Medicinas vermífugas

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Ajos

En Agurain, Apodaca, Berganzo, Ribera Alta (A); Amorebieta-Etxano, Busturia, Durango, Muskiz, Nabarniz (B); Arrasate, Hondarribia, Telleriarte (G) y Arberatze-Zilhekoa (BN) el mejor remedio para curar las lombrices, bizioak, es comer durante varios días ajos crudos, según algunos en ayunas; a los muchachos a veces se los picaban en la comida. En Izurdiaga (N) se tomaban ajos hervidos para asustar a las lombrices ya que, según decían, cuando éstas subían a la mañana hacia la garganta se ahogaban por el olor a ajo y no tenían más remedio que bajar y salir del cuerpo. En Amézaga de Zuya y Obecuri (A) se tomaban ajos crudos o cocidos; en Mendiola (A) crudos o asados; en Berganzo asados. En Carranza (B) se recomendaba comer ajos fritos y si el niño era capaz de soportarlo, mejor crudos y en Abadiano (B) ajos crudos o caldo hecho con ellos. El tomar caldo de ajos se ha constatado también en Ataun (G).

En Amorebieta-Etxano, Bedarona, Carranza, Gorozika, Nabarniz (B); Berastegi, Elosua (G); Améscoa y Arraioz (N) se majaban bien en un almirez cuatro o cinco dientes de ajo y se vertía la masa en un recipiente con agua. Se dejaba la mezcla al sereno durante la noche y al día siguiente se bebía ese preparado o berakatz-ura. Decían que era un buen remedio contra las lombrices. Una informante carranzana recuerda que antaño en su casa se hacía lo propio con apio plantado en la huerta doméstica o con ajos mezclados con apio, que había que beber en ayunas durante tres jornadas consecutivas, después de lo cual no se debía almorzar hasta haber transcurrido media hora.

En Carranza (B) se ha recogido otro remedio similar que consistía en echar tres o cuatro dientes de ajo en un vaso de agua que se dejaba igualmente en la ventana al sereno de la noche; al día siguiente por la mañana se retiraban los ajos y se daba a beber el agua al niño afectado. En Elgoibar (G) el remedio utilizado y su preparación eran similares pero a los ajos añadían coñac y agua. En Amézaga de Zuya (A), Bidegoian y Telleriarte (G) se cocían ajos en agua y se bebía ese líquido, y en Arrasate (G) agua de cebolla que hubiera estado en maceración. En Orozko (B), Zerain (G), Aoiz, Bera[1] y Goizueta (N) se cocían ajos en leche, se azucaraba y se les daba a los niños en ayunas. En Obanos (N) antiguamente incluso la propia leche se ha considerado buena como vermífuga. En Azkaine (L), según se recogió en los años treinta, se daba a beber una mezcla de agua de ajos y de aceite; en Vasconia continental una mezcla de aceite, ajo machacado y agua[2] y en Sangüesa (N) el preparado era de aceite, leche y bicarbonato.

En Amézaga de Zuya y Apellániz (A) se tomaba pan con ajos untados en aceite; en Améscoa (N) pan tostado con ajos y anís; en Amézaga de Zuya sopas de ajo y en Bajauri (A) dicen que los niños que comían sopas de ajo no tenían lombrices. En Agurain (A) se ponía al sereno una copa de aguardiente con un grano de ajo (Allium sativum) y se tomaba en ayunas.

En Arrasate (G) se ha usado como vermífugo la nuez. En Olaeta (A), según recogió Azkue a comienzos del s. XX, las lombrices se mataban con agua de pericarpios de nuez, para lo cual introducían éstos en una botella cuando estaban muy verdes[3].

En Astigarraga (G) se ha utilizado la planta llamada muetea o muitea (mugita), también conocida como errosario-belarra, que en sus raíces tiene unas pequeñas bolas blancas. Lo que se aprovecha es la rama que se machaca y se bebe el jugo resultante.

