Ornamentaciones elaboradas

De Atlas Etnográfico de Vasconia
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En ocasiones la decoración es más sofisticada que lo recogido hasta aquí. Esta situación es más propia de villas y de núcleos urbanos. A continuación recogemos varios ejemplos.

En Portugalete (B) en cuanto a la ornamentación de las fachadas, la mayoría de los edificios del Ensanche e incluso el del Ayuntamiento tienen motivos decorativos efectuados con estucos de formas curvilíneas. Alguno presenta decoración vertical rematada por un escudo. Las fachadas de los edificios se pintaban generalmente con colores ocres y las molduras exteriores de ventanas y balcones, de blanco.

En Aoiz (N) aunque las fachadas de las casas están poco decoradas se puede señalar el caso de algunas de la parte vieja, principalmente las cercanas a la plaza del mercado, que presentan en el revoque algunos motivos lineales o geométricos. Éstos se localizan en las esquinas, como separación de los diferentes niveles, cerca de las ventanas y también bajo el alero. Se trata de dibujos realizados con pintura de color azul azulete o amarillo azafrán sobre el fondo blanco del muro. En algún caso también se simula la forma de sillares sobre el revoque. En casas antiguas, debajo del tejado se hacía una cenefa ornamental de revoque que servía para ocultar que debajo se había utilizado en la construcción material menos noble que en el resto de la fachada, por ejemplo adobe.

En Sangüesa (N) la decoración de los muros se reduce a la combinación de distintos materiales; piedra en las zonas bajas y ladrillo en el resto del edificio, este último dotado a veces de cierta llaga para producir efecto de claroscuro. Otro adorno del muro lo constituyen las cornisas de piedra o de ladrillo, más o menos sobresalientes, que separan la planta baja del primer piso y marcan la separación del muro de piedra y del de ladrillo. En raras ocasiones hay labores ornamentales de ladrillo formando rectángulos o adornos especiales sobre el dintel de algunos balcones. Se sabe que algunas fachadas lucieron en el pasado pinturas y esgrafiados, con adornos geométricos, florales e incluso figurativos. Actualmente sólo está pintada la fachada de la casa consistorial con guirnaldas y floreros.

Ornamentación con piedra y ladrillo de colores. Mélida (N), 1997. Fuente: M.ª Luisa García, Grupos Etniker Euskalerria.

En tiempos recientes se utilizan otros materiales en las fachadas de las casas. Por ejemplo se han edificado casas con fachadas de ladrillo caravista, diferenciando las puertas, ventanas, ventanales y terrazas (Agurain-A) o bien cubiertas con baldosines (Bermeo-B). Es además común que se hallen pintadas ya no sólo de blanco sino últimamente con diversos colores. Se trata de pinturas especialmente fabricadas para resistir la acción del sol y de las inclemencias del tiempo atmosférico.

Es bastante difícil ver nuevas construcciones en las que se recurra a la piedra como componente principal debido a los altos costos que eso supondría. Sin embargo, una vez más y al igual que ocurre con la madera, se han buscado soluciones intermedias que simulen la construcción en piedra, lo que indica la valoración que tiene este material. Así, es frecuente en los últimos tiempos sobre todo en casas levantadas en áreas rurales que al menos en la planta baja o en la faja inferior de la misma se adosen al muro de hormigón piedras cortadas en láminas o que naturalmente se hallen estratificadas, en un intento por simular que al menos esa parte de la casa está levantada con un material más noble.

Los balcones suelen ser en general sencillos y sólo en las casas más importantes muestran una factura mejor que puede llegar a tener un valor ornamental importante cuando son de hierro forjado. Con las galerías y miradores ocurre algo similar.

Elaborados balcones de forja. Elgeta (G), 2011. Fuente: Segundo Oar-Arteta, Grupos Etniker Euskalerria.

En Sangüesa (N) a finales del siglo XIX y comienzos del XX los balcones se adornaban con motivos curvilíneos, de ces y eses afrontadas a modo de frisos horizontales y verticales, de labores sencillas muy artesanales. Son los más abundantes en la localidad. Igualmente se pusieron de moda los balcones de hierro colado o de molde, en un estilo ecléctico o modernista no demasiado definido. Asimismo algunos se construyeron enteramente de cemento, incluso la barandilla. A principios del siglo XX comenzaron a levantarse miradores cerrados bien de obra de albañilería o bien de esqueleto de madera, que alteraron notablemente el aspecto de las fachadas, moda que aún continúa, incluso en el casco histórico de la ciudad.

En Viana (N) las fachadas, la mayor parte de ellas barrocas, gozan de una gran simetría en los numerosos huecos, sobre todo los balcones en saledizo, elaborados con artísticos hierros.

En Valdegovía (A) las solanas suelen tener la barandilla trabajada y los balcones presentan molduras en forma de volutas.