VII. JUVENTUD. GAZTAROA

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Cuando llegan a los dieciséis o diecisiete años, chicos y chicas pasan a engrosar el grupo de "los jóvenes". Permanecerán en esta categoría de edad hasta que cambien de estado. A este paso de edad llaman en Navarra "entrar a mozo", mutiletan sartu. El paso de niño a joven está marcado por determinados hechos que afectan al comportamiento; el más importante de ellos es el abandono de los juegos.

Hasta la mitad de la presente centuria esta transición comportaba cambios en la misma indumentaria. Era el momento en el que los chicos comenzaban a vestirse de pantalón largo. Actualmente este cambio de indumentaria es irrelevante ya que niños y niñas usan pantalón largo desde muy temprana edad. Antaño, llegadas a esta edad, las niñas dejaban de lado los calcetines y se ponían medias largas calzando zapatos de medio tacón. Dejaban así mismo de peinarse con coletas, trenzas y tirabuzones, con sus adornos de lazos, txoriak, y pasaban a lucir un tocado de melena o moño. Las muchachas a los dieciséis años poco más o menos se recogían el pelo y lo cubrían con un pañuelo para señalar que eran mayores (Abadiano-B).

En la sociedad tradicional los chicos ya mozos se incorporaban al mundo del trabajo como aprendices de un oficio o como criados; podían representar a su casa en las reuniones de vecinos y participar en el trabajo comunal, auzolana. En la iglesia dejaban los bancos infantiles y pasaban a ocupar un lugar más alejado del altar.

Desde mediados de siglo se ha prolongado de manera significativa el periodo de la vida dedicado a la instrucción por lo que los años que componen la edad juvenil vienen a coincidir, en la mayoría de los casos, con los dedicados al estudio de carreras y profesiones.

Por otra parte, si la sociedad infantil se caracteriza por la actividad lúdica, la sociedad juvenil va a estar marcada por la relación amorosa. Las rondas, las fiestas y el baile en sus múltiples modalidades serán lugares de encuentro entre los jóvenes de ambos sexos.

En la zona mediterránea de la Vasconia peninsular los jóvenes se han asociado tradicionalmente en mocerías locales que en cierta medida pautaban las actividades propias de esta edad. Este asociacionismo juvenil se manifiesta más claramente en el ámbito religioso; durante la primera mitad del siglo en las parroquias de Vasconia, tanto peninsular como continental, proliferaron congregaciones piadosas destinadas exclusivamente a jóvenes, tanto chicas como chicos.

En lo que atañe a los jóvenes varones, mediada la edad juvenil, se veían obligados comúnmente a cumplir el servicio militar ausentándose de un entorno natural durante un período largo de tiempo, lo que marcaba una etapa de su vida.