En Ataun (G) se freía ajo en aceite y cuando se enfriaba se frotaba al enfermo el vientre con dicho aceite. También se hacía una cocción con ajo machacado, ezpata, mirua, romero, laurel y San Joan lorak, y cuando el líquido se enfriaba se bañaban los pies con él y después se frotaban con las hierbas cocidas. Había quienes con el agua de la decocción caliente hacían vahos, tapándose por encima. En Lemoiz y Orozko (B) se untaba el ano con ajos, lo que favorecía que salieran.

En Vasconia continental se recogió de un viejo marino de Sokoa (L) una fórmula similar. Se machacaba ajo y se freía; se frotaba con ello las sienes al niño y tras hacerle respirar se le daba a comer mezclado con un huevo. Era muy importante sobre todo no darle leche[4].

Brebajes

En Olaeta (A), según recogió Azkue a comienzos del s. XX, las lombrices se morían bebiendo licor donde se hubieran macerado ciruelas[5]. En Amézaga de Zuya (A) para acabar con ellas se tomaba en ayunas orujo, aguardiente o cualquier bebida fuerte con pan; en Ribera Alta (A) únicamente pan pero quemado o muy tostado. En Apodaca (A) a los mayores se les daba pan mojado en aguardiente, en Lagrán (A) a los niños y en Berganzo (A) tomaban cazalla. En Arraioz (N) y Lemoiz (B) se bebía anís pues como dicen en esta última localidad “mataba las lombrices”; en Aoiz (N) daban de beber al niño en ayunas anís con azúcar. También en Eugi (N) en tiempos pasados se ha usado como vermífugo el aguardiente o el anís. En Oñati (G) decían que era bueno tomar café con un poco de coñac. En Arberatze-Zilhekoa (BN) se tomaba un preparado doméstico hecho con una planta macerada en aguardiente que, según una informante, había que elaborar cuando se producían los cambios de luna.

En Carranza (B) algunos informantes conocen el uso de un eléboro que denominan llavera y, al que no tiene flor, le atribuyen la virtud de ser muy efectivo contra las lombrices. Su empleo encerraba peligro y la dosis se calculaba machacando la planta envuelta en un paño y después, estrujándolo, se apuraban tres gotas en un vaso con agua. Se tomaba en ayunas durante varios días, hasta que las lombrices que acompañaban las heces saliesen muertas. También en Bedarona (B) se ha considerado muy eficaz la utilización del eléboro denominado otso-babea, planta que se machacaba para extraer unas gotas que se tomaban con agua en ayunas.

En Lekunberri (N), hasta los años cincuenta, se tomaba mucho el agua resultante de cocer kearrak u hollín porque, según los informantes, las lombrices, zizareak, “con el hollín se van”. En Améscoa (N) y Bajauri (A) también se ha consignado que se bebía agua con hollín de la chimenea y en Sangüesa (N) precisan que el agua con hollín hay que tomarla durante nueve días. En Carranza (B) se ha recogido que se rascaba hollín de la chimenea y se vertía en un recipiente con agua. Se dejaba al sereno durante la noche y a la mañana siguiente para ingerirlo se colaba como si fuese café. Se tomaba durante dos o tres días. En Beasain (G) dicen que para eliminar las lombrices hay que beber mucha agua.

En Nabarniz (B), Izal y Tiebas (N) se eliminaban las lombrices con aceite de oliva tomado en ayunas. En Astigarraga (G) un remedio que aún hoy día se utiliza con los niños consiste en hacer la mezcla de una cucharada de aceite de oliva, con otra de anís y una tercera de zumo de limón y tomarla en ayunas en tres mañanas seguidas. Hay que repetir la toma al de un tiempo porque sólo con una tanda no es un remedio definitivo. En Arrasate (G) se recurría a un purgante, el aceite de ricino.

En Bidegoian (G) y Lekunberri (N) se ha constatado que hasta las personas mayores ingerían vinagre para ahogar las lombrices; en Ribera Alta (A) se bebía una cucharada de vinagre en ayunas durante tres días seguidos; en Orozko y Muskiz (B) se tomaba medio vaso de vinagre puro con azúcar y en Hondarribia (G) se bebía en ayunas una cucharada de sal y vinagre.

