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Materiales de construccion

1654 bytes añadidos, 08:03 20 jun 2019
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Como se podrá observar por las descripciones que se recogen a continuación, estos materiales son un reflejo de los disponibles en el entorno inmediato. En este sentido esta parte de la casa no es una excepción.
Sin embargo, Urabayen, ya a finales del segundo decenio del siglo XX, advertía que la facilidad de las comunicaciones iba popularizando poco a poco el uso de otros materiales como el cemento y el acero, o el de los anteriores en zonas donde no era fácil disponer de ellos<ref>IbidemLeoncio URABAYEN. ''La casa navarra. De arquitectura popular''. Madrid: 1929, pp. 79-80.</ref>.
== Piedra. Hareharria, karehatxa ==
En euskera los muros exteriores han recibido las denominaciones de ''ormak ''en Busturia, Kortezubi (B) y Oñati (G), ''borma ''o ''mugaila ''en Valle de Roncal (N), ''murliak ''en Heleta (BN), ''murria ''en Urepele (BN) y Liginaga (Z), y ''paita ''en Gorriti (N); en Deba-Mutriku (G) todo cierre de pared recibía el nombre de ''ormia ''y las paredes de la casa ''etxe-paretia''. En Orozko (B) las paredes maestras que soportan el peso del edificio reciben el nombre de ''medilena''.
Según Urabayen éste es el material preferido por los habitantes de Navarra hasta el punto de que los demás pueden considerarse como complementarios, caso de los entramados, o como sustitutos forzosos: ladrillo, adobe, tapial y cuevas. Por ejemplo en las cuencas de los ríos Larraun y Leizaran, abundantes en bosques, apenas se ven entramados y hasta los pisos de los balcones son de losas. Y en los límites de la zona de la piedra y de la tierra, pueblos como Allo y Larraga (N), entre otros, pueden considerarse como de piedra. En cuanto a las cuevas, la carencia absoluta de las mismas en la zona de la piedra es otra prueba de lo mismo. Aún en la zona de pleno dominio de la tierra se recurre a la piedra siempre que sea posible, como en Villafranca (Ordizia) (G), donde se ven paredes construidas con relleno de canto rodado y mortero entre pilares de ladrillo. Es piedra que vale poco pero es la única de que pueden disponer y la aprovechan. Por lo tanto se puede afirmar que se ha tendido a dar a la vivienda la mayor solidez posible<ref>IbidemLeoncio URABAYEN. ''La casa navarra. De arquitectura popular''. Madrid: 1929, pp. 96 y 99.</ref>.
[[File:FIGURA2.png131 Muros exteriores construidos con piedra. Caserio Baraia Mañaria (B) 1970.JPG|center|RTENOTITLE_FIGURA600px|Muros exteriores construidos con piedra. Caserío Baraia, Mañaria (B), 1970. Fuente: Archivo particular Javier Perea.]]
En Abezia (A) las paredes exteriores o maestras solían ser de piedra caliza, que es la propia del lugar y tienen un grosor muy considerable con objeto de soportar el peso de toda la construcción. Por el contrario las que separan la cuadra y el pajar de la vivienda propiamente dicha son muchas veces de adobe. El uso de la piedra de sillería, de mayor tamaño y trabajada, se limitaba a los recercos de puertas y ventanas, y a los esquinales.
En Moreda (A) la fábrica de la fachada de las casas es muy variada: hay casas de sillería en su primer cuerpo y de mampostería con rejuntado rehundido en el segundo; mampostería concertada; sillarejo y ladrillo en la logia; mampostería con esquinales y recercos de huecos de sillería; sillería bien escuadrada; mampostería revestida con una fuerte carga de cal; sillería en esquinales; mampostería revocada y encalada; mampostería y ladrillo.
[[File:FIGURA2.png132 Casa de silleria. Moreda (A) 1999.jpg|center|RTENOTITLE_FIGURA600px|Casa de sillería. Moreda (A), 1999. Fuente: José Ángel Chasco, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Busturia (B) las paredes se levantan con ''errekarrijek ''(piedra de río, cantos rodados), arenisca y caliza. El empleo sistemático de la piedra caliza, ''karetxa'', es reciente según un informante albañil; sin embargo, podemos observar en caseríos construidos a mediados del siglo XIX el empleo mayoritario de la piedra caliza en la construcción de los muros. Estas piedras a veces se encuentran colocadas a hueso y revocadas posteriormente con mortero.
