VII. JUEGOS DE SALTO

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Los juegos en los que el acto de saltar constituye parte esencial se dividen en dos grandes grupos. El primero lo forman aquéllos en los que uno o varios participantes se agachan adoptando una postura que generalmente se llama de burro y los demás saltan encima o pasan sobre ellos. Se trata de juegos organizados principalmente por niños y suelen ser muy sencillos en cuanto a sus normas. Se requiere una cierta habilidad y bastante fuerza para desarrollarlos.

El segundo grupo lo integran juegos en los que se salta sobre una cuerda. Son más propios de niñas y se practican generalmente en grupo y a veces individualmente. En las últimas décadas se ha introducido una variante que se tratará al final, en la que se ha modificado tanto la forma de saltar como el elemento empleado para el juego ya que se ha sustituido la cuerda por una goma elástica. Estas actividades requieren una gran habilidad por parte de las participantes.

Al final trataremos un conjunto de juegos muy uniformes en cuanto a su ejecución en los que si bien el salto es importante, no constituye la característica definitoria de los mismos. Se desarrollan sobre figuras trazadas en el suelo, divididas en recuadros, y para su ejecución se necesita una piedra o similar de dimensiones apropiadas. Consisten en saltar a la pata coja de cuadro en cuadro siguiendo una pauta y sin cometer errores.

Los juegos de salto no presentan una estacionalidad marcada si bien se desarrollan preferiblemente con buen tiempo.

JUEGOS DE SALTO AL BURRO

Con la expresión «saltar al burro» se designa una actividad lúdica consistente en que un niño pase por encima de otro que permanece inclinado y que por ello recibe la denominación de burro. Lo normal es que el brinco se dé con las piernas separadas y apoyando las manos en la espalda del agachado.

Esta es la forma más sencilla de jugar; sin embargo, se puede complicar de muy diversas maneras. En ocasiones sumando dificultades al modo de lanzarse, por ejemplo adquiriendo distintas posturas, o saltando a partir de una raya cuya separación con el burro aumenta progresivamente. También recitando estrofas o cantándolas, a veces sin más y en otros casos representando lo que la letra preceptúa.

Este modo de desarrollar el juego no suele requerir más que un participante agachado a diferencia de otros como el chorro-morro en que intervienen varios burros encadenados. Tal distinción, un tanto arbitraria si se tiene en cuenta que se conocen formas intermedias, nos sirve para clasificar estos juegos.



JUEGOS DE SALTO A LA CUERDA. SOKA-SALTOKA

Los juegos de saltar a la cuerda consisten básicamente en brincar dentro del elipsoide determinado por una cuerda a la que se hace girar. Los cabos de la cuerda pueden ser sujetados por la misma niña que salta o por otras dos participantes ajenas a la que brinca. En el primer caso el juego es individual mientras que en el segundo exige la colaboración de al menos tres niñas. A menudo muchas más.

Al contrario de lo que ocurre con los juegos de salto al burro, éstos son casi exclusivamente femeninos. En barriadas pequeñas, al igual que ocurre con otras diversiones, participan indistintamente niños de ambos sexos.

Los nombres más comunes que recibe este juego son «A la cuerda», «A la soga», «A la comba» y «A la corde». En euskera recibe los nombres de «Karneka» (Bermeo-B), «Kordetan» (Izpura-Ip), «Saltasoka» (Beasain-G), «Soka-salto» (Garagarza-Arrasate, Elgoibar y Zerain-G), «Soka-dantza» (Gorozika-B), «Soketan» (Zeanuri-B), «Sopletan» (Goizueta-N) y «Jauzteka» (Uharte-Hiri-Ip).

Se juega habitualmente en la calle, aunque como no requiere mucho espacio se puede practicar a cubierto los días de lluvia. En la actualidad sigue vigente y se halla ampliamente difundido.