Infusiones

En Amézaga de Zuya, Obecuri, Apellániz (A) y Ataun (G) se tomaba la cocción de la agalla o bedegar que se forma en el carracachul, cernacul o tapaculo, que con todos estos nombres se conoce al rosal silvestre (Rosa canina); en Ataun al arbusto le llaman arkasatsa. Dentro de la excrecencia se forma un gusano que es al que se le atribuye la virtud curativa. En Aoiz (N) se extraían los gusanos que viven en los nudos de la planta del tapaculos o escaramujo y se cocían en agua, que después de filtrarla se bebía; en el Valle de Erro (N) dicen que las lombrices de los niños se atajaban dándoles a tragar otro tipo de lombrices que se criaban en los rosales silvestres. El cáliz de estos rosales cuando pierden la flor contiene unos pequeños gusanos que se administraban a los niños con un poco de azúcar para que no les diera asco y así se acababa con las lombrices. En Izurdiaga y Viana (N) se consideraba vermífuga la infusión hecha con semillas de cerraculo, el fruto del rosal silvestre, que en Mendiola (A) se tomaban disueltas en leche en ayunas.

Rosal silvestre, baso-larrosa. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.

Las yerbas que se utilizan para preparar infusiones que eliminan las lombrices son conocidas en numerosas localidades vascoparlantes con el nombre de zizara-belarrak o bizio-bedarrak (= yerbas de lombrices).

En Ataun, Bidegoian, Hondarribia, Telleriarte y Zerain (G) como vermífuga se empleaba la infusión de txitxara-belarra, ruda, planta que se recogía en verano y se secaba a la sombra. En Zerain anotan que no hay que ingerirla en exceso; para los niños es suficiente una taza pequeña mientras que la dosis de los mayores alcanza la misma ración pero durante tres días seguidos, también en ayunas. En Hondarribia dicen que la infusión de hojas de ruda (Ruta chalepensis) es lo mejor contra toda clase de parásitos intestinales. Huele muy mal pero no es tan desagradable al gusto, aunque hay que dosificarla pues es venenosa.

En Arraioz (N) para expulsar las lombrices recomiendan tomar infusión de zizeri-belarra, helecho hembra y en Obecuri (A) de raíz de helecho. En Amorebieta y Abadiano (B) era usual la infusión de bizio-bedarrak (Tanacetum vulgare). En Sara y Azkaine (L) tisana hecha con yerba conocida como xixari-belarra (abrótano[6]) y en Liginaga (Z) tisana de üzeña (abrótano) que también se llama xixara-belarra. En Amorebieta-Etxano (B) infusión de hojas de abrótano, en ayunas por la mañana; si el niño está muy cargado de lombrices, se le daba tres veces al día. Había que hervir bien el agua y mejor si se cocía dos veces. En Arrasate (G) se tomaba boskotxa, abrótano macho, machacado en crudo y también en ayunas en infusión, tras hervirlo durante cinco minutos. En Agurain (A), con la misma finalidad de expulsar las lombrices, se hacían vahos de ruda (Ruta montana) y de romero (Rosmarinus officinalis).

Romero, erromeroa. Fuente: Archivo particular Familia de Iñaki Zorrakin Altube.

En Apodaca, Bernedo (A); Beasain, Zerain (G); San Martín de Unx (N) y Sara (L) se considera vermífuga la infusión de hierbabuena o menta, menda fiña, tomada en ayunas; en Urturi (A) y Beasain (G) la cocían con leche. Algunos informantes de Zerain señalan que la infusión de menda fiña es particularmente eficaz para eliminar las lombrices rojas, ardo-xixareak. En Bidegoian (G) se tomaba infusión de menda-beltza, menta fina. En Zeanuri (B), a comienzos del s. XX, contra las lombrices se utilizaban patana (yerba de menta) y ario emea (artemisa hembra)[7]. También en Bizkaia en general, para matar lombrices, según se recogió en los años treinta, se tomaba infusión de la yerba llamada arioa, artemisa[8].

