Cambios

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Una de las formas más interesantes de organización ha sido la de establecer una jerarquía de los vecinos en función de la proximidad relativa de las casas.
Al vecino que habita en la vivienda más próxima se le denomina en euskera ''etxekona, albokoa'' u ''ondokoa. ''Si se trata de una casa con dos viviendas ''bestealdekoa ''o ''aldamenekoa''<ref>IbidemGurutzi ARREGI. «Auzoa» in ''Euskaldunak. ''Tomo III. San Sebastián, p. 604.</ref>, también etxekonekoa.''
En Zerain (G) el nombre de ''etxekoana ''se reserva para las familias que viven bajo un mismo techo, esto es, en una casa de dos viviendas; ''etxe urrena, eliz-ondoko, ''o ''auzo-urrena ''hacen referencia a la primera casa en el camino del calvario y ''aldamenekoa ''a la casa más cercana en cualquier dirección. Al construirse casas de pisos el concepto de vecino, ''etxekoana, ''ha pasado a ocuparlo el que vive al lado o debajo.
En Elosua (G) era muy importante la ayuda de la casa del primer vecino, ''etxekona. ''Los miembros de esta casa recibían el nombre de ''etxekonekuak. ''Si el caserío era de dos viviendas, el primer vecino era el de la contigua y si no, el del caserío más cercano.
En Zugarramurdi (N) el primer vecino o ''lehenatea ''era el de la primera casa junto al camino que conducía a la iglesia parroquial. Su familia se encargaba de las labores domésticas, incluyendo el cuidado y alimentación del ganado<ref>José Miguel de BARANDIARAN, «De . "De la población de Zugarramurdi y de sus tradiciones»tradiciones" in OO.CC. Tomo XXI. Bilbao, cit.1983, p. 329.</ref>.
En Itsasu (L) el término ''auzoak ''designa a los vecinos en general y ''lehenauzoak ''a los más próximos a la casa de que se trate; ''lehenauzoa ''es la primera casa respecto a otra en dirección a la iglesia. A esta casa se la conoce también con la denominación ''kurutzeko etxea, ''la casa de la cruz, esto es, la que le corresponde llevar la cruz durante la conducción del cadáver.
En Beasain (G) los avisos y la atención al ganado corría a cargo de un vecino de confianza que a su vez podía ser pariente del fallecido, pero no se recuerda que dichos trabajos recayesen sobre un vecino concreto, si bien en caseríos alejados en los que vivían dos familias se ayudaban mutuamente olvidando incluso las rencillas y desavenencias que pudiesen existir.
En Zugarramurdi (N) la familia del ''lehenatea, ''aun cuando estuviese enemistada con los dueños de la casa mortuoria, se comportaba con ellos como si jamás hubiese habido enfrentamiento<ref>José Miguel de BARANDIARAN, «De . "De la población de Zugarramurdi y de sus tradiciones" in OO.CC. Tomo XXI. Bilbao, 1983, cit. p. 330.</ref>.
También ha sido normal que los vecinos actúen por amistad con la familia del finado.
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