Para ejecutarlo sólo se precisa una cuerda o soga. Sin embargo, antaño esta fibra no era tan frecuente y tampoco resultaba fácil su obtención. Cuando no se disponía de ella se recurría a especies vegetales con forma de liana que la sustituyesen. En Carranza (B), por ejemplo, empleaban lo que allí llaman birigañas, que son unas plantas de la especie Clematis vitalba poseedoras de un tallo muy largo y flexible. Las niñas las recogían entre los bardales o matorrales y cuando resultaban cortas empalmaban dos o más, si bien esto no solía ser necesario ya que normalmente su largura era suficiente como para poder jugar con comodidad. La disponibilidad de cuerdas, como es obvio, siempre ha sido mayor en las localidades costeras.



JUEGOS DE SALTO A LA GOMA

El «Saltar a la goma» es quizás el juego más reciente de los clasificados como de salto; a pesar de ello ha alcanzado popularidad en poco tiempo. En Murchante y Garde (N) recuerdan que comenzó a jugarse por los años sesenta; en Lezaun (N) hacia los cincuenta; en Aramaio (A) dicen que hace unas dos décadas y en Allo (N) y en Portugalete (B) las mujeres que hoy son mayores de treinta años no lo conocieron en su infancia. Las niñas de Beasain (G) han sustituido en la última década el salto «A la cuerda» por éste de «A las gomas». En unas localidades participan preferentemente chicas y en otras exclusivamente.

Para practicarlo tan sólo se requiere una goma de varios metros de largo, de una cierta anchura, muy elástica, que las niñas adquieren en los comercios a tanto el metro y que después unen por sus extremos con un nudo. Es la misma que se emplea para colocar en la cintura de los bombachos, pantalones, faldas, etc. Precisamente en Monreal (N) comentan que suele proceder de los costureros de las madres y abuelas.

Hace falta un mínimo de tres jugadoras, dos para sujetar la goma y otra que es la que salta. Ese número es considerado precisamente el más adecuado; sin embargo no siempre es así: en Bilbao (B) dos sujetan la goma y otras dos saltan; en Murchante (N) también se juega en grupos reducidos; en Monreal (N) toman parte cuatro o cinco y en Zamudio (B) estiman que el número de participantes debe ser superior a dos pero no mayor de ocho.

Cuando sólo hay dos chiquillas, se ven obligadas a sujetar un lado de la goma a un poste, silla, pomo u objeto similar a fin de sustituir a la que falta. También se puede llegar a jugar en solitario, disponiendo la goma alrededor de dos sillas. Si se da la situación opuesta, es decir, si hay más de tres niñas, se pueden colocar éstas formando un triángulo e incluso un cuadrado.

Las dos que sujetan se disponen una frente a la otra, a una distancia de unos dos metros o a la que permita la elasticidad de la goma. Se introducen dentro de la misma, de modo que les quede rodeando las piernas, determinando así dos líneas paralelas. En Portugalete (B) a veces la colocan cruzada, formando dos triángulos isósceles alargados.

A la goma. Apodaka (A). Fuente: Isidro Sáenz de Urturi, Grupos Etniker Euskalerria.

La que salta comienza a jugar efectuando una serie de pasos al ritmo de una canción. Una vez ha completado el ejercicio sin haber cometido ningún fallo, lo repite nuevamente, pero esta vez con la goma a mayor altura. Y es que el juego se compone de varias fases denominadas «primeras» o «a primeras», «segundas» o «a segundas», etc., en que las niñas que sujetan la goma la elevan escalonadamente, por lo que cada vez es mayor la dificultad para realizarlo correctamente.

Los movimientos de la que salta suelen consistir en introducir y sacar repetidamente uno o los dos pies dentro del espacio delimitado por la goma, otras veces en liar ésta a un tobillo para a continuación volverla a desliar, en ocasiones hacer lo mismo con las dos bandas de la goma, etc., todo ello con extraordinaria habilidad y evitando trabarse. Si falla, pierde la vez y pasa a ocupar uno de los puestos de las que sostienen.

En Hondarribia (G) son dos las niñas que se colocan a ambos lados de la goma y saltando hacia su interior, hacen figuras con el empeine cruzándola y soltándola al ritmo de la canción.

Las niñas que la sujetan van apoyándola escalonadamente en distintas partes del cuerpo: los tobillos, las pantorrillas, las rodillas, bajo las nalgas, en mitad de éstas, en la cintura, bajo las axilas y en los hombros o cuello. Pero no en todas las localidades se sigue rigurosamente este orden, lo habitual es que se salten algunas de las posiciones. Así se observa en el siguiente cuadro obtenido a partir de los datos recogidos en algunos de los puntos encuestados.

