Cambios

Materiales de la cubierta

9816 bytes añadidos, 08:54 20 abr 2017
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*Viguería de madera 89,7%
*Viguería de hormigón armado 10,3% 
En Astigarraga (G) la estructura o armadura de la cubierta es de madera en las casas más tradicionales y de hormigón en las más modernas.
A lo largo de ese apartado se apreciará la preocupación por disponer adecuadamente estos materiales de cobertura y asegurarse que no sean arrancados por el viento. Hay un dicho en euskera roncalés referente a la importancia de cuidar la cobertura del hogar: ''“Kasu egiten ez dionak etaxur bati, eginen du etse guziuari”'' (Quien no hace caso de una gotera se lo hará a toda la casa); en Uztárroz aún se sigue diciendo en castellano que “El que no acude a la gotera, acude a la casa entera”.
 
== El origen de las tejas ==
 
En tiempos pasados la teja curva procedía de tejeras de la propia localidad o del entorno más cercano. Esta situación estuvo generalizada y la ubicación de las mismas ha solido dejar recuerdo en la toponimia.
 
Así se ha constatado en Abezia, Agurain, Añana, Berganzo, Lagrán, Markinez, Moreda, Valdegovía, Valle de Zuia (A); AmorebietaEtxano, Bedarona, Busturia, Zeanuri (B); Elosua (G); Améscoa, Ezkurra, Goizueta, Izal, Viana (N). En Lagrán (A) perduró hasta 1910 aproximadamente.
 
En Pipaón (A) en 1931 en la tejera de Bajauri se vendían las tejas a 11 pesetas el ciento, es decir, a 11 céntimos la unidad. En Peñacerrada (A) también había tejera pero se consideraba que el producto que fabricaban era de peor calidad por lo que acudían a Bajauri a pesar de que el camino era peor y más largo. Lo que sí hacían era vender gavillas de bojes, a 10 céntimos la gavilla, a los tejeros de Peñacerrada.
 
En Beasain (G) las tejas eran comúnmente compradas en el caserío más cercano que las fabricara, ''Tellerie''. Los cuatro caseríos de Oto, en el barrio de Matxinbenta, se surtían de tejas del barrio de Itxaso, de donde se las traían a cambio de la piedra caliza que existe en una cantera de Oto-goena y que los de Itxaso precisaban para la elaboración de cal.
 
En Artajona (N) en las tejerías se hacían unas cargas de teja por el mes de mayo, considerado como el más sano del año. Algunos ancianos recuerdan el siguiente refrán: “La del tejero: sol y aire; agua no”. La teja del pueblo se consideraba muy buena; actualmente se trae de Tafalla.
 
En Sangüesa (N) la localidad estuvo siempre bien provista de ladrillo y teja fabricados desde siglos y hasta el XIX en la tejería municipal situada junto al río Onsella. Después un particular construyó una cerámica industrial a la salida de la localidad, cerrada hace escasas décadas. También en Urzainki (Valle de Roncal-N) hubo antaño una tejería municipal.
 
En el Valle de Carranza (B) a partir del segundo tercio del siglo XX las tejas se introdujeron desde tejerías ubicadas en núcleos vecinos pero hasta entonces se fabricaban en las numerosas existentes en este Valle. Eran de carácter municipal y hasta aproximadamente los años veinte su explotación se adjudicaba mediante subasta pública. Por la calidad de su arcilla se consideraban como mejores tejas las procedentes de la tejería del barrio de Cezura, si bien en esos años se encontraban en funcionamiento otras ubicadas en Presa, las Torcachas, Aldeacueva y Pando. Con posterioridad, durante los años treinta, se mantuvo en activo la de Ambasaguas.
 
En Portugalete (B) donde la teja más empleada era la plana, mucha se traía desde Bilbao. También hubo una tejera detrás de la Casa de los Egusquiza cuyo ''pozo'', cantera, fue rellenado con ''basuras'', escombros, del ayuntamiento. Había otra en Cabieces. Las tejas planas llevan impresas al dorso la firma del fabricante y el lugar de fabricación y todas ellas proceden de Bilbao y Berango. En tiempos más recientes la procedencia del material de cerámica para las cubiertas es diversa, proviene de La Rioja, Tarragona, Ávila, Navarra, etc.
 
En Mélida (N) se recurría a la teja que se compraba en la localidad, pero que la traían desde Rincón de Soto, Alfaro (La Rioja) o Tafalla (N). Antiguamente se elaboraba en la misma población y de hecho aún quedan restos de un horno en el paraje de La Tejería; sin embargo, ningún informante tiene recuerdo de su fabricación local. En Elorz (N) se utilizaban tejas que las traían de la tejería de Pamplona. En Allo (N) se adquirían en las de Estella y Arróniz (N).
 
Cuando las tejas se elaboraban artesanalmente, algunas eran firmadas por los propios tejeros y otras adornadas. En Lezaun (N) a veces decoraban alguna, pero hoy en día los informantes ignoran el significado de esos dibujos; también se conocen con el borde adornado a modo de dientes de sierra.
 
En esta misma población navarra respecto a la teja elaborada a mano, se bromea diciendo que los antiguos tejeros en vez de moldes para dar forma a las pelladas de arcilla, utilizaban el cuerpo. Así se dice que para hacer las tejas normales utilizaban el muslo y según el tamaño del tejero se obtenían tejas de mayor o menor tamaño. Para las del gallur se utilizaba la barriga y por eso, si se mira con atención, en algunas aún se puede ver la marca dejada por el ombligo.
 
