Marca de pez o brea. Empego

De Atlas Etnográfico de Vasconia
Saltar a: navegación, buscar

Esta marca, llamada también empego, consiste en estampar sobre el cuerpo del animal un hierro impregnado en pez con la letra inicial del nombre de la casa o del propietario. También se le aplica al animal, por este procedimiento, la marca de la parzonería donde va a pastar durante el año. Este marcaje tiene lugar tras el esquileo y cuando a la oveja le ha crecido algo la lana.

Nuestras encuestas han recogido esta práctica en tres zonas: en las localidades situadas en la franja más meridional de Álava y Navarra (Berganzo, Bernedo, Moreda, Pipaón, Ribera Alta, Treviño-A; Allo, Aoiz, Lezaun, Lodosa, Mélida, Navascués, San Martín de Unx, Sangüesa, Salazar y Roncal-N); en los valles pirenaicos de Navarra cuyos rebaños trashuman hasta las Bardenas Reales y en el extremo de Zuberoa.

Hoy en día la marca más común tanto en esta modalidad como en la de hierro candente es la letra inicial del nombre de la casa o del apellido de la familia. Sin embargo nuestras encuestas han registrado el uso, como distintivo de propiedad, de otros signos como cruces, estrellas o círculos.

A este respecto el etnógrafo catalán Violant i Simorra, que investigó el pastoreo en el Pirineo en los años cuarenta, señalaba que «como diseño de propiedad los ganaderos pirenaicos iban adoptando la inicial de su apellido o bien del nombre popular de la casa. Pero con todo, aún persisten en todo el Pirineo diversos diseños de estilo elemental geométrico, muy antiguos, perpetuados de padres a hijos, quizá de los primitivos pastores pirenaicos, a través de la tradición popular que son a nuestro parecer de raíz muy arcaica. Tales son las rayas, puntos, cruces sencillas, círculos, cruces pediculadas, etc. que hemos hallado en el Valle del Roncal, Ansó...»[1].

Marcas para el ganado de las casas de Uztarroz, Valle de Roncal (N). Fuente: Luis Manuel Peña, Grupos Etniker  Euskalerria.

En Moreda se calienta la pez en un caldero; se introduce allí la marca de hierro caliente, que lleva la letra inicial del propietario, agarrándola por el mango de madera. Para marcar ovejas se precisan dos personas: una que sujete al animal y otra que aplique el hierro untado en un lateral. Todas las ovejas que pertenezcan a un propietario deben llevar la marca en el mismo lado.

En Bernedo se marcan las ovejas, después de esquilarlas, en la parte trasera con las letras iniciales del propietario usando la pez caliente y un sello de hierro hecho por el herrero. Lo mismo practican en Pipaón, Ribera Alta, Treviño y Berganzo donde el procedimiento recibe el nombre de la empega. El inconveniente de este método es que todos los años, después del esquileo, hay que volver a marcarlas, por lo que algunos también les aplican cortes en la oreja.

En Aoiz mientras una persona sostenía la res otra la marcaba en el costillar con una impregnación negra y seguidamente otra tercera, generalmente un muchacho, ponía sobre la marca un ladrillo que previamente habían tenido en agua fría para evitar que la tintura se corriese y para que se fijase más sobre la piel. La marca solía coincidir generalmente con la inicial del apellido del propietario. Antiguamente, cuando el pastor no tenía mucho dinero, solía hacer este marcaje con el fondo de una lata impregnada en la mezcla de brea y pez.

Hasta hace unos veinte años se solía poner sobre las ovejas también la marca del pueblo. Este marcaje tenía lugar el día de San Pedro, fecha en la que se hacía el recuento de ganado que poseía cada casa y que debía de adecuarse a la cantidad de pastos existentes.

En Sangüesa se marcan las ovejas con las iniciales del nombre y del apellido del dueño, rara vez un signo. Para el marcaje utilizan una vara de hierro con mango de madera que tiene una letra soldada en el extremo, realizada por el herrero. El hierro se calienta en el fuego y una vez caliente se introduce en pez o brea y se le aplica al animal en sitio bien visible, entre la ijada y una costilla, arriba, debajo del espinazo sobre el lado derecho. Por lo general la marca dura sólo un año. El tiempo más adecuado para el marcado es después del esquileo, una vez que les crece un poco la lana. El propio pastor realiza esta operación.

En San Martín de Unx se procedía de manera similar. En el mes de mayo, transcurridos ocho o diez días después del esquileo, se ponía la pez a hervir, en la que se sumergía el hierro de marcar que luego se colocaba sobre el costillar del animal. El hierro de forja era hecho por el herrero del pueblo, y consistía en una varilla con mango, en cuyo extremo, perpendicularmente, estaba soldada la letra correspondiente. Para realizar este marcaje se dejaban transcurrir unos días después del esquileo al objeto de que le creciera un poco la lana al animal y éste no sufriese, a la vez que se garantizaba que la marca «agarrase».

Esta misma práctica se registra en Allo, Mélida y Lodosa donde indican que el hierro de la casa se impregna con tinta de brea o con cera negra.

En Lezaun las ovejas y borros (carneros merinos) se marcaban con pez después de esquilados. Cada casa tenía su marca; podía ser de una o dos letras: la de una letra correspondía al apellido del dueño, y la de dos a las iniciales del nombre y del apellido. Sin embargo dos casas usan otros signos: la casa Irujo tiene como signo propio una cruz y la casa Benita una flor del tipo de la margarita. Otra casa de reciente creación, en vez de marcar con pez, marca las ovejas con moreno, que es polvo de carbón machacado; esta mancha dura mucho tiempo.

Marcando las ovejas con pez. Lerga (N), 1996. Fuente: Marisa Picabea, Grupos Etniker Euskalerria.

En Roncal marcan las ovejas con pez; generalmente se les pone la inicial del apellido del propietario, aunque hay quienes tienen sus propias marcas. La marca de pez se quita con el esquileo, por eso una vez que les ha crecido un poco la lana, para evitar hacerles daño, las marcan de nuevo. En casos se combina esta marca de pez con los cortes en la oreja.

En Navascués el marcaje de las ovejas se acostumbra a realizar entre los tres y cinco meses, cuando se decide qué reses se van a dejar para criar. La marca se hace con pez, brea, pintura o algo similar. En la mayor parte de las ocasiones representa la inicial del apellido del propietario o del nombre de la casa[2].

En Zuberoa al día siguiente del esquileo se marcaba el rebaño imprimiendo en el anca de las ovejas una letra con un hierro impregnado en una suerte de brea. Un informante recuerda que las ovejas marcadas con la letra H pertenecían a la casa Harizpe.


 
  1. Ramón VIOLANT I SIMORRA. «Posible origen y significado de los principales motivos decorativos y de los signos de propiedad usados por los pastores pirenaicos» in RDTP, XIV (1958) pp. 77-163.
  2. Los datos referentes a esta localidad han sido tomados de Pablo SAGARDOY. Pastoreo en el municipio de Navascués (19501980). Memoria de licenciatura. Inédita. Pamplona, 1986, p. 82.