Moreda(A) Artziniega(A) Aramaio(A) Elgoibar(G)
En los tobillos Primeras Primeras Primeras A primeras
En las pantorrillas Segundas Segundas A segundas
En las rodillas Segundas Terceras Terceras A terceras
Bajo las nalgas Terceras Cuartas
En medio de las nalgas Cuartas Cuartas A cuartas
En la cintura Quintas Quintas Quintas A quintas
Bajo las axilas Sextas Sextas Sextas A sextas
En los hombros o cuello Séptimas Séptimas Cuello


En algunas poblaciones continúan jugando en posiciones más altas. En Artziniega (A) hacen «a octavas» elevando los brazos y colocando la goma en las muñecas; también en Moreda (A) hay «octavas», al igual que en el caso anterior con los brazos estirados hacia arriba. En Elgoibar (G) tras la posición llamada «cuello» siguen: «cabeza», apoyando la goma en torno a la cabeza; «a una arra», es decir, a un palmo sobre la misma; «a dos arras» o dos palmos y «nubecitas», alzando ambos brazos.

Saltando a la goma. Hondarribia (G), 1989. Fuente: Antxon Aguirre, Grupos Etniker Euskalerria.

En Eugi (N), el orden era «a primeras» en los tobillos, «a segundas» en las rodillas, «a terceras» en las caderas, «en la cintura», «en las axilas», «en el cuello», «a manitas bajas» sujetando la goma a la altura de la cabeza, y «a manitas altas» haciéndolo con los brazos estirados.

Además de la forma descrita, a la goma se puede saltar de otras maneras.

En Monreal (N) juegan «A las alturitas»: Dos niñas sujetan la banda elástica y las restantes intentan pasar por encima como si participasen en una competición de salto de altura. Progresivamente, la van elevando del mismo modo al descrito antes: «al pie, a la rodilla, a la cadera, a la cintura, a la axila, al hombro o al cuello y a la cabeza». La que no consigue superar la prueba pasa a sujetar la goma. En esta localidad, a la forma de jugar que se ha explicado anteriormente, es decir, con la cinta atada por los cabos, le llaman «A la goma doble».

En Garde (N) las distintas fases de este juego de las «alturitas» son: «primeras» en el tobillo, «terceras» en las rodillas, «cuartas» en las caderas, «quintas» en la cintura, «sextas» en las axilas; y luego: «cuello, orejas, cabeza y alturitas» que es con los brazos en alto.

En Artziniega (A) conocían este entretenimiento y le designaban de idéntico modo: «A las alturitas». La que saltaba elevaba un pie hasta la altura de la banda para bajarla. A veces se veía obligada a «hacer el pino» para lograr su objetivo. También en Lezaun (N) se llama «A alturitas».

Otra forma de jugar es «Al triángulo». Tres niñas se sitúan dentro de la goma de tal modo que su perímetro describa un triángulo, colocándose ellas en los vértices. Como en todas las variantes descritas hasta aquí, su altura se va elevando escalonadamente. Al principio la sujetan con los tobillos; en la segunda ronda la suben a las rodillas; para la tercera a los muslos o la cadera; después la ponen debajo de los brazos y finalmente en el cuello. Las compañeras deben saltar sin fallar, so pena de que intercambien los papeles. Los ejercicios se acompañan con cancioncillas (Artajona-N).

En Monreal (N) y en Elgoibar (G) también juegan «Al triángulo». En la primera localidad intervienen tres niñas sujetando la goma mientras otras tres saltan. En Elgoibar practican además una versión conocida como «Al cuadrado» en la que son necesarias cuatro chiquillas. Otra variante de esta última población se llama «A pies quietos» y consiste en que la niña participante debe mantener quieta en cada salto una de las piernas. Cuando se juega a esta modalidad sólo se llega hasta la altura del «cuello». La versión contraria es «A moviditas», en esta ocasión la saltadora tiene que estar brincando continuamente. La altura máxima que se alcanza es también el «cuello».

