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Los materiales utilizados en la construcción de los muros exteriores de las casas han sido la piedra, la madera y la tierra, cocida en forma de ladrillo o sin cocer como adobe o tapial.
Como se podrá observar por las descripciones que se recogen a continuación, estos materiales son un reflejo de los disponibles en el entorno inmediato. En este sentido esta parte de la casa no es una excepción.
Sin embargo, Urabayen, ya a finales del segundo decenio del siglo XX, advertía que la facilidad de las comunicaciones iba popularizando poco a poco el uso de otros materiales como el cemento y el acero, o el de los anteriores en zonas donde no era fácil disponer de ellos<supref>2Leoncio URABAYEN. ''La casa navarra. De arquitectura popular''. Madrid: 1929, pp. 79-80.</supref>.
Ha sido frecuente en el territorio estudiado que las casas tengan sus muros exteriores de piedra, generalmente de mampostería y con sillarejo o sillería en los esquinales así como para delimitar puertas y ventanas, que son las partes de la construcción que más pudieran resentirse.
En Abezia (A) las paredes exteriores o maestras solían ser de piedra caliza, que es la propia del lugar y tienen un grosor muy considerable con objeto de soportar el peso de toda la construcción. Por el contrario las que separan la cuadra y el pajar de la vivienda propiamente dicha son muchas veces de adobe. El uso de la piedra de sillería, de mayor tamaño y trabajada, se limitaba a los recercos de puertas y ventanas, y a los esquinales.
En Apodaca (A) las paredes son anchas, de piedra caliza margosa. Las exteriores se lla- 1 URABAYEN, ''La casa navarra'', op. cit., p. 74. 2 Ibidem, pp. 79-80.3 Ibidem, pp. 96 y 99.Fig. 131. Muros exteriores construidos con piedra. Caserío Baraia, Mañaria (B), 1970.man llaman maestras y las que separan la casa de las cuadras y el pajar, medianía. En Lagrán (A) también son de mampostería de caliza.
En Bernedo (A) debido a la dureza del clima los muros son gruesos. Están levantados con piedra y con una mezcla de tierra y cal, y cuentan con un grosor de 65 a 70 cm. En alguna casa a partir del primer piso reducen su anchura a 55 cm, en otras continúan hasta el tejado con su grosor inicial.
En Moreda (A) la fábrica de la fachada de las casas es muy variada: hay casas de sillería en su primer cuerpo y de mampostería con rejuntado rehundido en el segundo; mampostería concertada; sillarejo y ladrillo en la logia; mampostería con esquinales y recercos de huecos de sillería; sillería bien escuadrada; mampostería revestida con una fuerte carga de cal; sillería en esquinales; mampostería revocada y encalada; mampostería y ladrillo.
En Trapagaran (B) las paredes de los caseríos son de mampostería, alternándose piedra caliza, cayuela, arenisca y trozos de mineral para el relleno de los muros. Los ángulos de fachadas, ventanas, entradas, etc., son de sillería, realizados con piedras calizas o arenisca.
En el Valle de Carranza (B) la piedra más utilizada ha sido la arenisca de color grisáceo ocre (rubia). Es un tipo de piedra abundante a lo largo y ancho del Valle y que se ha extraído en multitud de canteras. Este tipo de piedra se localizaba principalmente en el mampuesto de los muros de carga, reservándose la sillería para los ''esquinales'', los ''pipianos ''y el recerco de los huecos. El labrado de ésta se terminaba generalmente a puntero, observándose que a medida que la casa es más moderna, la terminación de la piedra es más ordinaria. El mampuesto de los muros aparece a la vista en múltiples ocasiones y en otras queda revocado con arena y cal, si bien es unánime el total revocado y encalado de la fachada principal. La caliza, de la que existen importantes afloraciones, se ha empleado asimismo en la construcción. Es de color gris y se encuentra principalmente como aparejo en ''esquinales ''y ''pipianos ''y en los muros de carga compartiendo el mampuesto con la arenisca. Otro tipo de piedra también utilizada, aunque en menor cuantía que las anteriores, es el ''gabarro''. Es de naturaleza calcárea-silícea, de color negro, localizada en los concejos de Matienzo y Sangrices y utilizada como mampuesto en los muros, entremezclada con la arenisca.