En Sara (L) y Liginaga (Z) como medicina vermífuga se tomaba tisana de ajenjo o absenta, que en Donoztiri (BN) se llama azentzia y en Arberatze-Zilhekoa (BN) axintxoa. En Vasconia continental en general se ha constatado la ingestión de la infusión de ajenjo, absinthe, y también tisana de hojas de melocotonero[9].

En Astigarraga (G) para cortar con las lombrices se comían las pepitas de la calabaza (Cucurbita pepo) o se bebía el agua donde hubieran reposado las pepitas. También en Ribera Alta (A), Arrasate (G), Amorebieta-Etxano, Durango y Orozko (B) se ha constatado la utilización de simientes secas de calabaza (y melón, Durango), que en esta última localidad preparaban quitándoles la cáscara, aplastando la simiente en el mortero para hervirlas luego en leche y tomarlas. Algunos informantes de Orozko indican lo contrario, que creían que la ingestión de simientes de calabaza era la que producía las lombrices.

Calabaza. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.

En Garagarza (G), según se recogió en los años setenta, se tomaba en ayunas una taza de decocción de hojas de nogal, intxaur orriak[10].

En Arrasate (G) se tomaba infusión hecha con corteza de acebo, korostia. La dosis era de dos tazas diarias, por la mañana en ayunas y al acostarse. En esta localidad también se cocía mugita, grama tuberculosa, y su agua se tomaba varias veces al día.

En Astigarraga (G) se ha recogido que, en ocasiones, la diarrea podía estar causada por las lombrices que no dejaban hacer bien la digestión y entonces como remedio se tomaba infusión de la planta llamada plantina bedarra. Contra las lombrices se ha tomado también infusión de lipu-belarra.

En Elosua y Zerain (G) contra las lombrices era bueno beber de vez en cuando el agua de la cocción de la planta llamada peatza-bedarra, tártago (Euphorbia lathyris). En Elosua se cocían las hojas de la manzanilla blanca pequeña, se le agregaba azúcar y bastaba con tomarla durante dos días para eliminar las lombrices. En Elgoibar (G) preparaban infusiones con las barbas del maíz, arto-bizarra. En Ataun (G) se tomaba el agua de la decocción de la planta llamada azkizaña y también de la conocida como bostorri-belarra, cincoenrama. En Apodaca (A) se ingerían infusiones de tomillo que se traía de fuera; en Muskiz (B), de poleo. En Apellániz (A) decían que las lombrices de los niños se quitaban bebiendo infusión de la yerba llamada siete sangrías (centaurea menor).

En Oñati (G) se tomaba agua cocida con laurel. En Garagarza (G), según se recogió en los años setenta, contra las lombrices se cocía leche con laurel, elauntza, y azúcar, se ponía todo ello en una palangana y se tomaban baños de asiento.

Peatza-belarra, tártago. Fuente: Dioscórides. Pedacio Dioscórides Anazarbeo, acerca de la materia medicinal y de los venenos mortíferos: edición de 1566. Madrid: Fundación de Ciencias de la Salud, 1999.

Emplastos

La mayor parte de los emplastos utilizados tienen al vinagre como componente.

En Astigarraga (G) se ha constatado que las lombrices tienden a subir desde el vientre o estómago donde están alojadas hacia la garganta y el vinagre las hace bajar. Basta con olerlo, frotarse con él o tomarlo. Por eso, uno de los remedios consignados consistía en poner un pañuelo empapado en vinagre bajo la nariz y aspirar su olor, también se podía beber un trago de vinagre. Cuando rechinaban los dientes de noche a causa de las lombrices, se hacía una mezcla de ajos machacados con vinagre que se ponían dentro de un paño con el que se frotaban el esternón y las junturas de los brazos, por este procedimiento se trataba de poner el vinagre en contacto con las venas para lo cual otras veces el trapo con vinagre se ataba a las muñecas.

