Cambios

Modos de enterramiento

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La inhumación ha sido el sistema tradicionalmente utilizado a la hora de proceder a dar el último reposo a los muertos. Actualmente la sepultura de cada casa se encuentra en el cementerio y en euskera se conoce como: ''etxenko hilerria(k)'' (Santa Grazi, Zunharreta-Z, Lekunberri-BN, Beskoitze, Sara-L), ''ehorlekua ''(Azkaine, Bidarte-L), ''tunba / tonba ''(Beskoitze, Hazparne, Sara-L), ''hilobia/hobia ''(común en Bizkaia, Goizueta-N, Arberatze-Zilhekoa-BN y Sara-L).
El modo más sencillo y primitivo que recuerdan nuestros informantes es el enterramiento en foso de tierra rematado por túmulo también de tierra, en cuya cabecera se coloca un monumento de piedra, estela o cruz ''(gurutzia ''en SaraLSara-L). Este que describimos en primer lugar, es considerado en aquellas localidades donde se ha experimentado una notable transformación en el tipo de tumbas hasta generalizarse los panteones y no hay problemas de espacio en el cementerio, como el modelo típico de familias que disponen de pocos recursos. Pero también ocurre que en algunas poblaciones sigue siendo tradicional efectuar enterramientos en tierra y así lo hacen todos los vecinos independientemente de su situación económica. Dentro de este tipo, el material utilizado para la elaboración del monumento funerario, generalmente una simple cruz, marcaba así mismo diferencias.
A medida que el poder adquisitivo aumenta se advierte una mayor presencia del monumento de piedra, ''hilarria'' (Zunharreta-Z, Baigorri, Heleta, Izpura, Lekunberri, Arberatze-Zilhekoa-BN, Goizueta-N), ''hilerriak ''(Santa-Grazi-Z). La piedra es considerada como algo que perdura y que mantiene vivo el recuerdo de aquél o aquéllos que se han ido. A principios de siglo el enterramiento en tierra se remataba con losa, y cruz o estela de piedra. Este modelo es considerado actualmente como el típico vasco en el País Vasco continental. Toda casa con medios económicos sustituía en lo posible los túmulos anteriores por un monumento de este tipo.
En Murchante (N) hasta la introducción de los nichos, en estas tumbas en tierra se inhumaba a los jornaleros y la mayoría de las veces no se colocaba ninguna señal que indicara la identidad del cadáver por lo que con el tiempo no se sabía quién estaba enterrado.
[[File:7.242 Enterramientos en tumulo. Arhane (Z) 1987.jpg|center|600px400px|Enterramientos en túmulo. Arhane (Z), 1987. Fuente: Michel Duvert, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En la mayoría de las localidades las tumbas se abrían por orden de defunción sin seguir ningún criterio específico. En los cementerios de Elosua y Getaria (G) no había sepulturas familiares, el féretro se introducía en un hoyo excavado junto al último enterrado y hasta principios de siglo no se fijaba cruz sobre la tumba. En Urdiñarbe (Z) lo único que se colocaba era la cruz de flores que se confeccionaba para el funeral.
[[File:7.243 Enterramientos con losa. Abadiño (B).jpg|center|600px|Enterramientos con losa. Abadiño (B). Fuente: José Txintxurreta, Grupos Etniker Euskalerria.]]
Cada familia tiene su monumento funerario en el que se inscribe un título común: en ocasiones es el nombre de la casa, por ejemplo ''Etcharteko hil harria''; en otras aparece el nombre de la familia, ''Etxeberriko familia; ''seguidamente se consignan los nombres de los difuntos y sus correspondientes fechas de nacimiento y deceso o su edad. En algunos casos el nombre de la casa va inscrito sobre la cruz y el del difunto y su edad aparecen sobre la losa. En Barkoxe (Z) a partir de 1937 aproximadamente, se generalizaron las tumbas familiares con monumento central en el que aparecía inscrito, generalmente en euskera, el nombre de la casa y el de la familia, por ejemplo ''Potto ''(nombre de la casa) - ''Mazéris'ko familia ''(nombre de la familia).
