Cambios

Mantenimiento de los cultivos

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Por otro lado, cuando el producto a aplicar a los cultivos es un herbicida, fungicida o insecticida, se utiliza una caldera que posee unos brazos articulados y extensibles, perpendicularmente a los surcos del cultivo, y que disponen de varias boquillas que esparcen el producto empapando las plantas. Algunas calderas depositan montones de espuma blanca que expulsan por los extremos de sus brazos. Así van dejando marcas de espuma que guían al agricultor para saber hasta donde llegan dichos brazos y no esparcir el producto en las zonas por donde ya ha pasado. Estas calderas suelen ir acopladas al tractor aunque últimamente han aparecido en el mercado calderas de herbicida automotrices. En todos los casos, previamente y cada vez que se vacíe la caldera, necesitan una manguera para coger agua desde las tomas de riego y para mezclar en la caldera el agua con el producto químico adquirido en los almacenes especializados.
[[File:FIGURA8.379 Tractor fumigador. Argandoña (A) 2003.jpg|frame|Tractor fumigador. Argandoña (A), 2003. Fuente: Juan José Galdos, Grupos Etniker Euskalerria.png|RTENOTITLE_FIGURAclass=nofilter]]
Para acabar con las malas hierbas, los cultivos sembrados en surcos como la patata o la remolacha, aunque sea generalizado el uso de herbicidas, todavía se usan cultivadores tirados por tractores, generalmente de tres rejas, que a la vez que eliminan las malas hierbas, oxigenan la tierra.
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