Otro remedio registrado en esta misma localidad guipuzcoana consistía en cortar puerros, aplastarlos y ponerlos en un trapo mojándolo con abundante vinagre, al tiempo que se mojaban con vinagre las muñecas y las sienes. En Bidegoian (G) aplicaban un remedio similar con ajos. Se picaban unos cuantos ajos, se ponían entre dos paños que se colocaban en el ombligo o en el pulso de la muñeca pues se decía que de esta forma se ahuyentaba a las lombrices. En Azkaine (L), según se recogió en los años treinta del s. XX, se decía que era bueno ponerse sobre el ombligo, txilkoa, manzanilla caliente cocida en agua y alcohol. En Zerain (G) se machacaban varios ajos con el puño, se colocaban sobre el pulso de la muñeca y se tenían así sujetos durante unas horas. Además, según algunos informantes, había que tomar al mismo tiempo agua donde se hubieran cocido ajos.

En Trapagaran (B) se asaban dos cebollas rojas viejas y cuando estaban hechas se abrían por la mitad y se ponían en un trapo empapado de vino que se colocaba sobre la espalda del enfermo. Con el emplasto debía estar el afectado tres jornadas y al segundo día solía empezar a expulsar las lombrices. Mientras tanto tenía que procurar dormir bien y a ratos había que darle leche porque revuelve las lombrices, y proporcionarle sopa de ajo, sopacha, cuando le apeteciera.

En Berastegi (G) se mojaba un trapo en vinagre, se colocaba sobre la frente del niño afectado y se lograba que las lombrices subieran hasta la garganta. Entonces una persona adulta, la madre generalmente, con una pinza extraía las lombrices de la garganta.

En Zerain (G) para eliminar las lombrices se elaboraba un emplasto hecho con romero, manzanilla y ruda pasados en la sartén con un poco de aceite. Se envolvía en un paño que había que tenerlo puesto sobre el vientre durante la noche. En Ataun (G) el emplasto se hacía con la planta llamada txixara-belarra, aceite frito y miga de pan y en Vasconia continental con agua, aguardiente y manzanilla[11].

Según recogió Barriola en los años cincuenta, el saber popular daba gran crédito como vermífugo a los arenques curados, sardiñzarrak, que prestan una acción eficaz coadyuvante[12].

Lavativas

En Moreda y Vitoria (A) un método utilizado para combatir las lombrices ha sido poner a quien las padecía lavativas o irrigaciones con agua hervida mezclada con hollín; en Durango, Nabarniz (B) y Berastegi (G) de agua hervida templada y también se ha recomendado tomar baños de ano con agua muy caliente, en otro tiempo en una palangana y después en el bidé.

En Pipaón (A) se cocían en un litro de agua siete cabezas de ajo, cuando hubiera mermado más de la mitad, se colaba y cuando el agua estaba templada se ponía la irrigación. Se hacía esto durante tres días consecutivos y a los nueve se repetía, eliminándose así las lombrices.

En Astigarraga (G) para las lombrices pequeñas y difíciles de quitar se cocían dos o tres dientes de ajo en leche que debía hervir y con esa agua se aplicaba una lavativa al afectado. Algunos informantes de la localidad discrepan de este remedio porque aseguran que la leche no es buena para las lombrices, les beneficia más que perjudicarles. En San Martín de Unx (N) se aplicaban serviciales de leche cruda o de agua de ajo, estas últimas se preparaban con agua en la que se dejaba remojar durante una noche una cabeza de ajo majada. En Ataun (G) se cocían ajos en leche y el líquido se bebía tras azucararlo. Luego se aplicaba al enfermo una lavativa de agua cocida con ajos, a la que algunos agregaban manzanilla y seis gotas de aceite. En Orozko (B) las lavativas se ponían de agua hervida con ajos. En Viana (N) las irrigaciones eran de aceite con ajos machacados o sólo de aceite de oliva. En Astigarraga un remedio casero que se aplicaba de noche para calmar a los niños que padecieran lombrices era darles lavativas de malvas cocidas, con unas gotas de aceite crudo.

