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MANO DE OBRA Y FUERZA EMPLEADA EN LA AGRICULTURA/en

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La tierra que poseía cada casa era más bien escasa por lo que la capacidad para mantener una población numerosa ha sido limitada, razón por la cual, y teniendo en cuenta que el Valle de Carranza ha sido eminentemente agrario, se ha producido tradicionalmente una fuerte emigración bien a áreas urbanas cercanas como la Margen Izquierda del río Nervión a cubrir puestos de trabajo vinculados a la siderurgia, o más lejanas como Madrid y diferentes países de Centro y Suramérica, especialmente México.<div style="margin-left:0cm;"></div>
Se entiende que la fuerza humana está estrechamente vinculada a la alimentación, de tal modo que determinados trabajos, muy exigentes, requieren el consumo de alimentos que se consideran energéticos. Hay varios dichos que constatan este vínculo<div style="margin-left: “Tripas llevan a piernas0cm; Con chorizos y huevos se siega.” "></div>
Se aprecia también una relación con la esmerada alimentación que se proporcionaba a los bueyes. Se les daban comidas consideradas energéticas como habas o ''panojas'', mazorcas, y el forraje debía ser sobre todo hierba seca, no verde. Por eso se considera que la alimentación humana, en unos tiempos en que casi era vegetariana, debía tener un componente más energético como la carne y la grasa, sobre todo cuando se debían realizar trabajos penosos. Ya lo asegura el dicho, que aunque aplicado a los humanos recurre a la figura del buey: “Al buey viejo poca verdura.”
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