Las infusiones

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Manzanilla

La infusión de manzanilla es de uso popular muy extendido. Se toma como remedio contra el dolor de tripas y la desgana.

Son muchas las personas que durante el verano realizan alguna excursión al monte, para recoger flores de manzanilla. Se dice que la mejor época es «de Virgen a Virgen», desde mediados de agosto a mediados de septiembre. Ya en casa se extienden sobre un papel o tela que se pone a la sombra de forma que le dé el aire, para que se sequen, y se guardan todo el año en un recipiente cerrado. Para preparar una infusión bastan cuatro o cinco flores. Según la encuesta de El Regato (Barakaldo-B), era norma regalársela a los parientes que no vivían en zonas rurales, quienes agradecían el detalle.

Se observa que en aquellos lugares en que no pastan ovejas ha desaparecido la manzanilla. Según se dice, cuanto mayor sea la altitud en que se encuentre la zona del monte en que se dé, tanto mejor será su calidad.

Actualmente es corriente comprarla en tiendas, tanto en sobres de flores secas enteras, como pequeños envases de papel con manzanilla picada, que se introducen directamente en la taza de agua caliente, cubriéndola con un platillo para que repose durante unos minutos.

Otra utilidad que ha tenido y tiene la infusión de manzanilla es su aplicación en la limpieza de ojos legañosos al levantarse por la mañana.

Té. Té de roca

En la zona de Hasparren (Ip) era bastante común, ya en las primeras décadas del presente siglo, que las mujeres se reunieran a tomar té. Pero en otros lugares ha solido tomarse como tonificante, al estilo de la manzanilla.

Hoy en día, algunas personas lo toman habitualmente, al igual que otras café, pero el consumo de aquél es sensiblemente inferior al de éste.

En los pueblos y aldeas cercanos a montañas tienen costumbre de recoger té de roca, o de peña, como llaman otros. Se dice que es mucho más fino y apreciado que el de monte o sembrado.

Actualmente,en las zonas urbanas se puede adquirir en el comercio, bien sea en sobres de picadura de los que se sirve a la taza con una cucharilla, o en pequeños envoltorios de papel que se introducen directamente. Antiguamente solía comprarse, tanto el té como la manzanilla, a vendedores ambulantes que aparecían esporádicamente y recorrían las calles anunciando a viva voz las excelencias de sus productos procedentes de diferentes sierras como de la de Urbasa o el Moncayo para los navarros, y de Aitzkorri, Gorbea o Urkiola para los guipuzcoanos, alaveses o vizcainos.

Tila

Desde tiempos antiguos se toman infusiones de tila como calmante en estados anímicos nerviosos.

Al igual que los anteriores productos, una vez recolectadas del tilo las flores y hojas, se ponen a secar a la sombra en un lugar aireado, para contar con ella en casa durante todo el año.

Hoy también puede abastecerse uno en el comercio.

Otras infusiones

Aunque en muy escasa proporción, hay personas que hoy siguen tomando infusiones de achicoria y de malta sin mezcla, bien sea por gusto o por la creencia popular de que ambas son buenas para la salud.

Según la encuesta de Abadiano (B), hace tiempo en los campos de labranza de los caseríos se recolectaba achicoria, que luego vendían a las fábricas de Durango. Algunos mantuvieron esta práctica hasta hace unos cincuenta años. Parece ser que era uno de los métodos mejores de obtener dinero para el pago de la renta anual del caserío, pero la costumbre fue desapareciendo debido a que era un trabajo muy duro que había que relizar en invierno.

En los periodos de guerra y postguerra, 19361946, lo que cambió fue el contenido básico de la propia infusión, sustituyéndose el café molido por cebada o trigo, previo tueste y molido del grano. A estos preparados se les llamaba café de cebada y café de trigo. Según la encuesta de Lezaun (N), antiguamente obtenían infusión de «pasto de encino», con bellota de encina tostada y molida.

En Liginaga (Ip) el café ha venido a sustituir a otra bebida llamada oliata, que antes se tomaba mucho. Se elaboraba friendo en manteca, uiña, ajos, cebollas y pimientos con sal, a los que se añadía agua. Se agregaban unas sopitas de pan encima y estaba lista.

Molinillo de café. Cafetera. Zeanuri (B). Fuente: Ander Manterola, Grupos Etniker Euskalerria.

Hay otra variedad de bebidas, que se toman en forma de infusión, pero todas ellas, también, como remedios medicinales, y que son mucho menos usadas que las arriba señaladas. Por ello, citaremos sus nombres y usos clasificándolas en un solo apartado.

Malvavisco: Se empleaba en otro tiempo contra el catarro, por carencia de eucaliptos.

Carrasquilla (Aladierno): La infusión preparada con sus yemas se ingería para limpiar la sangre y combatir el dolor de cabeza. Pero según la encuesta de Gamboa (A), tenía contraindicación, ya que se decía que acortaba la vista.

Boskotxa (Ruda): Se tomaba en infusión para eliminar las lombrices, pero en pequeñas dosis porque aseguraban que era veneno.

Anises: Según las encuestas de Barakaldo y Getxo (B), las bolitas de anís se adquirían a drogueros en quienes se confiaba mucho. Su infusión se daba a niños recién nacidos para que se les asentara el estómago.

Arto bizarra («Barbas» de maíz): En Bermeo se bebía su infusión para favorecer la filtración de los riñones.

Ota lorea (Flor de árgoma): Infusión para combatir la diabetes.

Asunen girtenak (Tallos de ortigas): Infusión para bajar la tensión.

Erromeroa (Romero): Infusión que se toma para calmar los nervios.

Menta: De color verdoso, se presenta en sobres y su infusión se toma, al igual que la manzanilla, para aliviar problemas digestivos.