En Mendiola (A) se ha utilizado el procedimiento de introducir en el ano una cerilla o un cirio empapado en aceite de oliva pues dicen que obliga a las lombrices a salir al exterior. En Aoiz (N) se untaban el ano con un algodón humedecido con aceite de oliva y en Amézaga de Zuya (A) se pasaba un trapo limpio por el año.

En Berastegi (G) se ha aportado el testimonio de que se colocaba una linterna encendida sobre el ano y las lombrices, por efecto de la luz, salían afuera a poner las larvas. En Mendiola también se ponía en el ano una linterna o una bombilla encendida porque, según se decía, la luz les atraía.

Remedios farmacéuticos

Desde hace muchos años y con carácter general se ha recurrido a productos farmacéuticos para eliminar las lombrices que hoy día prácticamente han desaparecido. Algunas encuestas han consignado expresamente los medicamentos empleados.

En Gorozika y Nabarniz (B) para matar las lombrices, bizioak, se compraban en la farmacia unas papeletas, bizio-autsak, conocidas popularmente también con el nombre de papeletak, que contenían unos polvos blancos, parecidos al bicarbonato, que se tomaban disueltos en agua. Los informantes de Nabarniz guardan el recuerdo de que tenían muy mal sabor.

En Moreda (A), Bidegoian, Hondarribia y Oñati (G) también se ha constatado la utilización de papeletas de farmacia que en Elgoibar (G) se conocían con el nombre genérico de Peletier; en Allo (N) las papeletas de Iturria y el medicamento llamado Lombricina, jarabe este último que con el nombre comercial de Lombricina de la Casa Pellicer recuerdan en Murchante (N) que entre los años treinta y cincuenta fue uno de los productos más utilizados para combatir las lombrices. En San Martín de Unx (N) fue hacia los años veinte cuando aparecieron las papeletas de Lombricina. En Astigarraga (G) las marcas comerciales de lombricidas recogidas son Lombripur y Calcibronat; en Durango (B) Lombripur y en Obanos (N) hoy día se usan jarabes de farmacia como Trilombrín o Lomper.


 
  1. Julio CARO BAROJA. La vida rural en Vera de Bidasoa. Madrid: 1944, p. 167.
  2. DIEUDONNÉ. “Medécine populaire au Pays Basque” in Gure Herria. Tomo XXVI. Bayonne: 1954, p. 199.
  3. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 233.
  4. DIEUDONNÉ. “Medécine populaire au Pays Basque” in Gure Herria. Tomo XXVI. Bayonne: 1954, p. 200.
  5. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 233.
  6. Lacoizqueta identifica la hierba llamada txitxare-belarra con el abrótano macho y Aranzadi dice que en Zestoa (G) se corresponde con la matricaria. Vide Telesforo de ARANZADI. “Nombres de plantas en euskera” in RIEV, XX (1929) p. 280.
  7. Recogido por Eulogio GOROSTIAGA: LEF. (ADEL).
  8. “Vegetales: Hierbas, plantas y flores” in Euzkerea. Núm. 11 (1932) p. 33.
  9. DIEUDONNÉ. “Medécine populaire au Pays Basque” in Gure Herria. Tomo XXVI. Bayonne: 1954, p. 199.
  10. Un afamado curandero de Gipuzkoa recomendaba infusión de hojas de nogal a los niños que padecían tales parásitos y añadía la observación de que jamás se ven lombrices de tierra al pie de los nogales. Vide Ignacio Mª BARRIOLA, La medicina popular en el País Vasco, San Sebastián: 1952, p. 54.
  11. DIEUDONNÉ. “Medécine populaire au Pays Basque” in Gure Herria. Tomo XXVI. Bayonne: 1954, p. 199.
  12. Ignacio Mª BARRIOLA, La medicina popular en el País Vasco, San Sebastián: 1952, p. 54.