En Gautegiz-Arteaga (B) para construir las casas se recurría a piedra extraída de canteras locales; en el barrio de Islas se obtenía ''karearria'', caliza, en el monte Antolarra, ''arri zuria'',literalmente piedra blanca, que era parecida al mármol, y entre Muruetagana y Ereño, ''arri gorria'', también literalmente, piedra roja.
En Abadiño (B) todos los caseríos están construidos con piedra arenisca. Los más elegantes tienen toda la fachada de piedra labrada, pero normalmente se coloca sólo en las esquinas, en los arcos y alrededor de puertas y ventanas.
En Beasain (G) tanto en los cimientos como en las paredes maestras y en las interiores, el material utilizado era el que se encontraba más cercano, en la mayoría de los casos piedra arenisca, ''argorrie'', cantos rodados, y en ocasiones pizarra dura, ''arbela'', e incluso las tres entremezcladas. En las cuatro esquinas se colocaba piedra de sillería, estando mejor labrada la de la fachada principal. Actualmente en casi todos los caseríos las cuatro paredes exteriores son de piedra hasta el tejado, siendo contados los que han utilizado otros materiales como el ladrillo colocado a caravista o que conservan las tablas de madera para hacer el cierre a partir de la primera planta.
En Ezkio-Itsaso (G) en las construcciones recientes cuando se realizó la encuesta a finales del segundo decenio del siglo XX, las paredes se hacían con piedra de ofita, ''arri belxa'', de la que había una cantera grande en el monte Beotegi, y pizarra de mala calidad de la que se servían también a falta de un material mejor. En los edificios antiguos se observa que además de los anteriores componentes hay muchas pie- dras piedras sillares, ''arlanduk'', areniscas de procedencia extraña, colocadas especialmente en los marcos de las puertas y ventanas y en los ángulos de las paredes. La pared exterior tiene ordinariamente un grosor de unos 80 cm hasta el piso y algo menos de ahí hacia arriba.
En Aintzioa y Orondritz (N) son de piedra de la zona ensamblada con mortero. Se trata de piedra corriente y poco cuidada; las esquinas, ventanas y dinteles presentan sillares de mejor fábrica, de hecho las esquinas presentan hermosas piedras talladas.
En Isaba, Urzainki y Uztárroz (Valle de Roncal-N) para la construcción se empleaba la piedra de río, siendo la labra de su cantería mejor o peor dependiendo del poder adquisitivo de la familia.
[[File:2.133 Casa de piedra en el barrio de Irigoien Uztarroz (Valle de Roncal-N) 2004.JPG|center|450px|Casa de piedra en el barrio de Irigoien, Uztarroz (Valle de Roncal-N), 2004. Fuente: Pablo Orduna, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Juslapeña (N) donde a mediados de los años veinte de la pasada centuria tomaron como ejemplo una casa del siglo XVIII (Juankotorena), el material empleado en los muros de la misma es de mampostería, excepto en las esquinas y encuadramientos de puertas y ventanas en que es de sillar, principalmente lo que en forma de pirámide abarca la puerta de medio punto y dos ventanas superiores, que le da un aspecto de solidez y ornamento a la fachada.
En Mirafuentes (N) los muros presentan una anchura de unos 60 cm. Se cuidaba que tuvieran las dos caras con piedra buena ya que era lo que quedaba a la vista, rellenándose la zona interior con el material sobrante.
En San Martín de Unx (N) antaño tenían por lo general un grosor de 60 cm. De vez en cuando se colocaba una pasadera, que era una[[Image:Irudia5.png|top]] Fig. 133. Casa de piedra en el barrio de Irigoien, Uztarroz (Valle de Roncal-N), 2004. piedra que cruzaba el muro de lado a lado, y le confería estabilidad.
