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Inventario y exposicion del arreo

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En Baraibar (Larraun-N) el arreo se hacía de ocho en ocho: ocho sábanas, ocho fundas para colchillas, ocho camisas de hombre y otras ocho de mujer, ocho lienzos (el octavo, la mortaja). También se incluía un lienzo que se ponía en el pecho de la persona cuando se traía la comunión a casa<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid, 1935, p. 271.</ref>.
 
 
 
 
 
 
 
Como se ha visto por las descripciones anteriores en la mayoría de las poblaciones encuestadas la persona encargada de mostrar el arreo era una mujer, pero también se ha constatado algún caso en que quien se ocupaba de tal rito era un hombre.
En Berastegi (G) a los postres una persona ("el animador") iba enumerando los regalos y lo hacía intentando que sus frases rimasen y resultasen graciosas. Por ejemplo: ''Arbidek eman dik duro, nekez baiño seguro ''(Arbide ha dado un duro, le cuesta pero da seguro), ''Joxepantonik bi mandire, penakin baiña or dire ''(Joxepantoni ha dado dos sábanas, apenada pero ahí están). El inventario resultaba por lo tanto, jocoso y estimulante.
En Ursuaran (G) el arreo se mostraba el día del casamiento. El padre de la esposa solía decir: "''"Izara bat, izara bi..., alkondara bat, alkondara bi..." ''" (Una sábana, dos sábanas..., una camisa, dos camisas...). Y después de mostrar todas las cosas decía: "''"cure Gure mixeria auxe da" ''" (Esta es nuestra miseria). El padre del marido le respondía: "Ez ''Ez dago gauza gutxirik. Guk bera nai genoon, gauza-bila a gara etorri" ''" (No hay poca cosa. Nosotros queríamos a ella, no hemos venido en busca de cosas) <supref>46 Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid, 1935, p. 271.</supref>.
En Iholdi (BN) era el carpintero el encargado de enseñar la cámara nupcial y el arreo a los invitados cuando llegaban con los regalos el día anterior al de la boda.
En cuanto a la presentación de la cámara nupcial, en Barkoxe (Z) cuando la novia entraba en la casa, la madre del novio la acompañaba al aposento y allí tomaban caldo y  47 bebían algo de vino<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo I. Madrid, 1935, p. 276.</ref>.
En Liginaga (Z) al llegar la novia a la casa del novio, la madre de éste la tomaba del brazo y la conducía a la cámara nupcial. Allí tomaban caldo los recién casados juntamente con la madre del novio. A partir de entonces esta última sería la suegra, ''amagiarrabesa '' (y ''si resultaba mala recibiría el apelativo de ''susker berdia, '', sabandija verde) <supref>48 José Miguel de BARANDIARAN. “Materiales para un estudio del pueblo vasco: En Liginaga (Laguinge)” in ''Ikuska''. Nº 10-13 (1948) p. 83.</sup><subref>. </sub>
En Donoztiri (BN) al entrar en casa los recién casados se les mostraba el dormitorio que habrían de ocupar<ref>José Miguel de BARANDIARAN. “Rasgos de la vida popular de Dohozti” in OO.CC. Tomo V. Bilbao, 1974, p. 59.</ref>. En Nabarniz (B) se solía enseñar al cónyuge adventicio la cámara nupcial, ''zelakoa dan eta zelan dauen kuartua ikusten zan''. Si la adventicia era la muchacha, su madre visitaba la casa del futuro esposo con anterioridad a la boda, ''neskian ama juaten zan ezkondu orduko'', puesto que era impensable que la novia lo hiciera antes de casarse.
# Ibidem.
# Ibidem, p. 271.
# Ibidem.
# Ibidem, p. 276.
# BARANDIARAN, "Materiales para un estudio del pueblo vasco: En Liginaga (Laguinge) ", cit., p. 83.
En Donoztiri (BN) al entrar en casa los recién casados se les mostraba el dormitorio que habrían de ocupar<sup>49 </sup>. En Nabarniz (B) se solía enseñar al cónyuge adventicio la cámara nupcial, ''zelakoa dan eta zelan dauen kuartua ikusten zan. ''Si la adventicia era la muchacha,
su madre visitaba la casa del futuro esposo con anterioridad a la boda, ''neskian ama juaten zan ezkondu orduko, ''puesto que era impensable que
la novia lo hiciera antes de casarse.
La costumbre de mostrar el arreo de forma ritualizada quedó reducida con el paso del tiempo a enseñar el ajuar y la habitación del nuevo matrimonio sin ningún tipo de ceremonia. Las personas encargadas de ello solían ser la propia novia, su madre y en ocasiones alguna vecina y las interesadas las amigas de la novia o en su caso las invitadas. Se les mostraba con anterioridad a la boda o el mismo día de la ceremonia.
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