En Isaba, Urzainki y Uztárroz (Valle de Roncal-N) para la construcción se empleaba la piedra de río, siendo la labra de su cantería mejor o peor dependiendo del poder adquisitivo de la familia.
[[File:FIGURA2.png133 Casa de piedra en el barrio de Irigoien Uztarroz (Valle de Roncal-N) 2004.JPG|RTENOTITLE_FIGURAcenter|450px|Casa de piedra en el barrio de Irigoien, Uztarroz (Valle de Roncal-N), 2004. Fuente: Pablo Orduna, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Juslapeña (N) donde a mediados de los años veinte de la pasada centuria tomaron como ejemplo una casa del siglo XVIII (Juankotorena), el material empleado en los muros de la misma es de mampostería, excepto en las esquinas y encuadramientos de puertas y ventanas en que es de sillar, principalmente lo que en forma de pirámide abarca la puerta de medio punto y dos ventanas superiores, que le da un aspecto de solidez y ornamento a la fachada.
Un ejemplo típico lo constituyen determinadas calles del núcleo de algunas villas. Así encontramos en Agurain (A) casas con soportales sostenidos por columnas de madera con poyal de piedra o íntegramente de piedra que además de aligerar la construcción proporcionan protección frente al sol y la lluvia.
[[File:FIGURA2.png134 Casas con soportales. Agurain (A) principios del siglo XX.JPG|center|RTENOTITLE_FIGURA500px|Casas con soportales. Agurain (A), principios del siglo XX. Fuente: Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz: Foto Guinea.]]
En Markinez (A) había en la plaza del pueblo tres casas unidas por paredes de medianería de las que avanzaba al frente un cuerpo, que se sostenía sobre unos pilotes de roble, originando unos soportales.
En alguna población se puede constatar que la costumbre de cubrir los huecos entre los pies derechos de madera viene de antiguo. En Goizueta (N) el ladrillo es un material utilizado desde hace mucho tiempo, así se puede ver en algunos entramados que datan del siglo XVI. En los mismos también se utilizó escoria; como hubo tantas ferrerías en esta población, no resulta raro que la misma, ''zepa'', se aprovechase con esta finalidad.
[[File:FIGURA2.png135 Caserio Munekogoikoa con cerramiento de madera. Barrio Urigoiti (Orozko-B) 1994.JPG|center|RTENOTITLE_FIGURA600px|Caserío Munekogoikoa con cerramiento de madera. Barrio Urigoiti (Orozko-B), 1994. Fuente: Edurne Romarate, Grupos Etniker Euskalerria.]]
Con el transcurso del tiempo el uso de la madera como cerramiento ha quedado reducido a las construcciones complementarias.
Como la tierra en forma de materiales de construcción se diferencia poco en su color del suelo (el ladrillo de la ribera de Navarra es blanquecino), los pueblos parecen confundirse con él. Es el caso de Caparroso, Cárcar, Lerín, Lodosa y Sesma.
La construcción con tierra parece contradecir en cierto modo la ley de la solidez, pero sólo en parte. Lo que sí es cierto es que este material, si se exceptúa el uso del ladrillo, era empleado exclusivamente para la construcción de las viviendas más humildes<ref>IbidemLeoncio URABAYEN. ''La casa navarra. De arquitectura popular''. Madrid: 1929, pp. 109-110.</ref>.
Como ya ha quedado reflejado, el ladrillo es otro elemento frecuente en las paredes exteriores de las casas.
Según Urabayen la tierra cocida formando ladrillo se utiliza preferentemente al sur de Navarra<ref>IbidemLeoncio URABAYEN. ''La casa navarra. De arquitectura popular''. Madrid: 1929, p. 79.</ref>. Sin embargo este material no ha sido exclusivo del territorio en el que la tierra ha resultado tan importante o más que la piedra, sino también de la zona septentrional. Conviene tener en cuenta que las tejeras fueron comunes en estas zonas y que además de tejas elaboraban ladrillos. Éstos, al igual que la madera, permitían aligerar el peso de los muros exteriores.
En Berganzo (A) los muros podían ser de mampostería, de sillería y de ladrillo, en este caso localizado en las zonas más altas de la casa.
En Barañain (N) antiguamente todas las casas estaban hechas de mampuestos pero como se fueron deteriorando, las reconstruyeron con ladrillo sobre una base de mampuestos originales. Casi todos los ladrillos empleados eran del mismo tamaño, de unos 40x20x5 cm, macizos y del tipo antiguo sin agujeros.
