Diferencia entre revisiones de «Los trabajos infantiles en la actualidad»

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Debido a la prolongación de la enseñanza obligatoria, a la concienciación de las familias y al progreso derivado de la mecanización de la agricultura y la ganadería, se ha mitigado en gran medida la aportación del trabajo infantil. Este ha quedado reducido a hacer recados y a colaboraciones puntuales en las tareas domésticas y agrícolas. La diferenciación sexual es menos acusada que antaño aunque perdura.
  
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En Bernedo (A) se ha recogido que hasta hace poco tiempo a los niños se les hacía perder la escuela con facilidad. A partir de los años 50 se empezó a ver con malos ojos el "quitarles la escuela a los hijos". Hoy por razón de la mecanización no es tan frecuente ocuparles en las labores de campo, aunque en ocasiones ya se les ve haciendo estos trabajos. Idéntica información se ha constatado en Mendigorria (N) donde señalan que la situación respecto a tiempos pasados ha cambiado y los niños acuden con asiduidad a clase a no ser por causa justificada. La economía rural está más mecanizada y se valora el que los niños aprendan estudios<ref>FERNANDEZ, "Estudio etnográfico de Mendigorria...", cit., pp. 374-375.</ref>.
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En Olite (N) la escolarización es más prolongada que antaño y los niños no ayudan generalmente más que en los casos de mucho trabajo como durante la recogida del espárrago, de los tomates o en la vendimia<ref>JUSUE y CORCIN, "Encuesta etnográfica de Olite...", cit., pp. 543-544.</ref>.
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En Mendiola (A) según los informantes, en la actualidad los niños se dedican más a jugar que a trabajar. Realizan pocas tareas caseras: colgar la ropa, ayudar a fregar, hacer algunos recados, acompañar a sus padres mientras éstos hacen diferentes faenas en el campo o en la huerta.
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En Treviño (A) la mecanización de la agricultura ha hecho, entre otras razones, disminuir el trabajo infantil. Los niños, si acaso, pueden ayudar en el cuidado de los productos hortícolas y en su recogida y selección.
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En Bidegoian (G) en estos tiempos (años 90) es mucho menor la aportación de mano de obra infantil en las labores domésticas y si bien los niños prestan su colaboración, lo hacen en menor grado. No obstante hay un dicho muy usado que refleja que siempre es bienvenida la ayuda de un menor: ''Txotxa baino hobea da umea etxean ''(En casa es más útil un niño que una ramilla [para encender el fuego]).
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En Obanos (N) hoy día los niños hacen recados, llevan a casa el pan y la leche. Ayudan poco en el campo y de hacerlo, más por entretenimiento que como obligación. En San Martín de Unx (N) por mor de la generalización y prolongación de la enseñanza y la mecanización de las tareas agropecuarias, la colaboración de los niños ha disminuido o desaparecido. Si ayudan es más por gusto que por necesidad. En Aoiz (N) las ayudas domésticas se limitan a hacer alguna compra y cuidar a los hermanos o parientes pequeños. En Hondarribia (G) los chavales hacen los recados, recogen su cuarto y sus camas, amén de otras tareas domésticas cuando se les pide.
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En el Valle de Carranza (B) en los años sesenta los niños pertenecientes a familias de los barrios altos, dedicados preferentemente a labores ganaderas, ayudaban más en casa que los de los barrios bajos, lo que se traducía en una menor escolarización sobre todo en estudios medios y superiores. Tanto en esta década como en las posteriores a partir de los doce años decrecía el números de varones en la escuela, manteniéndose el de las niñas.
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Hoy día (años 90) los niños de ambos sexos tanto de los pueblos bajos como de los altos permanecen más tiempo en los centros de educación y se registra un mayor número de escolares hasta los dieciséis o dieciocho años. Aún así los hijos de los ganaderos ayudan frecuentemente a sus padres en las tareas familiares sin tomárselo como una carga sino por la atracción que sobre ellos ejercen los animales domésticos y los tractores. Esta ayuda tiene una mayor incidencia en el periodo estival que es el más laborioso del año y cuando los niños disfrutan de sus vacaciones.
  