== La teja curva, teila bizkarduna ==
 
Como ya hemos indicado, el material más frecuente ha sido la teja, elaborada con arcilla cocida, y dentro de la misma la denominada árabe, es decir, la curva y con forma troncocónica. Así se ha constatado en Abezia, Agurain, Añana, Berganzo, Lagrán, Ribera Alta, Valle de Zuia (A); Amorebieta-Etxano, Andraka, Bermeo, Gorozika, Valle de Carranza, Zeanuri (B); Astigarraga, Berastegi, Elosua, Telleriarte (G); Améscoa, Artajona, Lezaun, Obanos, Sangüesa, Viana (N) y Baigorri (BN).
 
Como ya se ha indicado en el apartado anterior éste ha sido el tipo de teja que se fabricaba en las tejeras locales.
 
En cuanto a la colocación de las mismas lo habitual ha sido disponerlas sobre la ''chilla'' o ''chila'' sin ningún tipo de masa (Berganzo-A).
 
En Apodaca (A) se coloca la teja comenzando por el alero vertiente. Se ponen en primer lugar los canales de tal modo que la teja del extremo sobresalga un poco de la madera para que así no se humedezca ésta y se pudra. Se comienza colocando las que forman cada canal de tal modo que la parte más estrecha quede hacia abajo y unas tejas monten sobre otras. Después se colocan las hileras que forman las tapas, en esta ocasión de tal modo que la parte más ancha quede hacia abajo. En el ''gallur'' se cierran los dos tejados con tejas más anchas llamadas ''canalones''. Por último se ponen losas encima de las tapas en el "gallur" y por todos los aleros para que así el viento no las mueva. Hoy se utiliza con esta finalidad el cemento.
 
En Berastegi (G) sobre el ''laterío'' se disponen hileras de tejas boca arriba, formando canales y sobre éstas se posan otras boca abajo que ocultan el ''maderío''. En Lezaun (N) a la que se ponía para formar el canal se le llamaba ''bajera'' y a la que se colocaba encima ''encimera'' o ''cumbrera''. Ambas eran iguales con la salvedad de que para las cumbreras se utilizaban todas las medias tejas y trozos aprovechables. El ''gallur'' o caballete tenía unas ''cumbreras'' más anchas, específicas para esta zona del tejado, que recibían el nombre de ''tejas de gallur''. Algunas alcanzaban hasta 30 cm en su parte más ancha.
 
En Sangüesa (N) las tejas curvas se asentaban antaño con barro, excepto las de las filas más exteriores que se calzaban con argamasa.<br/> En las últimas filas del tejado y en la cúspide, haciendo de divisoria, se colocaban los tejones o tejas de mayor tamaño.
 
En Elosua (G) antes de colocar la teja se disponía una capa de tepes, ''zotalak'', debajo de la misma.
 
Ha sido habitual para evitar que el viento arrancase las tejas o que se deslizasen y cayesen, colocar sobre las mismas piedras (LagránA, Artajona-N), a menudo planas para que asentasen mejor (Abezia-A). En Orozko (B) se recurría a las piedras de río. Los lugares más apropiados para disponerlas han sido las filas exteriores de la cubierta (Amorebieta-Etxano, Orozko-B; Mélida, San Martín de Unx, Sangüesa-N), así en Zerain (G) una hilera de piedras bordea todo el tejado, además de las aristas (Bajauri, Obécuri, Urturi-A).
 
En Lezaun (N) para evitar que el viento se llevara las primeras tejas de los aleros también se sujetaban con piedras. Cada una ''cazaba'' o apoyaba en dos cumbreras por lo que se escogían piedras aplanadas. En el ''gallur'' se ponían igualmente para protegerlo del viento y se disponían sujetando las ''cumbreras'' y las ''tejas del gallur''.
 
En Osinaga, Valle de Juslapeña (N), la techumbre se sujeta en los bordes y ejes con hileras de piedras, principalmente por los lados oeste y sur, que es donde más azotan los vientos. En Mirafuentes (N) en cambio es en la vertiente norte de algunos tejados donde pueden verse todavía piedras empleadas para sujetar las tejas del empuje del viento.
 
En Agurain (A) para sujetar las tejas del vuelo y la encimera del "gallur" se colocan losas delgadas de una cantera concreta que tiene la característica de dar una piedra que no es heladiza. Además de colocar piedras en los extremos del tejado también se han sujetado algunas hileras de tejas con argamasa o cemento (Elgoibar-G; Allo, Obanos-N). En Aoiz (N) esto último lo hacían los que contaban con más recursos económicos.
 
En Andoain (G) se ponían piedras en todo el borde, ertza, lo mismo que en el caballete, gallurra. Ya a mediados del segundo decenio del siglo XX algunos preferían sujetarlas con mortero o cemento.
 
En Zeanuri (B) el uso del cemento con este fin se inició en los años setenta y lo habitual era que de cada diez filas de tejas una se sujetase con hormigón. En el Valle de Carranza (B) se hacía lo mismo pero cada menos filas y además se sujetaban por este procedimiento las del alero y las de la cumbre. Cuentan aquí que a la larga este sistema daba problemas ya que el cemento se desintegraba y el viento, cuando movía las tejas, podía arrancar varias a la vez al estar unidas entre sí.
 
En Artajona (N), en vertientes convergentes en ángulo, antes de poner la teja se colocaba un canal de zinc llamado aquilón. En él se recogía el agua para ser vertida al canal exterior.
 
En Zerain (G) reconocen que al estar cubiertos los tejados por tejas curvas de formas muy diferentes, resultan difíciles las reparaciones al no encontrar otras con esas medidas. En general son más anchas, más cortas y de canal menos profundo que las actuales.
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