En Garde (N) jugaban «Al triángulo» o «Al cuadrado» dependiendo del número de participantes. Además ejercitaban varias modalidades: «tijeretas», «moviditas», «pies juntos», etc. Actualmente prefieren las versiones acompañadas de canciones en las que sujetan la goma sólo dos niñas.

Las letras que se cantan en este juego suelen ser estribillos pegadizos procedentes, a menudo, de anuncios publicitarios de la televisión o canciones compuestas por las propias niñas en las que se hace referencia a personajes públicos del momento.

La que aparece mas repetida en las poblaciones encuestadas es también utilizada en el salto a la cuerda:

Patiná, patinó
patinaba una niña en París.
Tropezó, resbaló
y a la orilla del río cayó.
Como pre como pre,
como premio le vamos a dar
un vestí, un vestí,
un vestido para patinar.

Esta versión corresponde a Eugi (N). Con pequeñas variantes se canta en Aramaio, Moreda (A), Abadiano, Bilbao (B), Hondarribia (G), Garde y Monreal (N).

En euskera se ha recogido la siguiente versión en Elgoibar (G):

Jendea ikusten hondartzan
neska mutilak eguzki hartzen
pozik ibiltzen dira
ur bitartean bakarrik.

Con ligeras variaciones esta canción se utiliza en Aramaio (A), Abadiano (B) y Zerain (G).

En Portugalete (B) utilizan la versión castellana de la misma:

Veo gente a mi alrededor,
chicos y chicas tomando el sol,
son felices, mientras que yo
vivo sola y sin amor.

Las siguientes canciones son adaptaciones de anuncios publicitarios:

Ahí viene negro-negrito
de frigo-dedo negrito
es de chocolate
rebanada para ti
este verano negrito.   (Aramaio-A)
Trina, trina, trinaranjus
sin bur, sin bur, sin burbujas
refres, refres, refrescantes.  (Moreda-A, Abadiano, Bilbao-B, Elgoibar-G)
TRINARANJUS (Moreda-A)

Las próximas tres canciones corresponden a una misma marca comercial:

Apis, apis
bocata de apis
qué bueno está
ñam, ñam, ñam, ñam
¡oh pero qué bueno está!  (Zerain-G)
Apis, apis
foie-gras
bocata de apis
miau, miau, miau
¡oh pero qué bueno que está!  (Aramaio-A)

En Portugalete y Zamudio (B):

Latas (psss)
qué buenas que son,
latas (psss)
qué buenas que están,
la lata de cocacola,
de fanta naranja
y de fanta limón (psss).

Cada vez que se dice «latas» se interrumpe la canción y se da una palmada (Zamudio).

En Zamudio:

Siempre hay un motivo
para usar nivea,
que no te falte nivea,
que no te falte,
que no te falte.

En Narvaja (A):

Fritos, fritos, fritos,
fritos de maíz,
el sabor auténtico
de puro maíz. (bis)

En Elgoibar (G):

Yop, yop, yop,
yo , yo , yogur ,
un yogur para beber
correr, saltar,
agacharse, levantarse y respirar.
YOP, YOP (Elgoibar-G)

En Abadiano (B):

Pinta tus uñas
decolora tu sonrisa
con el agua de colonia
que pinta tus mejillas
con la línea juvenil
de la señorita Pepis
con la línea juvenil
de la señorita Pepis.

En Narvaja (A):

Muñequita linda, divertida y cariñosa,
tiene tres colores, tres sabores diferentes,
lleva cocacola con limón, fresa y naranja,
muñequita linda, divertida y cariñosa.

También de Narvaja:

Juana pepsicola, cola cao, cola cao,
ya no va a la escuela, cola cao, cola cao,
porque su maestra, cola cao, cola cao,
le saca al encerado, cola cao, cola cao.

En Zamudio (B):

Uno, dos, tres,
cuatro, cinco, seis,
siete, ocho, nueve,
diez, once,
es la ilusión de todos los días
meter un gol en la portería
y poder ganar un millón de pesetas
si la Bombi te espera en la puerta.

Relacionadas con personajes famosos de series de televisión o de comics:

En Eugi (N):

Doctor Canon cirujano
hoy tendrás que operar
en la sala veinticuatro
a una chica de tu edad
porque eres guapo doctor.