En algunas poblaciones los muros laterales se prolongan más allá de la fachada con un fin protector. Así, en Gorriti (N) había casas que tenían en uno o en ambos costados de la fachada salientes o avances de las paredes laterales, llamados ''fraileak'', que resguardaban a la fachada de los vientos más destemplados del invierno.
Un ejemplo típico lo constituyen determinadas calles del núcleo de algunas villas. Así encontramos en Agurain (A) casas con soportales sostenidos por columnas de madera con poyal de piedra o íntegramente de piedra que además de aligerar la construcción proporcionan protección frente al sol y la lluvia.
[[File:2.134 Casas con soportales. Agurain (A) principios del siglo XX.JPG|center|500px|Casas con soportales. Agurain (A), principios del siglo XX. Fuente: Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz: Foto Guinea.]]
En Markinez (A) había en la plaza del pueblo tres casas unidas por paredes de medianería de las que avanzaba al frente un cuerpo, que se sostenía sobre unos pilotes de roble, originando unos soportales.
Un aspecto característico de las casas de Mélida (N) es que las situadas en las esquinas entre dos calles presentan en el ángulo unas grandes piedras recostadas cuya finalidad, según los informantes, era evitar que las ruedas de los carros chocaran con las fachadas al hacer el giro.
En estas construcciones más antiguas el lienzo exterior de la fachada solía estar cubierto de tabla de roble que ordinariamente tenía un metro escaso de longitud por quince centímetros de ancho. En uno de los costados terminaba en un filo llamado ''miztoa ''y en el otro llevaba una ranura para efectuar el ensamble. Se colocaba de forma muy parecida a las tejas, esto es, el extremo inferior de la tabla cubría el extremo superior de la de más abajo. La tabla antigua solía estar labrada con hacha y se llamaba por eso ''aizkola''.
En Goizueta (N) la madera ha sido una materia prima fundamental. Todavía se encuentra madera en algunas fachadas principales como cerramiento de la parte superior y en algunos casos también en las paredes laterales.
Con el transcurso del tiempo el uso de la madera como cerramiento ha quedado reducido a las construcciones complementarias.
Paradójicamente, en tiempos modernos se ha puesto de moda en las nuevas edificaciones colocar entramados de madera a modo de ornamentación en un intento por que las modernas casas se asemejen a las antiguas. Y a veces ni siquiera son de este material sino del mismo hormigón con el que está levantado o revocado el muro exterior, sólo que sobresaliendo sobre el plano de la fachada y pintados de modo que simulen el entramado.
Donde falta la piedra se recurre a la madera, si se dispone de ella, y si no a la tierra misma. En la comarca de Navarra desprovista de bosques y ocupada por los terrenos miocenos, que es la de los cursos inferiores de los ríos Ega, Arga y Aragón y la de las riberas del Ebro, se ha utilizado tradicionalmente la tierra como material de construcción de las paredes de las viviendas. Según la elaboración que se le dé se obtienen tres materiales distintos: el ladrillo, el adobe y el tapial. Para obtener el primero se cuece la tierra, para los segundos basta dejarla secarse al sol.
Pero el habitante de estas comarcas de Navarra utiliza también la tierra de otro modo: excavándola y habilitando un hueco dentro de ella, del cual hace su vivienda. Se trata de las cuevas o viviendas subterráneas.
Como la tierra en forma de materiales de construcción se diferencia poco en su color del suelo (el ladrillo de la ribera de Navarra es blanquecino), los pueblos parecen confundir-se confundirse con él. Es el caso de Caparroso, Cárcar, Lerín, Lodosa y Sesma.