En Monreal (N) los carnarios más antiguos (1874) son muy similares en la forma a las fuesas de la iglesia. Suelen ser de doble fosa, algunos más modernos tienen sólo una, y cubiertos con losas de piedra, una de las cuales posee una ranura para abrirlos. La parte exterior está adornada con una balaustrada de hierro. A modo de cabecera presentan unos monolitos de piedra triangulares o rectangulares con la inscripción: «sepulcro de...» y el ano año de construcción. Algunos han añadido después las fechas de nacimiento y defunción de los inhumados. Todas las tumbas en tierra son similares, lo que con frecuencia las individualiza es la cabecera que en ellas se erige.
En algunas localidades también se han construido monumentos funerarios con cemento o con trozos de piedra unidos con cemento. En Carranza (B), principalmente en el cementerio del barrio de Matienzo, se encuentran varias tumbas con lápida de cemento, arena y marmolina, que muestran un relieve central y se hallan rematadas con una cruz donde va situada la inscripción sobre placa de porcelana.
Hay además un panteón con capilla consistente en una pequeña construcción de ladrillo rojo. La fachada, de corte neoclásico, está delimitada por dos pilastras de ladrillo que soportan un dintel. El edificio está rematado por un tejado a dos aguas sobre el que se alza una pequeña cruz de hierro forjado. En el centro de la fachada se encuentra una gran puerta con un arco de medio punto del mismo color que las pilastras. La puerta es de cristal y en su superficie aparece dibujada una gran cruz cuyos brazos terminan en punta. Encima se ha colocado una cartela donde figura el nombre de la familia. Completa el conjunto un minúsculo jardín enrejado en frente de la fachada.
[[File:7.244 Panteon con cripta. Murchante (N).pngjpg|center|600px|Panteón con cripta. Murchante (N). Fuente: M.ª Carmen López, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Hazparne (L) a principios de siglo había ya muchos panteones, ''hilargietako kavoak'', fruto de la remodelación de las tumbas antiguas. En tiempos había menos monumentos de piedra. Más tarde se acostumbró comprar una cruz de mármol en el momento de la muerte (parece ser que los vendedores acudían a las casas en semejantes ocasiones). Esta cruz se colocaba sobre el féretro durante la misa y después se dejaba sobre el panteón.
== El nicho ==
Actualmente en muchas localidades del País Vasco peninsular las familias que carecen de panteón, ante la situación creada por la escasez de terreno, entierran a sus muertos en nichos. Este tipo de construcción suele resultar más eco- nómicoeconómico, especialmente si lo que se adquiere es un único hueco, y permite ahorrar espacio ya que los nichos se disponen en varias alturas. Otra característica de este tipo de enterramiento es el aspecto de uniformidad que confiere al cementerio, más cuando la construcción es de pro- piedad propiedad municipal y el ayuntamiento impone el tipo de placa y la ornamentación de cada nicho.
La lápida que lo cierra suele ser generalmente de piedra caliza en blanco o gris o de granito negro. En ella aparecen las inscripciones que identifican al difunto. En muchos nichos además de la lápida frontal existe por delante una especie de ventana enmarcada en aluminio que protege a ésta.
En Llodio (A) hacia el año 1970 se construyeron los primeros nichos de ladrillo con lápida de mármol, con lo que se dio por finalizado el enterramiento en tierra. Con posterioridad se han levantado en otras zonas del cementerio y los últimos construidos son los llamados de restos. Aunque en un principio algunos se vendieron, la mayoría son de propiedad municipal. A veces llevan dos floreros sujetos a la lápida para poner flores.
[[File:7.245 Nichos. Cementerio de Llodio (A).jpg|center|600px400px|Nichos. Cementerio de Llodio (A). Fuente: M.ª Asunción Larisgoiti, Grupos Etniker Euskalerria.]]
En Moreda (A) mantienen la modalidad de enterramiento impuesta desde mediados de los ochenta a raíz de la ampliación del cementerio.
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