En Hondarribia (G):

Veo a Starsky, veo a Hutch,
son los detectives de la gran ciudad,
uno es guapo, el otro más,
¡vamos a la playa con Starsky y Hutch!

En Aramaio (A):

Si te quieres divertir
cómprate un monopatín
ya verás qué divertido
tíralo al balcón
chuta, remata y gol (ter)
¡no quiero!
«Arkonada» en bañador.

En el último verso dicen el nombre de su jugador de fútbol preferido.

En Narvaja (A) y Abadiano (B):

Cleo
Teté
Maripí
Pelusín
Coletitas
y Cuquín
la familia Telerín.

En Elgoibar (G):

Zipi-pi, Zape-pe,
zapatero remendón,
Zipi- ii, Zape-pe,
el trabajo es lo mejor,
sí señor, te lo digo yo.

En Zamudio (B) mientras ejecutan el siguiente juego la goma permanece cruzada:

Vengan amigos a bailar
ese baile colosal
que lo baila todo el mundo.
Este es el baile universal
que lo baila Supermán
cuando vuela por el mundo.
Este es el continental
vueltas y vueltas darás
y con los brazos y pies
el molinillo has de hacer.

Al finalizar cada uno de los cuatro últimos versos se dan palmas.

En Portugalete (B):

Fue campeona
en subir escaleras,
en cruzar las escaleras, sí, sí,
pero ahora ya es vieja,
ya no tiene paciencia,
pero tiene corazón-zón.
Eres tú mi Blancanieves,
eres tú mi preferida,
eres tú la bota de mis sueños.

En Aramaio, Narvaja (A) y Abadiano (B):

Fortunato, Fortunato
no es un perro ni es un gato
es un lobo muy sensato
nuestro amigo Fortunato.

La anterior versión era cantada por el actor y cómico de televisión Torrebruno en un programa infantil.

Las siguientes proceden de canciones de música pop:

En Aramaio (A) y Bilbao (B):

Mi dinosaurio quiere bailar
pero no sabe cómo empezar,
es un tontorrón
pero tiene buen corazón.

En Elgoibar (G):

Arena blanca, mar azul,
el día en que te conocí,
estabas dentro de un baúl
y alguien me dijo así:
¿ Quién es él?
¿Qué hace aquí?
¡ Qué manera de mirarte a ti!

Al finalizar cada uno de los cuatro primeros versos se dan dos palmadas.

ARENA BLANCA (Elgoibar-G)

En Abadiano (B) concluyen de este modo:

Arena blanca, mar azul
el día que te conocí
llevabas un vestido azul
arena blanca, mar azul.
Tan tan nor da?
Udaberria heldu da.
Tan tan nor da?
Udaberria heldu da.

Más canciones, éstas para variar, de vampiros:

Vampiro soy,
medio loco estoy,
ensalada con tomate,
y un poquito de limón.
La gente que va
mordisco que le da,
se convierte en un ser
superanormal.    ( Garde, Monreal, Obanos-N)
Vampiro soy,
medio loco estoy,
por la mañana estudiando estoy
y por la noche en radio nacional
yo me convierto
en un ser anormal.
La sangre coagulada
es mi mayor ilusión,
me voy al cementerio
para hacer la digestión.
Tengo por cama
un gran ataúd
y dejo a la gente sin luz.  (Eugi-N)
Vampiro soy, medio loco estoy
por las mañanas suspirando estoy
y por las noches bailo el chachachá,
me convierto en un ser super anormal.
¡Aj! la sangre es mi mejor alimento
y voy al cementerio para hacer la digestión.
En casa tengo un gran ataúd
que deja a las personas sin luz.
¡Aj! me saco los ojos con un tenedor
y me lo como con mucho pimentón.
Así se acaba la historia de un vampiro. ¡Aj!  (Moreda-A)
VAMPIRO SOY (Moreda-A)
En un cementerio
de reputación
mi madre vampiresa
y mi padre vampirón
mi hermano está loco
ya no sabe lo que hacer
hala chup chup
escubi-dubi-du.   (Portugalete -B)
Soy draculín super draculín,
meto mis colmillos en un calabacín,
pero una noche de mucho terror,
litros de sangre me devoro yo.  (Zamudio-B)

Ahora una de Zamudio, relativa a la muerte:

Estaba la muerte un día, daba, da,
sentado en su taburete, daba, da,
cogiendo papel y pluma daba, da,
para escribir el daba, daba, da.
El lobo dijo que sí, que sí, que sí,
la loba dijo que no, que no, que no,
para no discutir cantan esta canción:
Un chinito fue a la China,
de la China fue al Japón,
del Japón fue a la guerra,
y de la guerra no volvió.

