La trompa. Trompaka

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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El conocido juego de la trompa ha sido un pasatiempo tradicional en la forma de diversión de los niños de Vasconia durante muchas décadas del siglo XX y lo sigue siendo aún hoy día.

La herramienta de juego es la trompa, que es una pieza de madera torneada con un cuerpo abombado que va perdiendo sección a medida que llega al extremo donde irá ubicada la punta. La trompa se divide en tres partes que son: la coronilla o corona, que es una protuberancia que sale en la parte superior de la trompa; el cuerpo, que es el núcleo pesado; y la punta cuyo material es de hierro y se empotra en la madera. A esta punta de hierro en Murguía y Vitoria (A) se le llama rejón, en Mendiola (A) pico y en Zeanuri (B) untzia.

Las trompas solían ser de madera de haya, encina, acacia, fresno, roble y boj. Cada niño tenía la suya, bien por haberla recibido como regalo de Reyes o porque se la habían fabricado artesanalmente en casa. Así en Apodaca (A) el trompo se hacía en casa o con ayuda del carpintero y solía ser un premio que se daba al niño por Navidad. La abuela era quien solía regalar la cuerda. En Portugalete (B) las hacía un tornero que tenía su taller en el muelle viejo.

La trompa recibe distintas denominaciones según su tamaño o forma: fraile es el nombre que le dan en Galdames y Portugalete (B) a una que es alargada y estrecha, y con la punta más afilada; obispos llaman en Galdames a las más grandes de lo normal; la de mayor tamaño es conocida en Carranza (B) como trompo, recibiendo este mismo nombre también en Salvatierra (A); en Galdames (B) y Laguardia (A) se conoce como trompón; en Vitoria (A) se le llama chopera; yugo en Arraioz (N); toupie en Mendibe (Ip); las más pequeñas reciben el nombre de trompín en Laguardia (A) y pirulo o pirulico en Murchante (N).

En euskera: ziba en Aramaio (A), Beasain, Elosua, Zerain (G) y Lekunberri (N); txiba en Garagarza-Arrasate (G); tronpoa en Ezkio (G), zibota en Aratz-Erreka (G) y Altzai (Ip), dantxariñe en Arraioz (N) y jantzaria en Oragarre (Ip).

Ziba prestatzen. Zerain (G), 1989. Fuente: Karmele Goñi, Grupos Etniker Euskalerria.

Para hacer bailar la trompa se enrolla a su alrededor una cuerda de un metro y medio aproximadamente. Se comienza sujetando con ella el rabillo o apoyándola con la yema del dedo pulgar pasando a continuación a la púa de hierro formando espirales juntas una a otra hasta la mitad de la trompa. A veces se colocaba en la corona un trozo de chapa agujereado o una moneda con agujero a la que se le pasaba la cuerda haciéndole un nudo para que no se escapara y la cuerda hiciera una buena fijación. Para hacerla bailar se lanza la trompa con la mano entre cuyos dedos se retendrá la cuerda sobrante. La trompa comienza a girar en el aire y continuará haciéndolo en el suelo poniendo en juego la habilidad del lanzador.

En algunas localidades se han recogido diversas formas de lanzamiento de la trompa a las que dan nombre específico. En Galdames (B) denominan «a lo torero» a hacerlo con el brazo bajo y por la espalda; y «bajo pata» cuando se tira por debajo de la pierna. En Beasain (G) se dice lanzar «a lo chico» cuando se tira de arriba abajo y «a lo chica» si se hace horizontalmente hacia adelante. En San Martín de Unx (N) además de las formas de lanzar la trompa que consideran clásicas, a saber, de arriba-abajo y de atrás a delante, y de atrás a delante a nivel del suelo, llaman «tirar a brazo» a hacerlo por encima del hombro de atrás a delante.

Hoy día en las ikastolas y en las escuelas donde se practica el juego de la trompa se han recogido las siguientes denominaciones: «a lo chica», «a lo dentista», «a lo picotón» tirando con mucha fuerza hacia abajo, «a lo vaquero» cuando se lanza por debajo de la pierna, «a lo paracaidista» se tira de la cuerda para arriba, «a lo futbolista» dejando un trozo de cuerda sin enrollar para cogerla con la mano y agachándose darle un puntapié y «a lo baloncestista» encestarla en una canasta y que continúe bailando.

También hay denominaciones específicas para cuando la trompa está bailando. En Allo (N) se decía que bailaba «de pie» o «de culo» según se apoyara sobre el clavo de acero o el opuesto saliente de madera. La expresión «bailar de culo» también se emplea en Durango (B), Arrasate, Telleriarte (G) y San Martín de Unx (N).

Los chicos de Allo (N) decían que «se volvían» cuando las trompas cambiaban el sentido de su desplazamiento y que «se dormían» cuando daban la impresión de estar perfectamente inmóviles, a pesar de que giraran sobre su eje. En Lezaun (N) cuando la trompa giraba sin desplazarse se decía que se «había dormido», en Abadiano (B) y Altzai (Ip) que estaba dormida, «lo», y en Durango (B) se utiliza esta misma expresión cuando la recogen del suelo y sigue bailando en la palma de la mano. En esta última localidad se denomina azkenengo lua, el último sueño, al estado del trompo cuando está como adormecido, anunciando su parada.

En Salinas de Añana (A), jugaban al trompo «a dormirlo», que consistía en que permaneciera girando en un sitio fijo y en San Martín de Unx (N) trataban de «dormir la trompa», es decir, lograr que el giro pareciera imperceptible, sin que apenas se moviese.

En Muskiz (B) cuando la trompa se queda dormida dicen que produce un sonido como el de un avión de hélices cuando pasa a distancia. En la década de los veinte se recogió la expresión «andar serita» aludiendo a la trompa que baila sin hacer ruido; y «andar tar-tar» que es lo contrario de «serita»[1].

En Donostia (G) antiguamente la más estimada de las clases de txiba, trompa, era la tartarra, que tenía la particularidad de amenizar con un ruido especial su baile pues simulaba el sonido onomatopéyico contenido en el nombre «tartar». Cuando la trompa recorría un largo trecho de terreno bailando durante mucho tiempo se decía que estaba pasiatzen, paseando[2].


 
  1. Rosa HIERRO. “Del mundo infantil. Los juegos de los niños” in Euskalerriaren Alde, XIV (1924) pp. 133-134.
  2. José de ELIZONDO. “Folklore donostiarra. Juegos de la infancia” in Euskalerriaren Alde, XVIII (1928) pp. 293-294.