Juegos de cuerda individuales

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Cada niña tiene un trozo de soga de la medida conveniente para poder sujetarla por los lados. En Aoiz (N) este tipo de juego se conocía como «A la comba». En Viana (N) jugaban con cuerda generalmente de esparto, denominada liajo. Se cantan canciones que sirven para otras modalidades de juegos de salto pero la mayoría de las veces se salta sin cantar. El ejercicio se puede realizar permaneciendo en un punto fijo o al tiempo que se va andando.

También se puede jugar por parejas, en cuyo caso las niñas deben mostrar una gran coordinación ya que mientras una hace girar la cuerda, son las dos las que tienen que saltar simultáneamente.

La soga o cuerda corta era uno de los regalos más solicitados a los Reyes Magos en la década de los años cuarenta. De ordinario estas cuerdas eran de colores y tenían en los extremos agarraderos de madera y, en ocasiones, cascabeles y campanillas.

En Artziniega (A) se ha recogido una canción que sirve para acompañar este juego de comba en el que se salta a la pata coja:

Estoy coja de un pie, y no puedo caminar, no puedo, no puedo, no puedo caminar. Maldita sea la liebre que me hizo reventar, ah, ah, que me hizo reventar.

Otra canción que se utilizaba y que se transcribe en otro apartado de este mismo capítulo era «Andando por un caminito». También la cancioncilla «Tengo una muñeca vestida de azul» que se recoge en el capítulo de Juegos rítmicos, era empleada por las niñas de Durango, Getxo (B), Zerain (G) y Artajona (N) para este tipo de juego de cuerda individual.

En Zerain jugaban con la cuerda corta a «Txantxikutan». Comenzaba a saltar una niña, y al decir «Bat» entraba otra. Se iniciaba con esta canción:

Bat, bat, bi, eta tantxibiri bat, bi, iru, txantxibiri bat, bi, iru, lau, txantxibiri bat ......... bost, txantxibiri


bat ......... amar, txantxibiri.

Al cantar los números se saltaba lento, y al decir «txantxibiri», la cuerda daba dos vueltas rá- pidas. Si se confundía en el ritmo o se pisaba la cuerda se perdía y entraba otra.

En Durango (B) y Hondarribia (G) jugaban de forma similar a la descrita, entrando en la primera estrofa y saliendo en la segunda, según indica la canción:

Que entre, que entre la hija del Rey que salga, que salga la santa Isabel.