La caspa, errosena

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Denominaciones e identificación

Son numerosas las denominaciones euskéricas que recogió Azkue para la lesión cutánea llamada caspa: arrosiena / errosena / errosiena (Olaeta-A, Oñati-G y Bizkaia en general), arrosa / errosa (AN, G, B), sanarrosa / sanerrosena (B), errosa-sarna (Zeanuri-B), ezkoila (Salazar-N), kazalda (Garazi-BN), kozolda (Garazi-BN y Liginaga-Z), zaia, zalgia (B), zoia (G), zokolda (BN).

Según Barriola el concepto de arrosa, que es casi sinónimo de caspa o seborrea comprende diversas afecciones. Las enfermedades incluidas en esta denominación tienen el carácter común de la caída de pequeñas escamas “que quizá hayan hecho recordar el deshojarse de las rosas, de donde pudiera proceder el nombre”. Sea cual fuere el origen del nombre, es el caso que a rosas y rosales se recurre para su curación[1]. Para Erkoreka asimismo no está identificada la afección denominada arrosa; hay diversas interpretaciones sobre el reconocimiento de la enfermedad de que se trata: caspa, herpes, pelagra, erisipela[2].

Remedios

En Ormaiztegi (G) para curar la caspa, errosena, se hacía un gorro con hojas de vid que se colocaba en la cabeza del paciente y sobre él, un pañuelo. En Arrasate (G) se le ponía en la cabeza una corona de rosas, que luego se secaba en la chimenea. En Olaeta (A) para quitar la caspa, errosiena, se guardaban siete rosas de una rama, y cociéndolas sin jabón con trapos, leche y ceniza, se ponían en la cabeza[3].

Hojas de vid. Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker Euskalerria.

En Dima (B) los niños atacados de caspa, errosendunak, solían ser llevados la noche de San Juan a un rosal y allí daban tres vueltas con el niño en brazos alrededor del arbusto.

En Andoain (G), el paciente de herpes o arrosa debía dar una vuelta alrededor de un rosal, en nueve días consecutivos, diciendo al mismo tiempo la fórmula: “arrosa arrosakin” (arrosa con rosas). Con esto desaparecía el herpes.

En Goizueta (N) al filo del mediodía debían colocarse tres personas con el niño enfermo alrededor de un rosal y empezando con la primera campanada, mientras sonaban las doce, debían pasarse el niño por tres veces de uno a otro, mientras recitaban: “Arrosa arrosakin, arrosa arrosangana, Ama Santa Rosak eraman dezala beregana” (La rosa con las rosas, la rosa a las rosas, que la madre Santa Rosa la lleve consigo). Se terminaba rezando el credo[4]. En esta misma localidad navarra se recogió una fórmula similar a la anterior: “Arrosa arrosakin / Arrosa arrosangana / Ama Santa Rosak / Senda zala o Senda dezala aur ori.” (La rosa con la rosa / la rosa a las rosas / que la madre Santa Rosa / lo cure o cure a ese niño). Según este autor se trata quizá más que de la caspa de alteraciones cutáneas de los niños, probablemente de la pelagra.

En Betelu (N) para la enfermedad llamada arrosa se hacía que el paciente diese vueltas en torno a un rosal, al conjuro de “Arrosa Arrosa[5].


 
  1. Ignacio Mª BARRIOLA, La medicina popular en el País Vasco, San Sebastián: 1952, pp. 81-82.
  2. Antón ERKOREKA. Analisis de la medicina popular vasca. Bilbao: Instituto Labayru-Caja de Ahorros Vizcaina, 1985, pp. 213-216.
  3. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo IV. Madrid: 1947, pp. 236-237.
  4. Ignacio Mª BARRIOLA, La medicina popular en el País Vasco, San Sebastián: 1952, pp. 82-83.
  5. José Mª IRIBARREN. Batiburrillo navarro: anecdotario popular pintoresco. Pamplona: 1972, p. 243.