Cambios

sin resumen de edición
Los nacientes núcleos urbanos agrupaban a una significativa parte de la población vasca, habiendo diversificado su campo profesional hacia actividades de carácter artesanal y mercantil. Si bien en las villas, numerosas casas disponían de un pequeño huerto en el que obtenían productos para su autoabastecimiento<ref>ARIZAGA, Beatriz. «La vida cotidiana en el País Vasco en la Baja Edad Media» in ''Tokiko historiaz-Estudios de historia local''. Bilbao, 1987, pp. 110-112.</ref> en un intento de perpetuar, siquiera de forma subsidiaria, la posibilidad de la producción directa de bienes de consumo alimentario que permitieran un autoconsumo suficiente.
[[File:1.1 Los modos de vida tradicionales en Vasconia (J.Caro Baroja. Vasconiana 1957).jpg|center|600px|Los modos de vida tradicionales en Vasconia (J.Caro Baroja. Vasconiana, 1957). Fuente: Caro Baroja, Julio. <em>''Vasconiana</em>''. Madrid, Ediciones Minotauro, 1957.]]
La base de la alimentación medieval documentada en Gipuzkoa se nutre del cereal, obteniéndose distintos tipos de pan tales como el de mijo, el blanco de trigo candeal, el cocho y la galleta o pan de los marineros. Una vez molido el grano en los molinos propiedad de los haundikis, los notables, y más tarde en los construidos por la comunidad aldeana, se cocía en hornos que podían ser también comunales, procurándose pan para la semana. La escasez de trigo obligaba a que en la composición se introdujeran harinas de mijo y centeno.
127 728
ediciones