  

Revisión del 08:07 25 may 2018

Debido a la prolongación de la enseñanza obligatoria, a la concienciación de las familias y al progreso derivado de la mecanización de la agricultura y la ganadería, se ha mitigado en gran medida la aportación del trabajo infantil. Este ha quedado reducido a hacer recados y a colaboraciones puntuales en las tareas domésticas y agrícolas. La diferenciación sexual es menos acusada que antaño aunque perdura.

En Bernedo (A) se ha recogido que hasta hace poco tiempo a los niños se les hacía perder la escuela con facilidad. A partir de los años 50 se empezó a ver con malos ojos el "quitarles la escuela a los hijos". Hoy por razón de la mecanización no es tan frecuente ocuparles en las labores de campo, aunque en ocasiones ya se les ve haciendo estos trabajos. Idéntica información se ha constatado en Mendigorria (N) donde señalan que la situación respecto a tiempos pasados ha cambiado y los niños acuden con asiduidad a clase a no ser por causa justificada. La economía rural está más mecanizada y se valora el que los niños aprendan estudios[1].

En Olite (N) la escolarización es más prolongada que antaño y los niños no ayudan generalmente más que en los casos de mucho trabajo como durante la recogida del espárrago, de los tomates o en la vendimia[2].

En Mendiola (A) según los informantes, en la actualidad los niños se dedican más a jugar que a trabajar. Realizan pocas tareas caseras: colgar la ropa, ayudar a fregar, hacer algunos recados, acompañar a sus padres mientras éstos hacen diferentes faenas en el campo o en la huerta.

En Treviño (A) la mecanización de la agricultura ha hecho, entre otras razones, disminuir el trabajo infantil. Los niños, si acaso, pueden ayudar en el cuidado de los productos hortícolas y en su recogida y selección.

En Bidegoian (G) en estos tiempos (años 90) es mucho menor la aportación de mano de obra infantil en las labores domésticas y si bien los niños prestan su colaboración, lo hacen en menor grado. No obstante hay un dicho muy usado que refleja que siempre es bienvenida la ayuda de un menor: Txotxa baino hobea da umea etxean (En casa es más útil un niño que una ramilla [para encender el fuego]).

En Obanos (N) hoy día los niños hacen recados, llevan a casa el pan y la leche. Ayudan poco en el campo y de hacerlo, más por entretenimiento que como obligación. En San Martín de Unx (N) por mor de la generalización y prolongación de la enseñanza y la mecanización de las tareas agropecuarias, la colaboración de los niños ha disminuido o desaparecido. Si ayudan es más por gusto que por necesidad. En Aoiz (N) las ayudas domésticas se limitan a hacer alguna compra y cuidar a los hermanos o parientes pequeños. En Hondarribia (G) los chavales hacen los recados, recogen su cuarto y sus camas, amén de otras tareas domésticas cuando se les pide.

En el Valle de Carranza (B) en los años sesenta los niños pertenecientes a familias de los barrios altos, dedicados preferentemente a labores ganaderas, ayudaban más en casa que los de los barrios bajos, lo que se traducía en una menor escolarización sobre todo en estudios medios y superiores. Tanto en esta década como en las posteriores a partir de los doce años decrecía el números de varones en la escuela, manteniéndose el de las niñas.

Hoy día (años 90) los niños de ambos sexos tanto de los pueblos bajos como de los altos permanecen más tiempo en los centros de educación y se registra un mayor número de escolares hasta los dieciséis o dieciocho años. Aún así los hijos de los ganaderos ayudan frecuentemente a sus padres en las tareas familiares sin tomárselo como una carga sino por la atracción que sobre ellos ejercen los animales domésticos y los tractores. Esta ayuda tiene una mayor incidencia en el periodo estival que es el más laborioso del año y cuando los niños disfrutan de sus vacaciones.


 
  1. FERNANDEZ, "Estudio etnográfico de Mendigorria...", cit., pp. 374-375.
  2. JUSUE y CORCIN, "Encuesta etnográfica de Olite...", cit., pp. 543-544.