Dice Urabayen que el ladrillo es la forma más perfecta de utilizar la tierra como material de construcción. La dureza que adquiere en la cocción le presta una solidez y duración muy grandes, aunque también cierta fragilidad. Pero una vez hecho pared es tan fuerte como la piedra. Si a esto se une la facilidad de su manejo por tratarse de piezas regulares, pequeñas y de poco peso, hace que su uso se haya extendido notablemente<ref>IbidemLeoncio URABAYEN. ''La casa navarra. De arquitectura popular''. Madrid: 1929, p. 117.</ref>.
Con el transcurso del tiempo se ha convertido en el principal material de construcción a la hora de levantar tabiques tanto exteriores como interiores, dejándolo incluso a la vista. Hasta tal punto ha llegado su importancia que hablar de ladrillo es sinónimo de hacerlo de actividad inmobiliaria.
En Mélida (N) respecto al alzado de las casas, se pueden observar cuatro sistemas: toda la estructura de piedra; con el zócalo de piedra hasta una altura aproximada entre medio y un metro y el resto de adobe; el mismo sistema anterior pero con las esquinas reforzadas en todo su alzado mediante piedra; y todo de adobe.
[[File:FIGURA2.png136 Muro de adobe. Melida (N) 1997.JPG|center|450px|RTENOTITLE_FIGURAMuro de adobe. Mélida (N), 1997. Fuente: M.ª Luisa García, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Sangüesa (N) cuando la pared es de adobe, nunca arranca este material desde el suelo sino que lleva varias filas de piedra.
En Valtierra (N) el adobe, o ''adobas ''como se dice, se utilizó para las paredes durante la primera mitad del siglo XX. Después se fue imponiendo el ladrillo, sobre todo para las fachadas, y finalmente los bloques y vigas de hormigón para techos y paredes de corrales.
[[File:FIGURA2.png137 Fachada de ladrillo de la Calle Mayor. Valtierra (N) 2001.JPG|center|RTENOTITLE_FIGURA450px|Fachada de ladrillo de la Calle Mayor. Valtierra (N), 2001. Fuente: Daniel Miranda, Grupos Etniker Euskalerria.]]
Según Urabayen los adobes representan, después de las viviendas subterráneas, el modo más simple de obtener materiales de construcción empleando la tierra. Sólo hay que reducir ésta a barro y tomar unas porciones que se dejan secar al sol. Las propiedades de este material le hacen ser mirado como imperfecto, puesto que el agua lo disgrega. Pero en Navarra si bien es cierto que la zona del adobe se extiende por la de 350 a 450 milimetros de lluvia anual, la más seca, se encuentran viviendas construidas con este material en la zona de 700 a 750 milímetros, tal es el caso de Esquiroz, cerca de Pamplona. En este pueblo, la mayor parte de las casas eran de adobe en el segundo decenio del siglo XX y se veían algunas que contaban con más de un siglo de existencia y todavía se mantenían perfectamente.
Por otra parte es un buen aislante, más aún que la piedra o el ladrillo. Esa condición debería hacerlo estimable en la construcción, pero por el contrario era mirado con desprecio. Según este autor había en esta falta de estimación una especie de esnobismo, que nacía del hecho de verlo empleado por las clases humildes.
Se dice también que tan sólo sirve para pequeñas construcciones, pero el autor insiste en que lo vio empleado en viviendas tan grandes como las construidas con otros materiales<ref>IbidemLeoncio URABAYEN. ''La casa navarra. De arquitectura popular''. Madrid: 1929, pp. 114 y 116.</ref>.
Otra forma de levantar paredes ha sido mediante tapial. Es otra forma de emplear la tierra por simple secado al sol.
En Murchante (N) para las paredes de los corrales o huertos se utilizaba el tapial formado por piedra y cascajo o lo que se denomina localmente ''tapas de tapeo'', es decir, una pared de tablillas separadas a escasos milímetros y cubiertas con arcilla y paja.
Según Urabayen el área de extensión de este material viene a coincidir más con la de las cuevas que con la del adobe. La transformación es aún menor en el tapial que en el adobe, pero el primero no es tan sólido como el segundo. Por eso se emplea siempre en las paredes encuadrado entre otros materiales resistentes, ladrillos generalmente<ref>IbidemLeoncio URABAYEN. ''La casa navarra. De arquitectura popular''. Madrid: 1929, pp. 116-117.</ref>.
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