El último verso de la canción puede alterarse a gusto de los participantes. Hay quien dice «y en la guerra se murió» o también quien remata la estrofa con «porque se murió». En Abadiano (B) se ha empleado una versión similar.

Otra de Narvaja (A) con tintes xenófobos:

Alfa, cucurucho
que no quiero extranjeros en mi casa
porque suben,
porque bajan,
porque ensucian la escalera de mi casa.
Una, dos y tres.

Una de partos, recogida en Abadiano y Portugalete (B):

Estaba una cerdita a punto de parir, doctores y doctoras con un (el) bisturí, pero un doctor se equivocó y salieron los cerditos a bailar el rock and roll.

En Garde (N) cantan la misma versión referida a una perrita.

Y por último una más de Abadiano relacionada con gustos gastronómicos peculiares:

Un campesino me lo contó
que el otro día una chica vio
que se comía, que se comía
una rata blanca y otra marrón.
Meto piso meto piso
una y dos una y dos.
Que se comía, que se comía
una rata blanca y otra marrón.

Más canciones de saltar a la goma:

Anclas, cías, cías,
palanclas, cías,
azules, les,
y blancas, cías
¡anclas, palanclas,
azules y blancas!  (Portugalete -B, Hondarribia-G)
Ballena,
que estás muy llena,
que un día vas a explotar
si sigues comiendo tanto
y un día reventarás.
Ballena-na-na
rellena-na-na.   (Portugalete-B)
Don Melitón tenía tres gatos
que los hacía bailar en un plato
y por las noches les daba turrón
que viva los gatos de don Melitón.
Don Melitón como era tan chato
le llamaban narices de gato
y por las noches les daba turrón
que vivan los gatos de don Melitón. (Aramaio-A; Beasain-G, la 1.ª estrofa)
Escribe a máquina
con más color
y verás la cara
que te pone el profesor,
con todos los colores
para corregir
rojo, verde, blanco,
amarillo y azul.   (Garde, Obanos-N)
Mami te traigo flores,
flores de las mejores,
mami de mis amores,
quiero que en este día
seas la más querida,
mami de mis amores. (Zamudio-B)

Al decir «mami» en el tercer y sexto versos, dan palmas.

En tu copa y en la mar
vamos todos a bailar
marabarismos en tu copa
el sabor que a ti te va.
En tu copa y en la mar
vamos todos a brindar
marabarismos en tu copa
el sabor que a ti te va.  (Abadiano-B)



TRUQUEMÉ. TXINTXIRRIKA

El truquemé, más conocido fuera de nuestra área de estudio por los nombres de rayuela o infernáculo, es un entretenimiento muy común y que muestra una amplia distribución geográfica. A grandes rasgos consiste en jugar con una pequeña piedra plana o trozo de teja sobre un conjunto de recuadros trazados en el suelo mientras se salta a la pata coja.

El fundamento de este juego así como el esquema que se dibuja en el suelo para su ejecución son relativamente sencillos. No obstante, en sus manifestaciones concretas ofrece gran variedad y diversidad[1].

Normalmente posee un nombre genérico que aglutina a todas las versiones que se practican en una misma localidad y que es distinto de los que sirven para designar a éstas, aunque en ocasiones el primero coincide con el de una variante en particular si es la única que se juega en esa población.

Resulta difícil determinar, en este último caso, si esa es la única versión practicada, infiriéndose por ello lógica la coincidencia de designaciones; o es que el juego ha experimentado una regresión local habiendo perdido su nombre genérico y algunas variantes. Esto complica la recopilación de los diversos nombres locales con los que se conoce la rayuela.