La construcción con tierra parece contradecir en cierto modo la ley de la solidez, pero sólo en parte. Lo que sí es cierto es que este material, si se exceptúa el uso del ladrillo, era empleado exclusivamente para la construcción de las viviendas más humildes<supref>4Leoncio URABAYEN. ''La casa navarra. De arquitectura popular''. Madrid: 1929, pp. 109-110.</supref>.
Como ya ha quedado reflejado, el ladrillo es otro elemento frecuente en las paredes exteriores de las casas.
Según Urabayen la tierra cocida formando ladrillo se utiliza preferentemente al sur de Navarra<supref>5Leoncio URABAYEN. ''La casa navarra. De arquitectura popular''. Madrid: 1929, p. 79.</supref>. Sin embargo este material no ha sido exclusivo del territorio en el que la tierra ha resultado tan importante o más que la piedra, sino también de la zona septentrional. Conviene tener en cuenta que las tejeras fueron comunes en estas zonas y que además de tejas elaboraban ladrillos. Éstos, al igual que la madera, permitían aligerar el peso de los muros exteriores.
En Berganzo (A) los muros podían ser de mampostería, de sillería y de ladrillo, en este caso localizado en las zonas más altas de la casa.
En Aoiz (N) en algunas casas también se levantaron paredes de ladrillo. En las más antiguas era macizo, anaranjado y se dejaba a la vista. Hay pocos ejemplares que sigan este modelo y generalmente corresponden a recrecimientos en altura o a arreglos de casas antiguas.
En Agurain (A) en una de las casas descritas de la Calle Mayor, hasta la base de la segunda altura, la fachada es de piedra de sillería, don- de donde aparece un saliente de madera sobre el que se apoya la estructura del armazón también de madera para soportar el tejado. El relleno de media asta de ladrillo macizo completa el cierre de esta segunda planta. El último cuerpo de la fachada es también de ladrillo revocado con cal. En otra casa, de labranza, las paredes de la fachada y de la trasera son de media asta de ladrillo macizo y las de los costados de piedra de mampostería hasta el tejado.
En Markinez (A) el ladrillo, combinado con capas intermedias de yeso y arena, formaba parte de las paredes laterales de casas antiguas.
En Barañain (N) antiguamente todas las casas estaban hechas de mampuestos pero como se fueron deteriorando, las reconstruyeron con ladrillo sobre una base de mampuestos originales. Casi todos los ladrillos empleados eran del mismo tamaño, de unos 40x20x5 cm, macizos y del tipo antiguo sin agujeros.
Dice Urabayen que el ladrillo es la forma más perfecta de utilizar la tierra como material de construcción. La dureza que adquiere en la cocción le presta una solidez y duración muy grandes, aunque también cierta fragilidad. Pero una vez hecho pared es tan fuerte como la piedra. Si a esto se une la facilidad de su manejo por tratarse de piezas regulares, pequeñas y de poco peso, hace que su uso se haya extendido notablemente<sup>6</supref>Leoncio URABAYEN. Con el transcurso del tiempo se ha convertido en el principal material de construcción a la hora de levantar tabiques tanto exteriores como interiores, dejándolo incluso a la vista''La casa navarra. Hasta tal punto ha llegado su importancia que4 Ibidem, ppDe arquitectura popular''. 109-110. 5 Ibidem, p. 79.6 IbidemMadrid: 1929, p. 117.[[Image:Picture.png]]construirlos colocaban dos adobes juntos, por sus lados más cortos</ref>.
Un elemento más, empleado en la construcción de muros, es el adobe, al que se ha recurrido en la zona más meridional del territorio estudiado, que es la de menor pluviosidad.
En Mélida (N) respecto al alzado de las casas, se pueden observar cuatro sistemas: toda la estructura de piedra; con el zócalo de piedra hasta una altura aproximada entre medio y un metro y el resto de adobe; el mismo sistema anterior pero con las esquinas reforzadas en todo su alzado mediante piedra; y todo de adobe.
