Mareo

En Beasain (G) el vértigo y el mareo reciben el mismo nombre de txorabioa; en Berastegi (G) se le llama txorabilla; en Goizueta (N) mareoa o zorabioa y en Orozko (B) mareoa. En Arraioz (N) a marearse se le dice zoratu.

En Amézaga de Zuya (A) indican que los desvanecimientos pueden venir dados por debilidad, anemia y embarazos, entre otras variadas causas. En Moreda (A) por problemas circulatorios, bajadas de tensión, embarazos, problemas familiares, disgustos y sustos. En Durango (B) por bajadas de tensión o hipoglucemias. En Murchante (N) hoy en día piensan que se pueden sufrir por problemas en las vértebras cervicales, en el oído, por diabetes y otras razones.

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Remedios contra el mareo

Si el mareo va acompañado de desvanecimiento o de la sensación previa al mismo, conviene, a juicio de los informantes, mantener a la persona afectada en posición horizontal.

En Pipaón (A) se recomienda que se acueste boca abajo en la cama en una habitación con poca luz. En Bidegoian (G), dependiendo de la causa del mareo, que se acueste en la cama sin la almohada. En Murchante (N) que se tumbe “para que la cabeza esté bien regada”. En Oñati (G) que se le tumbe y se le abanique.

A menudo se insiste en que además de en posición horizontal las piernas le deben quedar más altas que la cabeza para que así la sangre fluya más fácilmente hacia el cerebro (Valdegovía-A; Durango-B; Beasain, Berastegi, Elgoibar-G).

En Aoiz (N) se le tumba boca arriba, excepto cuando el mareo se ha producido a consecuencia de una bajada de tensión, en cuyo caso hay que sentarle con la cabeza entre las piernas. En Mendiola (A) sentarle también inclinándole el cuerpo hacia adelante y la cabeza hacia abajo.

Otro de los remedios ha consistido en darle aire al mareado. En Mendiola (A), Bidegoian (G) y Murchante (N) se le sacaba a tomar un poco de aire fresco. En Apodaca (A) le sentaban en un sitio fresco y aireado y a la sombra si la causa era el exceso de calor o una insolación. En Arraioz (N) se le recomendaba respirar hondo, tomar aire fresco y un vaso de agua fría. En Amézaga de Zuya (A) cuando el mareo es provocado por un exceso de calor que cause sensación de agobio, lo mejor es que el afectado se traslade a un espacio abierto y aireado. En Apodaca le dan agua fresca, le pasan una esponja empapada en agua por la frente y le sueltan la camisa o la ropa que le oprima.

En Donoztiri (BN) al desvanecido, trenpexartua, o afectado por algún colapso le frotaban las sienes y la nariz con vinagre a fin de que volviese en sí.

Algunos remedios más son los siguientes. En Valdegovía (A) se considera que es bueno tomar infusiones de manzanilla. En Moreda (A) de tila y de hojas de olivo. En Sara (L) tisana de anís. En Muskiz (B) recomiendan tener un hueso de fruta en la boca.

A veces el mareo se atribuye a problemas relacionados con la sangre, en este caso con la hipertensión. En Améscoa (N) los gordos y muy encarnados cuando se sentían mareados tomaban karraskilla y sobre todo sanguinaria para “rebajar la sangre”.

En otras ocasiones se le relaciona con la hipoglucemia. En Durango (B) y Murchante (N) dicen que contra el mareo causado por la diabetes se debe ingerir azúcar.

Mareo producido por braseros

Un caso particular de mareo es el producido por el monóxido de carbono que desprenden los braseros.

En Apodaca (A) dicen que algunos se solían marear con los mismos, entonces sacaban a la calle a los afectados para que respirasen bien. Si el mareo era muy fuerte los acostaban y llamaban al médico.

En Moreda (A) también recuerdan que en invierno se producían mareos cuando se prendían los braseros en la cocina. Como material de combustión se empleaba el carbón o cisco que los arrieros bajaban de la Montaña alavesa. La combustión del mismo mareaba a las personas. Para evitar que esto sucediera, tan sólo había que introducir dentro del brasero y entre el cisco una llave de hierro vieja o cualquier otro objeto que fuera de este mismo material. Se dice que actuando así no se mareaba nadie.

En Mendiola (A) también se arroja una llave de hierro al brasero o se coloca una cazuela con agua fría encima del mismo para evitar el mareo.

Mareo producido por viajes

Otro caso particular de mareo es el causado por los viajes, sobre todo los realizados en coche. Se suele decir de las personas que padecen este problema que deben ir sentadas en el asiento del copiloto, cuando viajan en autobús que conviene que vayan en los asientos delanteros y si además se marean en tren que deben sentarse de cara al sentido del avance.

En Amézaga de Zuya (A) para evitar los mareos en los largos viajes en coche se recomienda colocar una patata o una bolsa de sal en el pecho. También hay quien dice que es bueno poner un trozo de pan en el ombligo o mantener las piernas cruzadas para conseguir el mismo efecto.

En Goizueta (N) dicen que para evitar el mareo que se produce al viajar en barco o en coche se utiliza ajo con un poco de sal, metido todo en un saquito. El olor que desprende constituye una gran ayuda contra el mareo.

En Abadiano (B) aseguran que contra el mareo que se produce al viajar en coche es bueno ponerse un trocito de perejil en el ombligo; en Apellániz (A) que se aliviaba llevando un ramo de perejil en el ano; en Sangüesa (N) que se evitaba emprendiendo el viaje en ayunas y poniéndose en el ombligo una moneda pegada con esparadrapo.

En Obanos (N) antaño se conocían remedios como chupar limón, comer despacio una manzana durante todo el viaje y otros de más difícil explicación como aplicar un esparadrapo en la tripa, poner un botón en el asiento del coche, introducir un garbanzo en el zapato, atar un pañuelico al cuello o hacer todo el viaje cantando o contando cuentos. Dicen de una recadista de la localidad que llevaba un puñado de arroz en la mano durante todo el viaje sin derramar ni un grano; si se le caía alguno se mareaba.

En Viana (N) recomiendan viajar con la mirada dirigida hacia delante y mover poco la cabeza, chupar limón, oler anís, ir descalzo, ponerse un esparadrapo en forma de cruz sobre el ombligo, llevar un garbanzo o alubia entre diente y diente, viajar en ayunas o tomar una infusión de manzanilla.

Barriola recogió la costumbre, habitual entre los pescadores, de masticar bacalao salado al menor indicio de mareo[1].

En Bernedo, Mendiola (A); Murchante y Obanos (N) el único mareo que ocupa la atención de la gente es el que se produce por viajar en coche. Para evitar padecerlo algunas personas toman pastillas algo antes de iniciar el viaje. En Moreda (A) además dicen que el darse aire también contribuye a aliviar la sensación de mareo. Una medida preventiva muy extendida es iniciar el viaje en ayunas (Murchante-N).


 
  1. Ignacio M.ª BARRIOLA. La medicina popular en el País Vasco. San Sebastián: 1952, p. 66.