Se denomina «A piedritas» (Amézaga de Zuya, Laguardia-A), «A la piedra» o «A la piedrita» (Mendiola-A), «A la piedrilla» (Gamboa, Izarra, Pipaón-A), «Al truquemé» (Vitoria-A, Durango, Lezama-B); «Trucumé» (Izarra-A), «Al calderón» (Bernedo-A), «Al cas» (Amézaga de Zuya, Izarra, Ribera Alta-A), «A la pita» (Artziniega, Moreda-A, Carranza, Muskiz-B) y «A los chinos» (San Román de San Millán-A). En Garde (N) se conoce como «A la china» y antes se le llamó «Al chimbo». En Roncal (N) «A los cuadros» y en Aoiz (N) «Al toco». En Galdames (G) los niños actuales le denominan «Pita» y las personas de mediana edad y mayores, «Tángala». En Salcedo (A) hoy se llama «La rayuela» y antes se le conocía por «La pita». Alfonso Reta Janariz cita para la zona de Eslava (N) la denominación de «El piso». Rosa Hierro comenta de este juego, al que denomina «Truquemé», que antes se llamaba «Juego de la marica» porque en vez de una piedra se empleaba una pezuña quemada de cerdo, conocida como marica[2].

A la pita. Muskiz (B), 1987. Fuente: Archivo particular A. Villaverde.

En euskera se han constatado las siguientes designaciones: «Anka-koskos» en Garagarza-Arrasate (G), «Txingo-txingo» en Hondarribia (G), «Txintxirriska» en Elgoibar (G) y «Koixo-pla» en Bermeo y Busturia (B). En Aramaio (A), «Marikitaka», «Lokarrike» o «Tokarrike»; en Elosua (G), «Txindorrika», si bien le llaman además «Txintxurriska; en Zerain (G) «Txingoka» o « Txuntxuka»; en Berastegi (G) y Goizueta (N) también «Txingoka»; en Abadiano (B) «Primera segundaka» y «Txintxu»; en Durango (B) también « Txintxu» y en Zeanuri (B) «Arribanakoka». En Altzai (Ip) se le designa como «Karratü joküm» y en Oragarre (Ip) «Artzai joko»[3]. En Ahatsa (Ip) se ha recogido la denominación francesa de «A la marelle».

El objeto empleado para jugar es normalmente una piedra plana de dimensiones reducidas o un pedazo de teja pulido, además de trozos de azulejos, baldosas o mármol. También se aprovechaban con esta finalidad las piedras pulidas del lecho del río.

Este elemento recibe en algunas localidades nombre propio: por ejemplo, en Carranza, Galdames y Muskiz (B) se denomina pita, en San Román de San Millán (A) maratilla, en Salvatierra (A) mariquita, en Sangüesa (N) tejo, en Bermeo (B) arrijjé y en Durango (B) txintxu.

Se juega sobre una figura dividida en cuadros, trazada en el suelo. Casi siempre se prefiere para su ejecución un suelo duro. Si se juega sobre losas de piedra no es necesario trazar el campo ya que lo delimitan los bordes de las mismas. Cuando resulta imprescindible dibujarlo se utiliza para ello un trozo de teja o ladrillo, un pedazo de caliza o una tiza. Si se juega sobre tierra, se marca con la ayuda de un palo.

Las diferentes formas que adopta el dibujo sobre el que se juega se representan más adelante, acompañando la descripción de cada variante local.

Txuntxuka. Zerain (G), 1989. Fuente: Karmele Goñi, Grupos Etniker Euskalerria.

El juego de la rayuela puede ser considerado como propio de niñas. Esto no excluye que ocasionalmente hayan tomado parte en él chiquillos, como ha podido ocurrir en barriadas pequeñas en las que el número total de críos era reducido o simplemente porque les gustaba.

En algunas localidades ha sido juego mixto: así ocurría en Elosua (G) donde lo practicaban durante el periodo escolar chicos y chicas sobre las losas del pórtico de la Iglesia; también en Artajona y Lezaun (N) tomaban parte indistintamente niños y niñas en la variante conocida como «A la semana».