[[File:2.136 Muro de adobe. Melida (N) 1997.JPG|center|450px|Muro de adobe. Mélida (N), 1997. Fuente: M.ª Luisa García, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Sangüesa (N) cuando la pared es de adobe, nunca arranca este material desde el suelo sino que lleva varias filas de piedra.
En Murchante (N) hasta la década de 1940 las paredes exteriores solían fabricarse con adobe o ''adoba'', al igual que los tabiques interiores de las casas más antiguas y humildes. Los muros de adobe eran gruesos pues alconstruirlos colocaban dos adobes juntos, por sus lados más cortos. En Añana (A) la mayoría de las casas de la villa tienen la misma estructura: un primer cuerpo de piedra y el resto en adobe, y también armazón de madera con piedra y yeso.
Las casas y cabañas que llevaban un cuerpo de adobe, tenían unas zapatas que descansaban sobre la mampostería en posición horizontal; sobre estas zapatas iban vertical u oblicuamente unos entrepiés, también de roble, y entre éstos se colocaban las piezas de adobe.
En Valtierra (N) el adobe, o ''adobas ''como se dice, se utilizó para las paredes durante la primera mitad del siglo XX. Después se fue imponiendo el ladrillo, sobre todo para las fachadas, y finalmente los bloques y vigas de hormigón para techos y paredes de corrales.
[[File:2.137 Fachada de ladrillo de la Calle Mayor. Valtierra (N) 2001.JPG|center|450px|Fachada de ladrillo de la Calle Mayor. Valtierra (N), 2001. Fuente: Daniel Miranda, Grupos Etniker Euskalerria.]]
Según Urabayen los adobes representan, después de las viviendas subterráneas, el modo más simple de obtener materiales de construcción empleando la tierra. Sólo hay que reducir ésta a barro y tomar unas porciones que se dejan secar al sol. Las propiedades de este material le hacen ser mirado como imperfecto, puesto que el agua lo disgrega. Pero en Navarra si bien es cierto que la zona del adobe se extiende por la de 350 a 450 milimetros de lluvia anual, la más seca, se encuentran viviendas construidas con este material en la zona de 700 a 750 milímetros, tal es el caso de Esquiroz, cerca de Pamplona. En este pueblo, la mayor parte de las casas eran de adobe en el segundo decenio del siglo XX y se veían algunas que contaban con más de un siglo de existencia y todavía se mantenían perfectamente.
Por otra parte es un buen aislante, más aún que la piedra o el ladrillo. Esa condición debería hacerlo estimable en la construcción, pero por el contrario era mirado con desprecio. Según este autor había en esta falta de estimación una especie de esnobismo, que nacía del hecho de verlo empleado por las clases humildes.
Se dice también que tan sólo sirve para pequeñas construcciones, pero el autor insiste en que lo vio empleado en viviendas tan gran- des grandes como las construidas con otros materiales<supref>7Leoncio URABAYEN. ''La casa navarra. De arquitectura popular''. Madrid: 1929, pp. 114 y 116.</supref>.
Otra forma de levantar paredes ha sido mediante tapial. Es otra forma de emplear la tierra por simple secado al sol.
En Murchante (N) para las paredes de los corrales o huertos se utilizaba el tapial formado por piedra y cascajo o lo que se denomina localmente ''tapas de tapeo'', es decir, una pared de tablillas separadas a escasos milímetros y cubiertas con arcilla y paja.
Según Urabayen el área de extensión de este material viene a coincidir más con la de las cuevas que con la del adobe. La transformación es aún menor en el tapial que en el adobe, pero el primero no es tan sólido como el segundo. Por eso se emplea siempre en las paredes encuadrado entre otros materiales resistentes, ladrillos generalmente<sup>8</supref>Leoncio URABAYEN. 7 Ibidem, pp''La casa navarra. 114 y 116De arquitectura popular''. 8 IbidemMadrid: 1929, pp. 116-117.incluyen seguidamente. Básicamente han consistido en la sustitución de los tablones originales por materiales más consistentes que cierran los huecos entre los pies derechos</ref>.
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