieza a estudiar a los seis años. Antiguamente las escuelas eran unitarias para niños y niñas. Después de la Guerra Civil del 36 se impuso la separación de sexos, una maestra al frente de la escuela de niñas y un maestro para los niños. Actualmente vuelve a ser unitaria si bien ha descendido considerablemente el número de niños.

Los informantes mayores recuerdan que dejaban la escuela a los 12 años y según las necesidades de mano de obra que tuviera la casa incluso antes de esa edad. Tiempo después, el momento de abandonar la escuela se retrasó hasta los 14 anos, aun cuando había quienes se veían impelidos a hacerlo siendo más niños por razón del trabajo[13].


 
  1. Gerardo LOPEZ DE GUEREÑU. "Apellániz. Pasado y presente de un pueblo alavés" in Ohitura, 0 (1981) p. 125.
  2. Pedro M.ª ARANEGUI. Gatzaga; una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX San Sebastián, 1986, p. 85.
  3. José Miguel de BARANDIARAN. "Matériaux pour une étude du peuple Basque: A Uhart-Mixe" in Ikuska. N° 6-7 (1947) p. 169.
  4. Araceli ITURRI. "Estudio etnográfico de Aincioa y Olondriz (Valle de Erro)" in Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Alava y Navarra. San Sebastián, 1990, pp. 297-298.
  5. M.ª Carmen MUNARRIZ. "Estudio etnográfico de Orbaiceta (Navarra)" in Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Alava y Navarra. San Sebastián, 1990, p. 618.
  6. Gerardo LOPEZ DE GUEREÑU. "Apellániz. Pasado y presente de un pueblo alavés" in Ohitura, 0 (1981) p. 125.
  7. José Miguel de BARANDIARAN. "Contribución al estudio etnográfico del pueblo de Ezkurra. Notas iniciales" in AEF, XXXV (1988-1989) p. 50.
  8. Manuel de LEKUONA. "La religiosidad del pueblo. Oiartzun" in AEF, IV (1924) p. 21.
  9. José Ignacio LASA y colab. Sobre la Enseñanza Primaria en el País Vasco. San Sebastián, 1968, pp. 17-19.
  10. Carmelo URDANGARIN. Aintzinakoak. Oficios Tradicionales. S. 1., s. a., p. 80.
  11. Pedro M.ª ARANEGUI. Gatzaga: una aproximación a la vida de Salinas de Léniz a comienzos del siglo XX. San Sebastián, 1986, pp. 75-76.
  12. Araceli ITURRI. "Estudio etnográfico de Aincioa y Olondriz (Valle de Erro)" in Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Alava y Navarra. San Sebastián, 1990, pp. 297-298.
  13. Mª Carmen MUNARRIZ. "Estudio etnográfico de Orbaiceta (Navarra)" in Contribución al Atlas Etnográfico de Vasconia. Investigaciones en Alava y Navarra. San Sebastián, 1990, p. 618.