En San Martín de Unx (N) la presencia de varias losas de piedra junto a la Basílica del Pópulo favoreció la práctica de un par de juegos denominados «La piedrilla» y «Plin-plan» o «Semana». Entre los hoy mayores de setenta años, el juego de la piedrilla era mixto, pero practicado mayoritariamente por niños de cinco a once años aproximadamente. A las niñas que lo jugaban se les llamaba marimuetes, marimachos. El de «Al plin-plan» o «Semana» era tanto de chicos como de chicas.

Las distintas modalidades que componen este juego se pueden reunir en dos grandes grupos ya que son básicamente dos las formas de ejecutarlo. Ambas se inician lanzando la piedra con la mano a la primera casilla. A partir de aquí se juega de dos formas distintas. Una consiste en recorrer en orden todos los cuadros que componen el dibujo saltando a la pata coja y descansando en las casillas destinadas a tal fin. Durante el recorrido de vuelta se recoge la piedra con la mano y se sale. Después se vuelve a jugar lanzándola esta vez al segundo recuadro, cuando se termina se prueba suerte con el tercero y así sucesivamente. Suele ser habitual que no se pueda pisar la casilla donde se halla depositada la piedra, siendo necesario saltar sobre ella.

La otra forma de jugar consiste en desplazar la piedra con el pie tras ser lanzada al primer recuadro, saltando también a la pata coja, llevándola de casilla en casilla y descansando sólo donde esté permitido. Una vez completado el recorrido se continúa con los demás recuadros, tal como se ha descrito antes, pero siempre moviendo la piedra.

Durante la ejecución del juego se debe evitar la comisión de ciertos errores que parecen ser comunes a la mayoría de las modalidades y poblaciones donde se practica. No se puede pisar ninguna raya del esquema mientras se salta y tampoco apoyar ambos pies en los recuadros destinados a permanecer a la pata coja. Cuando se arroja la piedra con la mano a una casilla no debe caer fuera de ella, bien en el exterior del esquema o en otro cuadro, o quedar sobre las líneas que la delimitan. Mientras se desplaza la piedra con el pie, en las modalidades en que se juega así, no se deben cometer tampoco los anteriores fallos señalados para cuando se realiza el lanzamiento al inicio de cada turno.

El jugador que comete cualquiera de estos errores pierde y debe dejar que prosigan participando los demás. Cuando han tomado parte todos y le vuelve a tocar el turno no tiene que empezar de nuevo sino que lo hace desde la posición en que erró.

En Hondarribia (G) mientras se ejecutaba el «Txingo-txingo» se debía repetir:

Arria pasakona
Arria pasakona
Arria pasakona
………….…….........
Arria pasakona
Kanpora!

Cuando en Carranza (B) jugaban «A la pita» y una de las participantes tardaba mucho en fallar, las demás le cantaban para que se pusiese nerviosa:

Debajo de una piedra
hay una culebra
que dice que dice
que «Luisita» pierda.

Coplillas similares se entonaban en algunas localidades con la misma intención mientras se saltaba a la cuerda.

Seguidamente se describen diferentes modalidades cuya práctica ha sido constatada durante la realización de la encuesta. Se encuentran ordenadas según el criterio establecido con antelación.



JUEGOS DE SALTO VARIOS

Dentro de los juegos de salto los hay que no corresponden a las modalidades anteriormente tratadas. Habida cuenta su gran diversidad que hace dificil su clasificación, se han agrupado en este apartado a modo de cajón de sastre y se describen seguidamente.


 
  1. Uno de los diagramas más antiguos que se conocen es el trazado en el suelo del foro de Roma. Durante la expansión del imperio romano las calzadas empedradas que sirvieron para enlazar los distintos enclaves europeos, constituyeron una superficie ideal para este juego, que los soldados enseñaron a los niños de una buena parte de Europa. Frederic V. GRUNFELD. Juegos de todo el mundo. Madrid, 1978, p. 165.
  2. Rosa HIERRO. “Del mundo infantil. Los juegos de los niños” in Euskalerriaren Alde, XIV (1924) p. 134.
  3. Con este nombre se conoce en otras localidades al juego de “Tres en raya”. Vide el capítulo Juegos diversos.