Diferencia entre revisiones de «Niños llorones»

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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Se pensaba antaño que el llanto intempestivo y excesivo de los niños era debido al “mal de ojo”. Se creía que las causantes de estos perjuicios eran las brujas que especialmente se cebaban en los niños. Para librarles de este mal y para que el llanto se amortiguara las madres acudían con sus hijos a determinados santuarios y ermitas.
  
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Por lo que al territorio de Bizkaia se refiere, en Lekeitio acudían en estos casos a la ermita de San Juan Talako a la orilla del mar durante nueve días consecutivos, obligándose la portadora del niño a realizar sus idas y venidas en silencio. Con la misma finalidad les llevaban a la ermita de Andra Mari de Erdotza en Xemein-Markina, también durante nueve días consecutivos. En Murelaga iban con el niño a la antigua ermita de San Juan de Murla; en Elorrio a la de San Urbano, llamada popularmente ''Santruan'', situada en las faldas del monte Erdella en la vecindad de Berrio. De Durango acudían al Carmelo de Larrea en Etxano, donde antiguamente hubo una ermita bajo la advocación de San Juan.
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En Gipuzkoa a los niños llorones les llevaban a San Bartolomé de Zegama, a San Juan de Anoeta y a Santiago de Astigarraga. En esta última ermita una vecina o serora acostaba al niño sobre el altar, le hacía la señal de la cruz y le daba unas vueltas; las madres por su parte llevaban aceite como ofrenda y tomaban de la lámpara el que había ardido ante el santo para llevarlo a casa. Allí durante nueve días había que frotar con este aceite el ombligo del niño. También acudían a Santa Engracia de Segura, con la diferencia de que a esta última ermita iban por voto o promesa para curar a las niñas lloronas<ref>Domingo IRIGOYEN. “Ermitas e Iglesias de Guipúzcoa” in AEF, XIV (1934) pp. 19, 29 y 37.</ref>.
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Un lugar muy concurrido de Gipuzkoa para librarse de los efectos del ''begizkoa'' fue la iglesia parroquial de San Juan de Olaberria donde el sacerdote pronunciaba los exorcismos e imponía los Evangelios. Cuando por alguna razón no podían acudir con la criatura, enviaban allí sus ropitas con algún familiar para que una vez bendecidas las trajeran a casa y se las pusieran al niño afectado. También se iba a bendecir los vestidos a San Juan de Lazkano<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, pp. 252-253.</ref>.
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En Álava acudían en estos casos a la ermita de Santa Engracia cerca de Villarreal-Legutiano donde, colocado el niño tendido sobre el altar, se rezaba el rosario<ref>Resurrección Mª de AZKUE. ''Euskalerriaren Yakintza''. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 252.</ref>.
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También en Navarra se ha acudido en estos casos a determinados santuarios y ermitas; entre ellos podríamos mencionar la ermita de Ntra. Sra. la Blanca de Jaurrieta, el santuario de Ntra. Sra. de Muskilda de Otsagabia y Santa Fe de Ezcániz en Urraul Alto<ref>Luis Pedro PEÑA SANTIAGO; Juan SAN MARTIN. “Estudio etnográfico del valle de Urraul Alto (Navarra)” in ''Munibe'', XVIII (1966) p. 157.</ref>. A la Virgen de Basaba de Najurieta (N) llevaban los niños de Izal; el sacerdote revestido con estola untaba al niño con el aceite de la lámpara, le colocaba un escapulario y le daba la bendición.
  
  

Revisión actual del 10:43 3 jul 2019

Se pensaba antaño que el llanto intempestivo y excesivo de los niños era debido al “mal de ojo”. Se creía que las causantes de estos perjuicios eran las brujas que especialmente se cebaban en los niños. Para librarles de este mal y para que el llanto se amortiguara las madres acudían con sus hijos a determinados santuarios y ermitas.

Por lo que al territorio de Bizkaia se refiere, en Lekeitio acudían en estos casos a la ermita de San Juan Talako a la orilla del mar durante nueve días consecutivos, obligándose la portadora del niño a realizar sus idas y venidas en silencio. Con la misma finalidad les llevaban a la ermita de Andra Mari de Erdotza en Xemein-Markina, también durante nueve días consecutivos. En Murelaga iban con el niño a la antigua ermita de San Juan de Murla; en Elorrio a la de San Urbano, llamada popularmente Santruan, situada en las faldas del monte Erdella en la vecindad de Berrio. De Durango acudían al Carmelo de Larrea en Etxano, donde antiguamente hubo una ermita bajo la advocación de San Juan.

En Gipuzkoa a los niños llorones les llevaban a San Bartolomé de Zegama, a San Juan de Anoeta y a Santiago de Astigarraga. En esta última ermita una vecina o serora acostaba al niño sobre el altar, le hacía la señal de la cruz y le daba unas vueltas; las madres por su parte llevaban aceite como ofrenda y tomaban de la lámpara el que había ardido ante el santo para llevarlo a casa. Allí durante nueve días había que frotar con este aceite el ombligo del niño. También acudían a Santa Engracia de Segura, con la diferencia de que a esta última ermita iban por voto o promesa para curar a las niñas lloronas[1].

Un lugar muy concurrido de Gipuzkoa para librarse de los efectos del begizkoa fue la iglesia parroquial de San Juan de Olaberria donde el sacerdote pronunciaba los exorcismos e imponía los Evangelios. Cuando por alguna razón no podían acudir con la criatura, enviaban allí sus ropitas con algún familiar para que una vez bendecidas las trajeran a casa y se las pusieran al niño afectado. También se iba a bendecir los vestidos a San Juan de Lazkano[2].

En Álava acudían en estos casos a la ermita de Santa Engracia cerca de Villarreal-Legutiano donde, colocado el niño tendido sobre el altar, se rezaba el rosario[3].

También en Navarra se ha acudido en estos casos a determinados santuarios y ermitas; entre ellos podríamos mencionar la ermita de Ntra. Sra. la Blanca de Jaurrieta, el santuario de Ntra. Sra. de Muskilda de Otsagabia y Santa Fe de Ezcániz en Urraul Alto[4]. A la Virgen de Basaba de Najurieta (N) llevaban los niños de Izal; el sacerdote revestido con estola untaba al niño con el aceite de la lámpara, le colocaba un escapulario y le daba la bendición.


 
  1. Domingo IRIGOYEN. “Ermitas e Iglesias de Guipúzcoa” in AEF, XIV (1934) pp. 19, 29 y 37.
  2. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo IV. Madrid: 1947, pp. 252-253.
  3. Resurrección Mª de AZKUE. Euskalerriaren Yakintza. Tomo IV. Madrid: 1947, p. 252.
  4. Luis Pedro PEÑA SANTIAGO; Juan SAN MARTIN. “Estudio etnográfico del valle de Urraul Alto (Navarra)” in Munibe, XVIII (1966) p. 157.